Dicen, dicen... Sí, dicen que los debates electorales son indispensables para que los ciudadanos tengan una clara idea de lo que cada partido puede ofrecer. Es más, los propios políticos dicen incluso que los debates televisivos tendrían que ser obligatorios. ¿Ah sí?. Que me perdonen políticos y sufridos televidentes pero, desde mi punto de vista, los debates no sirven para nada. Podrán servir, si acaso, para cuatro desinformados (que cada día son menos) pero no para los demás. Actualmente es tanta la información que nos ofrecen todos los medios que los debates no sirven para nada. ¿Acaso nos cuentan algo que no sepamos?.
- Tú esto y lo otro.
- Y tu más y más veces.
En el plató, solo quien no ha mandado nunca se siente aliviado...
Tan agotadora estuvo la velada que el PSOE tuvo que echar mano de su segundo de a bordo para despedir el debate electoral televisivo. Al fin y al cabo, solo quien no ha mandado nunca tiene las manos limpias y es mucho lo que hay que oir a tus adversarios. ¿Porque todos se aprovechan del cargo...? Puede, pero no es esa la cuestión. Mandar desgasta y todos cuantos pasan por un cargo público de primer rango, sale escaldado. Siempre hay gente que lucha por lograr los privilegios y lo importante es bajarte del pedestal para subirse él. Si para ello es necesario echarte encima toda la basura inimaginable, te la echará sin dudarlo ni un segundo. Ya no se trata de que seas bueno o malo, basta con que algún envidioso eche mentiras sobre tu persona. Una mentira mil veces repetida se convierte en indudable verdad. Es así. Las bondades son más difíciles de pregonar, pero el deshonor es fácil de manipular hasta hacerlo creíble.
Yo soy de los que vieron los dos debates. Porque por culpa de Pedro Sánchez (PSOE) hubo dos... Ya lo saben, se negó a acudir al que se había comprometido con Atresmedia y organizó uno propio en TVE que está bajo su dominio. Lo que oyen, dos porque se le echaron todos encima y tuvo que acudir igualmente al que se había comprometido en primer lugar, para no quedar mal con la audiencia y con el electorado.
Interesaba escucharles porque somos muchos los que no sabemos a quien votar y queremos hacerlo lo mejor posible. Pues bien, he quedado igual y sigo sin saber cual es la mejor opción, para mis intereses y los de mis hijos y nietos. Ustedes dirán que no es necesario profundizar tanto, puesto que un voto poca fuerza puede hacer. Naturalmente un voto no va a ningún sitio pero la suma de todos es determinante. Gota a gota forma un charco y hasta incluso un río y el propio mar.
Tanto en TVE como en A3, solo he visto a cuatro "niños de colegio" peleándose descaradamente. A un servidor el ver dos debates no le ha hecho efecto ninguno y quedo por tanto sin saber a quien votar. No es por nada, sino porque ninguno de los contendientes contó la verdad de sus intenciones, en el caso de ganar. Todos escondiendo sus ases en la manga, lo cual convierte su exposición en una evidente y burda mentira. Lo único que me gusta de los debates es comprobar hasta donde son capaces de llegar para conseguir nuestro voto. Está claro que no hay límites, por eso son todos capaces de vilipendiar al contrario si con ello pueden arañar un solo voto más a su favor. Como he dicho antes, yo quedé como estaba. Y me duele. ¿Tan difícil es contar al electorado cuales son tus intenciones, en el caso de que alcances la presidencia?. Pues sí, es difícil porque tras el resultado llegan los pactos y resulta contraproducente contar a tus posibles votantes, con quien te aliarás para poder gobernar... La verdad no suma votos, sino que los resta.
RAFAEL FABREGAT
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