20 de julio de 2015

1832- EL TERREMOTO DE ANTIOQUÍA.

Antioquía fue fundada a finales del siglo IV a.C. por Seleuco I Nicátor, uno de los generales de Alejandro Magno. Situada junto a la ruta comercial del Mediterráneo con el interior de Asia, alcanzó rápidamente la relevancia esperada. Situada sobre el monte Silpio y flanqueada por el río Orontes demostró ser plaza fuerte por las dificultades en sitiarla. Sus arquitectos se inspiraron en el trazado de Alejandría. Una gran avenida porticada dividía la ciudad en dos mitades, con una gran ágora o centro urbano en su mitad. Se estima que en el siglo II de nuestra era Antioquía superaba los 500.000 habitantes, tercera mayor ciudad del Imperio Romano, detrás de Roma y Alejandría. 

Antioquía sufrió un primer terremoto el año 148 a.C. que causó grandes daños pero la ciudad se recuperó rápidamente y mantuvo la categoría de ser una de las principales urbes del mundo greco-romano pero también una de las más turbulentas por estar el Imperio Seléucida ya en decadencia. Finalmente el año 64 a.C., tras derrocar a su último rey Antíoco XIII, Antioquía pasaría a convertirse en capital de la provincia romana de Siria y así siguió, superando incluso la crisis del Imperio Romano del siglo III. Antioquía fue lugar relevante del Cristianismo. Sede de uno de los cuatro patriarcados originales, en ella dio su primer sermón a los cristianos Pablo de Tarso, o apóstol San Pablo.

El emperador Aureliano levantó diferentes estructuras monumentales, Diocleciano un nuevo y suntuoso palacio y Constancio II, tercer hijo de Constantino I el Grande, todavía con más ahínco que su padre defendió la cristiandad y persiguió a los idólatras, construyendo una magnífica Catedral octogonal que no llegaría a cumplir un siglo de vida. A la una de la tarde del día centésimo cuadragésimo del calendario Gregoriano del año 526 (día 20 de Mayo) y ya bajo un sol abrasador, la tierra empezó a temblar con una fuerza inusitada. Nada menos que XI grados de la escala modificada de Mercalli y que se estima por encima de los 7º de la escala de Richter.

Se cree que el epicentro estaría en la inmediaciones de la ciudad y causó 255.000 muertos. No se tiene registro de ningún otro de tal magnitud en la zona. La mayor parte de sus habitantes perecieron bajo los escombros. Solo las casas construidas en la parte alta de la montaña se salvaron. El resto quedó totalmente asolado. La Gran Iglesia (catedral de Constancio II) quedó destruida en buena parte y el incendio posterior arrasó el resto. Tal porcentaje de muertes fue debido al hecho de estar en fiestas, con muchos invitados y en plena comida (hora séptima) del mediodía. Las réplicas se prolongaron durante 18 meses. También las murallas de la ciudad resultaron destruidas.

Varios historiadores se hicieron eco de la desgracia. El historiador local Juan Malalas, Juan de Éfeso, Procopio de Cesárea, etc. relataron los mismos hechos: Un grandioso terremoto había asolado la ciudad de Antioquía, siguiendo un extraordinario incendio que acabó con lo poco que quedaba en pie. Las casas y la propia catedral cayeron sobre sus habitantes en una cifra que va desde los 250 a los 300 mil muertos. 
Algunos de esos historiadores añadieron el hecho de que se dieron casos de licuefacción, es decir, que algunas partes del suelo de la ciudad se deformaron como si fueran blandas. 
El hecho fue tan relevante que a lo largo de la Historia nunca dejó de recordarse.

RAFAEL FABREGAT

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