13 de junio de 2018

2614- LA CUNA DEL PAPA LUNA.

Escudo ubicado en el castillo de Peñíscola, última morada del Papa Luna.
Mis entradas 0001 y 0002 de este Blog fueron dedicadas ampliamente al origen de la Casa de los Luna y muy especialmente a Pedro IV Martínez de Luna y Gotor, con el tiempo Papa de Aviñón y sentado a la silla de Pedro con el nombre de Benedicto XIII o Papa Luna. 
Como ya se dijo entonces, Don Pedro (el Papa Luna) era hijo de Juan II Martínez de Luna señor de Mediana y de Doña María Pérez de Gotor y Zapata, señora de Illueca, Gotor, la Villueña y Valtorres. El que posteriormente sería nombrado Papa Benedicto XIII de Aviñón, era el segundo de los cuatro hijos del matrimonio. En su escudo de armas la tiara papal, las llaves de San Pedro y media luna de plata invertida, sobre gules.

Jerónimo de Zurita, cronista mayor de Aragón. (1512-1580)
Las primeras noticias de la Casa de los Luna las dio Don Jerónimo de Zurita al decirnos que en la primera mitad del siglo XI entró en disputa la propiedad de la ciudad de Calahorra, entre Fernando I de Castilla y Ramiro I de Aragón. Siendo las armas, única forma de poner las cosas en su sitio, el rey Fernando buscó en su representación la ayuda de Rodrigo Díaz de Vivar (el Cid) mientras que Don Ramiro buscó la de su lugarteniente Martín Gómez, el mejor caballero que tuvo España en aquellos tiempos. Llegado el día de la contienda Martín Gómez resultó muerto y Calahorra quedó en manos de Castilla. A partir de aquel momento, el lugarteniente del rey aragonés Ramiro I pasó a ser Lope Ferrench, también de origen navarro como el anterior y del que sería su hijo Don Bocallá Ferrench, con el que se iniciaría el apellido de los Luna.

Benedicto XIII de Aviñón (1328-1422). El Papa Luna.
Bocallá Ferrench casó con Doña Sancha, hija de Sancho I Ramírez de Aragón, por lo que acompañó a su suegro en las diferentes campañas y conquistas que se sucedieron posteriormente, entre ellas la antigua Gallícolis romana que entonces ya se llamaba Luna. Agradecido por su ayuda, el rey Sancho le nombró Señor de Luna, motivo por el cual él mismo y todos sus descendientes llevarían a partir de aquel momento el nombre de Luna emparejado al de los cargos inherentes a la saga familiar. El yerno del rey Sancho I Ramírez de Aragón llevaría con tanto orgullo tal nombramiento que, anteponiéndolo a su apellido paterno, se haría llamar en adelante Bocallá de Luna. Claro que harían falta quince generaciones y unos tres siglos para que llegara al mundo el más ilustre y polémico personaje de la saga: Don Pedro IV Martínez de Luna y Gotor, Benedicto XIII de Aviñón, también llamado el Papa Luna.

RAFAEL FABREGAT

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