16 de julio de 2015

1828- EL PUEBLO PIGMEO.

Hace miles de años, cuando las pirámides egipcias y los antepasados de las etnias africanas de los Hutu, Bantúes o Tutsis ni siquiera existían, África ya estaba habitada, muy especialmente en las regiones ecuatoriales. Se trataba del pueblo de los Pigmeos, un extenso grupo de cazadores-recolectores caracterizados por su baja estatura, siempre inferior a los 1,5 m. de altura. Sin embargo los Pigmeos no fueron el pueblo más antiguo que colonizó África ya que los Koisan, bosquímanos de las costas de Angola, Botsuana y Sudáfrica, habitaron África hace 130.000 años y fueron la primera población de Homo sapiens que llegó al sur del continente africano. En Namibia hay pinturas suyas de 25.000 años de antigüedad.


En aquellos tiempos el planeta estaba muy poco habitado, apenas unas decenas de miles de personas caminaban sobre la Tierra. Se considera que la mayor parte de la raza humana estaba en África y que desde allí fueron ascendiendo hacia Oriente Medio primero, para después seguir expandiéndose hacia Europa y Asia para, desde ésta última, pasar al continente americano. Nadie puede afirmarlo con rotundidad, pero así se cree que fue el desarrollo de la raza humana en el mundo. Durante miles de años esta propagación sería muy lenta, casi imperceptible. El planeta es muy grande cuando se viaja caminando y mucho más cuando el caminante no es viajero, sino habitante durante generaciones de un mismo lugar que tenga el sustento suficiente.


Donde hay comida la expansión siempre es lenta, lo cual no quiere decir que la raza no sea prolífica... Yo he conocido gente que han muerto de viejos y jamás viajaron a la capital de la provincia, situada a 25 Km. del pueblo que habitaban. Si esto sucedía hace apenas 50 años, imaginad cómo serían las cosas 200.000 años atrás, cuando los animales salvajes y la propia selva lo invadiría todo, sin caminos ni sendas holladas por las que circular con una mínima facilidad. Además, como se ha dicho al principio, ¿para qué expandirse habiendo comida en las proximidades?. Nadie sabe con exactitud cuando apareció la civilización humana sobre la Tierra, ni el tiempo que ha hecho falta para que ésta habitara todos los rincones del planeta. Desde luego fueron muchos miles de años.

Volviendo al tema que nos ocupa, pruebas genéticas han determinado que los Pigmeos tienen una antigüedad de 70.000 años, pero éstos ya divergían de ramas de Los Koisan. Pero lo más extraño no son sus tan antiguas raíces, sino su escasa evolución. En el centro del continente africano y principalmente en las regiones del Congo se estima que quedan unos 200.000, agrupados en dos etnias (babinga y babongo) que se considera son algo más de un tercio de la población total. El resto, más de 20 etnias diferentes, están repartidos entre varios países del entorno y sobre todo en la República Centroafricana, Camerún, Gabón, Uganda, Burundi, Rwanda y Angola.


Lo más curioso es que la mayoría de ellos mantienen su ancestral forma de vida. Cazan con flechas y jabalinas, así como con redes, todo tipo de animales. Recolectan frutas silvestres y miel en los árboles de la selva e incluso intercambian alimentos o pieles entre los poblados vecinos. Incluso se ayudan entre ellos en los trabajos de pastoreo o en la recogida de algunos frutos silvestres, a cambio de una parte de lo recogido. Aunque cada etnia tiene su propio idioma, suelen usar palabras comunes que determinan un mismo origen anterior. Los Pigmeos son grandes aficionados a la música vocal y tienen canciones para la vida diaria y para toda clase de eventos y actividades.


Por increíble que parezca, en 1907 las autoridades coloniales belgas capturaron a un cierto número de niños pigmeos y los repartieron por varios zoológicos europeos. También llevaron a algunos "ejemplares" a la Exposición Universal de Estados Unidos de 1907. 
En 2003 el representante de los Pigmeos Sinafasi Makelo, relataba al Foro de los Pueblos Indígenas de la ONU que, durante la Guerra Civil del Congo, un gran número de pigmeos Mbuti fue cazado y comido como si fueran animales salvajes. Los dos principales bandos enfrentados consideraban a los pigmeos como una especie subhumana cuya carne podía conferir poderes mágicos. 


Imaginen las enormes diferencias culturales del mundo, si tenemos en cuenta que todo eso sucedía en un momento en el que la humanidad ya conseguía llegar a la luna... Como no podía ser de otra forma, Sinafasi pidió al Consejo de Seguridad de la ONU que reconociera estos hechos de canibalismo y tomara las medidas oportunas para que no se repitiera.
Pero eso no es todo... En pleno siglo XXI, en la República del Congo donde vive al menos el 30% de los miembros de esta raza minoritaria, la mayoría de ellos siguen siendo esclavos de los Bantúes. Su salario es un poco de comida, ropa usada, cigarrillos y en algunos casos incluso nada. Difícil sin embargo acabar con una raza en la que todas las mujeres en edad fértil están permanentemente embarazadas.


Aunque ya está preparada en el Parlamento una Ley que garantice la protección de los Pigmeos, se supone que su aplicación será muy deficitaria e incluso nula. 
La continua deforestación reduce su territorio de caza sin que puedan hacer nada para evitarlo. Los taladores violan a las mujeres pigmeas puesto que se dice que el sexo con ellas cura el SIDA. 
Muchos pigmeos han escapado a las ciudades esperando encontrar una vida mejor, pero también allí son discriminados al considerarles una raza inferior. De hecho no tienen DNI y menos aún Permiso de Conducción, sin posibilidad de tener títulos de propiedad, ni educación o asistencia sanitaria.  
Así están las cosas para los Pigmeos del siglo XXI, una raza en caída libre de la que a día de hoy apenas quedan 500.000 indivíduos.

RAFAEL FABREGAT



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