Lo que se adelantaba en este Blog el día 5 de Abril, con el título "Caos sin precedentes", ha demostrado ser una realidad como un templo. Algo que era un secreto a voces pero que todavía nadie se atrevía a comentar, pensando que podía ser un bulo más de los muchos que han circulado por la red en estos últimos tiempos. Sin embargo, lo del posible bulo, nada más lejos de la realidad. Ya sin guardar ninguna apariencia, Donald Trump lo ha hecho público, aunque de poco haya de servirle.
Efectivamente, tal como ya se decía en esa entrada 2959, Estados Unidos dice tener datos feacientes de que el Covid-19 no es una enfermedad que haya nacido por casualidad, sino que se trata de algo creado en un laboratorio chino ubicado justamente en Wuhan, pero no en el mercado de animales que les sirvió de excusa, aunque ese pudo ser el lugar de prueba.
Parece ser que el citado laboratorio, además de otras cosas, se dedica justamente a "fabricar" todo tipo de enfermedades para el caso de que el día de mañana se pueda producir una guerra bacteriológica y haya que responderse con parecidas armas. Sí estimado lector. Acabaron las guerras con flechas y espadas y quedaron obsoletos los castillos y fortificaciones con la llegada de la pólvora, también inventada por los chinos. De poco sirvieron fusiles y ametralladoras, cuando llegaron los grandes carros blindados o tanques. En una carrera imparable contra todos aquellos que no piensen como tú los misiles, primero tierra-tierra, después tierra-aire y más tarde los de medio o largo alcance dieron paso a los intercontinentales, que con 8.000 Km. o más, son capaces llegar a cualquier parte del mundo.
En el tema atómico, crear una bomba capaz de aniquilar a toda una ciudad, por grande que fuera (Hirosima y Nagasaki tenían una potencia de 15 y 21 kilotones) se nos antojaba una descomunal barbaridad pero actualmente eso ya no es nada... Ojivas de 2,5 megatones (2.000 kilotones) pueden instalarse en esos misiles transoceánicos y destrozar todo un país por grande que sea, sin moverse del sillón. Digamos que se trata de una potencia 100 veces superior en las empleadas contra Japón. De hecho se estima que con 4 o 5 de estos misiles se puede acabar con toda la humanidad. ¿A que punto de agresividad y descontrol hemos llegado?. Para colmo de despropósitos ya se han empleado en varias confrontaciones bélicas armas biológicas, simples bombas de irrisorio destrozo material, pero capaces de enfermar y matar a todos su enemigos. ¿Potencia?. La que quieran darle... ¡Las bacterias ocupan poco espacio!.
Ahora, por si éramos pocos, "ha parido la abuela China" (una vez más China) una super-bomba bacteriológica y se le ha ¿escapado? de las manos, o eso dicen.
Una mezcla de virus del SAS y otros componentes ya anteriormente probados en los laboratorios de Wuhan. Verdad o no los científicos mundiales tienen serias dudas al respecto. En principio parece descartarse la posibilidad de que el Covid-19 sea algo "fabricado" por el hombre. Aunque los científicos de medio mundo así lo creyeron en un principio, hoy se cree mayoritariamente que no hay evidencias suficientes para afirmarlo. Las similitudes encontradas son demasiado bajas para acusar abiertamente de manipulación genética. Las acusaciones iniciales fueron retiradas y en esa misma declaración se proponen dos posibles explicaciones sobre el origen del Covid-19:
- Que un portador animal haya transferido al ser humano la infección, ó
- Que ese primer ser humano infectado por origen animal sin consecuencias graves, haya ido transmitiéndose entre humanos hasta dar lugar a una selección natural más agresiva, o sea, al Covid-19.
Esta segunda hipótesis, aunque parece improbable, no se puede descartar por ahora.
Resumiendo y refiriéndonos al "destape", señalado como título de esta entrada al Blog, hay que decir que será pues un "destape parcial". Digamos que se ha quitado la parte de arriba, pero la de abajo sigue estando en su sitio.
Donald Trump ha pedido a China que permita a sus expertos visitar los laboratorios de Wuhan, para comprobar in situ que las sospechas de su manipulación genética, con respecto al Covid-19, son infundadas pero China le ha negado el permiso. Mucho me temo que nos quedaremos sin saberlo ya que, aunque el Consejo de Seguridad de la ONU se reúna para dar luz al asunto, China tiene derecho a veto y, por mucho poder que tengan los Estados Unidos, no conseguirán que esa puerta se abra.
RAFAEL FABREGAT
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