31 de julio de 2015

1843- LOS MENONITAS DEL CHACO DE PARAGUAY.

Los Menonitas fueron protestantes perseguidos en buena parte del mundo, como otrora lo fueron los judíos. Gente aparentemente sencilla y honesta, demasiado inteligente para aceptar cargos públicos o militares, al servicio de los poderosos. Este movimiento religioso fue creado en 1536 por Menno Simons, sacerdote católico en principio que prontamente fundó el Anabaptismo, una hermandad religiosa dispersa y muchas veces confundida, pero fiel defensora de los principios básicos de La Biblia y con la paz y la sencillez como bandera. Menno Simons, hijo de una pobre familia de aldeanos, nació el año 1496 en la pequeña aldea de Wydmarsum, provincia de Frisia, en la actual Holanda. Ordenado sacerdote en 1524 y siendo párroco de su aldea natal, abandonó los dogmas católicos en 1536 para unirse a los Anabaptistas, una corriente que niega el bautismo infantil y aboga por un bautismo de creyentes, un símbolo de fe que no puede darse en el recién nacido. En este momento son en el mundo alrededor de dos millones los Anabaptistas que siguen estas creencias y repartidos bajo las denominaciones de Menonitas, Amish, Huteritas e Iglesia de los Hermanos


Aparte de la cuestión religiosa, todos ellos siguen las tradiciones sencillas y la práctica de la no violencia, al menos sobre el papel. Se dedican a la agricultura y viven sin electricidad, sin automóviles y sin ninguno de los adelantos de la vida moderna. Ya en el siglo VI los Anabaptistas fueron perseguidos en base al Código Justiniano, basado en derechos del siglo II. Eran acusados de bautizar por segunda vez a una misma persona, lo cual fue penado hasta con la muerte durante la Edad Media y posteriormente durante la Reforma Protestante del siglo XVI, nacida en Suiza, Austria, Alemania y Holanda. 


Esa vida austera, con ausencia de comodidades, agradó a Menno Simons que buscaba a Dios por medio de la humildad y a partir de su integración escribió decenas de libros y folletos al tiempo que predicaba esta religión por todo el norte de Europa. Estos libros, traducidos a varios idiomas, no fueron impresos en español hasta 1936. En este momento el mensaje de "Paz y Salvación" es el mismo, pero los personajes han cambiado. Los Menonitas del siglo XVII y XVIII, entonces más extremistas y revolucionarios, fueron perseguidos por toda Europa y emigraron hacia Rusia y Norteamérica (Pennsylvania) no siendo hasta bien entrado el siglo XX cuando muchos de ellos volvieron a huir de las persecuciones stalinistas y de las llamadas a filas con motivo de las guerras mundiales. 


La mayor parte se establecieron en América Latina y concretamente en México, Bolivia, Argentina y Paraguay, siendo en este último país donde arraigaron más profundamente puesto que en 1928 el gobierno paraguayo les cedió tierras para colonizar en la región de el Chaco. Una selva vírgen, aunque prácticamente llana, que hizo que dieran gracias a Dios pensando que se trataba de la Tierra PrometidaPronto se dieron cuenta de que no se trataba del Edén. Con temperaturas que fácilmente llegaban a los 45ºC y un agua que escaseaba sobremanera, el Chaco fue bautizado por los Menonitas como "el Infierno Verde" lo cual no impidió que nuevas oleadas de seguidores fueran llegando hasta 1947. 


A Loma Plata se establecieron 1720 menonitas, a Filadelfia 2015 y a Neuland 2300. Hoy son más de 15000. A pesar de que el Chaco ocupa el 60% de Paraguay, apenas unos 500 indígenas habitaban la región, lo que indica las condiciones extremas de la zona. Como no podía ser de otro modo, los comienzos fueron difíciles. Animales salvajes, tribus hostiles y todavía sin cosechas, la comida escaseaba. Muchos de los recién llegados murieron por la escasa alimentación, las muchas penurias y las enfermedades.


Muchos de los supervivientes marcharon, pensando también que establecerse en aquella región era de todo punto imposible sin transgredir sus creencias religiosas de paz y austeridad, debido principalmente a los enfrentamientos con los indígenas Ayorero que eran contrarios a la deforestación de un territorio selvático, que les había acogido durante milenios y que los recién llegados necesitaban limpiar para reconvertirlo en campos de cultivo. En este mundo, más dominado por el Diablo que por Dios, la Biblia va en una mano y el fusil en la otra. Todavía en 1986 fundamentalistas de la Misión Nuevas Tribus protagonizaron una caza humana de indígenas Ayorero que recibió las más duras críticas internacionales y en la que muchas familias fueron expulsadas de sus tierras y de sus casas, habiendo incluso algunos muertos.


Las cacerías humanas han finalizado y buena parte del territorio de el Chaco es actualmente aquella Tierra Prometida que los Menonitas llegados en 1927 parecieron vislumbrar. Pero, ¿a qué precio?. Tala indiscriminada, indígenas muertos o expulsados de sus tierras, fauna y flora esquilmadas... Las cacerías de indígenas en el Chaco de Paraguay son un ejemplo de que el contacto forzoso entre gentes y creencias distintas son imposibles sin guerra. Aquella paz que predican los pueblos Anabaptistas y en particular los Menonitas de el Chaco, solo es aplicable cuando se trata de defender derechos generales y por lo tanto ajenos. Tinta que ensucia el papel de forma pecaminosa y que justifica el robo y hasta el asesinato cuando se trata de intereses propios.


La construcción de la Autopista Transchaco, hizo que aquellos Menonitas "sencillos", amantes de la paz y la humildad, impulsaran una expansión de tal calibre que en la actualidad controla el 25% de la industria láctea de Paraguay, así como la exportación de carne de vacuno a varios países del mundo. Las prósperas colonias Menonitas, nacidas de un territorio paraguayo a coste "cero" y para nada humildes ni sencillas, recibieron grandes oleadas de gente de fuera en busca de trabajo y en la actualidad Filadelfia está próxima a los 10.000 habitantes y subiendo, siendo más de la mitad ajenos a la colonia Menonita. Los descendientes de aquellos colonos que 80 años atrás llegaron escapando de las presiones del mundo, son actualmente ministros del gobierno de Paraguay. (A Dios rogando...)

RAFAEL FABREGAT

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