Como ya comentaba ayer mismo, lo de los castillos no es exclusivo de la Europa medieval. Con diferentes estructuras, fortificaciones defensivas se han levantado a lo largo de todo el mundo y de todos los tiempos. No puede extrañarnos pues que dediquemos un breve capítulo a algunos de los castillos que por su importancia estratégica jalonaban incluso los más tórridos desiertos y en esta ocasión nos dirigimos al sur-sudeste de Amman, en el desierto jordano. El Castillo de Amra Qusair es uno de esos palacios fortificados dignos de nuestra visita. Se construyó entre el año 705 y el 715 como fortaleza del califa omeya Walid I. Se mantiene en buenas condiciones la estructura exterior, la zona del hamman con murales y figuras decorativas, así como la sala de recepción y el baño turco.
Qasr al-Harrana es otro de esos palacios-fortaleza del medievo islámico, construcciones difíciles de conquistar en aquellos tiempos en los que las armas de fuego brillaban por su ausencia.
Jordania atesora un brillante patrimonio que ha dado en llamar la "Ruta de los Castillos del Desierto", algo que no pasa desapercibido para el turista europeo, siempre ávido de historia monumental. Alguno de esos castillos estaban dentro del entramado urbano, pero otros estaban perdidos entre la inmensidad de las llanuras desérticas jordanas. No eran simples fortalezas, pues todas contaban con el palacio propiamente dicho, mezquita, hamman, aljibe y recintos agrícolas para el almacenamiento de víveres de todo tipo, así como de las dependencias propias del servicio y administración.
A un centenar de kilómetros al este de Amman, Qasr al Azraq, está construido con basalto y por lo tanto con una imagen mucha más oscura que el resto de fortificaciones.
Antiguamente estaba rodeado del único oasis en 12.000 Km2 a la redonda, lo que lo convertía en lugar sumamente interesante y estratégico. Romanos y Omeyas lo frecuentaron en su día con fines militares debido a sus fuentes de agua dulce.
El complejo tiene una torre defensiva en cada una de sus esquinas y una mezquita en el centro, seguramente de la época omeya. Su aspecto actual es obra de los Ayyubids de Saladino y por lo tanto correspondiente a los siglos XII y XIII, momento en el que llevaron a cabo reformas de mantenimiento y consolidación de este tipo de construcciones tras sus conquistas por Oriente Medio. Estos castillos son pues un poco de todo: casas de gobernadores y de ricos mercaderes.
La llamada "Ruta de los Castillos del Desierto" jordano son también caravasares, e incluso hammanes repartidos por el desierto oriental de Jordania. En todo caso son los mejores ejemplos de la arquitectura árabe de mediados del primer milenio de nuestra era. Esta disposición de castillos en el desierto jordano no fue casual sino que, en su momento, éstos jalonaban la ruta principal que unía Asia con África. Aunque de forma turística, esta ruta sigue en vigor y es punto de encuentro de miles de visitantes que reviven aquellos tiempos pasados en el también llamado Camino de los Reyes. Qal'at al Karat es uno de estos castillos de la ruta y sin duda uno de los mayores aunque, en este caso, de origen templario. La ciudad de Karat, de casi 20.000 habitantes, formaba parte del Reino de Jerusalen y desde sus almenas se divisa el mar Muerto.
RAFAEL FABREGAT
Así es amiga... Gracias por tu lectura. ¡Hay tanto que ver!. Que lástima que no tengamos posibilidades de viajar tanto como quisiéramos. Para eso están los documentales de la televisión. Sin ellos no seríamos nada. Un abrazo y hasta siempre.
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