Por mucho tiempo y mano de obra barata de la que se dispusiera en aquella época, nadie cree que aquellas gentes no tuvieran interés en acabar una obra determinada y dedicarse a otra cosa.
En todas las atapas del mundo el tiempo ha tenido un valor y, al igual que sucede ahora, en todas ellas ha bastado tener una idea para desear verla materializada lo más pronto posible.
Es la mentalidad del ser humano desde el comienzo de los tiempos. Y no solo eso. Está claro que el perfecto encajado de unas con otras buscaba la inmortalidad, puesto que sus emplazamientos y alineaciones no eran casuales.
De acuerdo con sus creencias y conocimientos, se buscaban referencias astrales y alineaban diferentes templos y ciudades como algo sencillo y natural.
En buena lógica, estudiosos de nuestro tiempo han llegado a la conclusión que ningún ser humano pudo ser capaz, en aquellos tiempos, ya no solo de mover tan inmensos bloques de piedra sino de cortarlos y modelarlos como si fueran pedazos de plastilina.
En buena lógica, estudiosos de nuestro tiempo han llegado a la conclusión que ningún ser humano pudo ser capaz, en aquellos tiempos, ya no solo de mover tan inmensos bloques de piedra sino de cortarlos y modelarlos como si fueran pedazos de plastilina.
Como si de una obra de arte se tratara, eso puede hacerse en un determinado bloque al que se le quiera dar una relevancia o significado determinado pero, justamente por su complejidad, en ningún caso puede ser una técnica constructiva.
Son muchos y muy importantes los sitios arqueológicos donde pueden admirarse estas inmensas piedras recortadas de forma caprichosa y encajadas perfectamente unas con otras. ¿Como se labraron tantas y tan inmensas piedras, al solo objeto de situarlas unas sobre otras en tan grandiosas y espectaculares paredes?.
Está claro que la inmensa mayoría de los terrenales no creemos en fenómenos OVNI y menos aún en fenómenos parapsicológicos, motivo por el cual nos vemos obligados a buscar respuestas reales de todo punto difíciles de aplicar a tiempos remotos.
Está claro que la inmensa mayoría de los terrenales no creemos en fenómenos OVNI y menos aún en fenómenos parapsicológicos, motivo por el cual nos vemos obligados a buscar respuestas reales de todo punto difíciles de aplicar a tiempos remotos.
Porque esa es otra. La creencia de muchos es que buena parte de esos muros de construcción inverosímil, ya se la encontraron los Incas así, o casi así... Cada día del año miles de personas visitan diferentes ruinas Incas y, cuando ven tan inmensas paredes y su grandiosa y compleja construcción se ven obligados a opinar. Naturalmente se debe oír de todo, pero tengan por seguro que la mayor parte de los visitantes de estos históricos complejos incas son gente culta y verdaderamente interesada en la historia y en el arte, motivo por el cual todo comentario es digno de ser escuchado.
Pues bien, parece ser que alguien ha dado con la solución a tan antiguo enigma. Bueno, más que una solución es una hipótesis, una más, de lo que bien pudiera ser el proceso constructivo de tan peculiares paredes.
Según estos estudiosos del tema pudiera ser que tales rocas no fueran talladas, sino construidas por aquellas gentes. De alguna forma, una antigua civilización después desaparecida, pudo haber descubrierto quizás una forma rudimentaria de producir algo parecido a nuestro actual cemento. En determinada forma y situación, debajo de los rescoldos de grandes hogueras, pudieron haber encontrado la forma de compactar restos pétreos y arcillas que allí se encontraban. Algo parecido ocurrió con el invento del cristal y ninguno nos extrañamos de ello.
Los mismos cortadores de piedras, podrían haber descubierto que el polvo y las raspaduras de las piedras trabajadas se endurecían tras la lluvia si previamente se había encendido fuego sobre ellas. Son muchos los que han buscado explicación al fenómeno y son muchos también los que consideran muy probable que estas rocas estén fabricadas allí, a pie de obra y no cortadas y acopladas con la precisión de que hacen gala. En la mayor parte de los casos sería imposible pasar una moneda entre una y otra lo cual, si ya es difícil tratándose de cubos y líneas rectas, más aún lo es en líneas curvas o angulosas encajadas con la misma precisión. También la forma de bombeado de esas rocas y los salientes que se ven en algunas de ellas, sugieren el uso de moldes en su fabricación.
Tengamos en cuenta también que allí no hay resto alguno de las esquirlas, más o menos grandes, que los canteros producen al recortarlas. Tampoco cabe en modo alguno la posibilidad de ablandar la roca, como algunos sugirieron en algún momento, de la misma forma que el tallado irregular y un encajado de tal precisión era imposible en aquellos tiempos. Más aún teniendo en cuenta el peso de algunas de esas piezas. Actualmente se considera como más viable la invención de un rudimentario cemento que permitiese su fabricación in situ. Dicha comprobación no será posible en tanto la ciencia actual no sea capaz de distinguir entre una piedra natural y otra fabricada por el hombre. Hasta entonces valdrá todo. La magia, los extraterrestres, la alquimia... pero que nadie dude que en un tiempo más o menos lejano se sabrá la verdad, una verdad que quizás no sea tan extraña y difícil de entender.
RAFAEL FABREGAT
Los mismos cortadores de piedras, podrían haber descubierto que el polvo y las raspaduras de las piedras trabajadas se endurecían tras la lluvia si previamente se había encendido fuego sobre ellas. Son muchos los que han buscado explicación al fenómeno y son muchos también los que consideran muy probable que estas rocas estén fabricadas allí, a pie de obra y no cortadas y acopladas con la precisión de que hacen gala. En la mayor parte de los casos sería imposible pasar una moneda entre una y otra lo cual, si ya es difícil tratándose de cubos y líneas rectas, más aún lo es en líneas curvas o angulosas encajadas con la misma precisión. También la forma de bombeado de esas rocas y los salientes que se ven en algunas de ellas, sugieren el uso de moldes en su fabricación.
Tengamos en cuenta también que allí no hay resto alguno de las esquirlas, más o menos grandes, que los canteros producen al recortarlas. Tampoco cabe en modo alguno la posibilidad de ablandar la roca, como algunos sugirieron en algún momento, de la misma forma que el tallado irregular y un encajado de tal precisión era imposible en aquellos tiempos. Más aún teniendo en cuenta el peso de algunas de esas piezas. Actualmente se considera como más viable la invención de un rudimentario cemento que permitiese su fabricación in situ. Dicha comprobación no será posible en tanto la ciencia actual no sea capaz de distinguir entre una piedra natural y otra fabricada por el hombre. Hasta entonces valdrá todo. La magia, los extraterrestres, la alquimia... pero que nadie dude que en un tiempo más o menos lejano se sabrá la verdad, una verdad que quizás no sea tan extraña y difícil de entender.
RAFAEL FABREGAT
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