9 de abril de 2015

1719- EL CASTILLO DE LAS DAMAS.

Hablar del Castillo-palacio de Chenonceau es hacer vivo relato de las mujeres más poderosas de Francia en el siglo XVI. La primera cita del lugar es del siglo XI, como casa solariega de la familia de los Marques, convertida en el siglo XIII en castillo feudal. En 1411, habiendo participado el patriarca en maquinaciones contra el futuro rey Carlos VII, a favor de Inglaterra y en la Guerra de los Cien Años, la familia entró en desgracia y a excepción de la Torre del Homenaje y el pozo adyacente, todos los edificios fueron derribados por orden real. Sin embargo la familia mantuvo su propiedad sobre la finca y 21 años después, su propietario Jean Marques recibe del mismo rey permiso para una reconstrucción que se lleva a cabo sobre los cimientos anteriores.

Un nuevo Castillo y un molino fortificado se asientan sobre los antiguos pilares que sortean el río Cher, afluente del Loira, pero la propiedad no duraría mucho tiempo en la familia. En 1513 el nuevo propietario Pierre Marques se encuentra ahogado en deudas y vende el castillo a Thomas Bohier, ministro de finanzas de Carlos VIII. Su esposa Katherine Briçonnet se encarga de su drástica remodelación. A excepción de la Torre del Homenaje toda la construcción es derribada y edificado en su lugar un palacio renacentista que apenas acabadas las obras se dedica a fiestas y recepciones de la alta sociedad. El propio Francisco I acude en dos ocasiones a ellas, lo cual no impide que unos años después lo expropie al hijo de los Bohier por deudas a la Corona.

El Castillo es a partir de entonces, una más de las propiedades de la Casa Real. En 1533 Francisco I casa a su hijo y futuro rey Enrique II con Catalina de Médicis, duquesa de Florencia y sobrina del papa León X. Ambos jóvenes tienen 14 años de edad. Tras una gran fiesta, a medianoche la pareja abandona el baile para consumar sus deberes maritales. Enrique llega a la habitación acompañado de su padre el rey Francisco I que permanece allí hasta que el matrimonio es consumado. El Papa los visita en la misma cama a la mañana siguiente, bendiciendo lo sucedido durante la noche anterior. Sin embargo Enrique se desentendió pronto de su esposa y sin recato alguno tomó varias amantes.

En 1553 y en contra de los deseos de su esposa Catalina de Médicis, Enrique II cedió el Castillo de Chenonceau y todas las tierras de la propiedad a su amante Diana de Poitiers que se convertiría en su favorita. Tan convencida estaba Diana del amor de Enrique hacia ella, que incluso lo animó a tener hasta diez hijos con su esposa Catalina. El 10 de Julio de 1559 moría Enrique II a consecuencia de la heridas sufridas en una justa en la que participaba con los colores de su amante Diana, ascendiendo al trono Francisco II de quince años y su esposa María Estuardo. Aunque ya tenía suficiente edad para gobernar, débil de salud y de carácter, Francisco tomó a su madre como consejera. 

Habitación de Diana Poitiers.
Catalina de Médicis explotó la autoridad que su hijo le otorgó, para forzar a Diana de Poitiers a entregar todas las joyas de la Corona y a devolver el Castillo de Chenoceau. Catalina de Médicis cinceló de inmediato todas las reformas llevadas a cabo por Diana en el Castillo de Chenoceau, clausuró su habitación y construyó nuevos salones sobre el río Cher. Allí se celebró la fiesta de ascenso al trono de su hijo Francisco II y en la que, por primera vez en Francia, se presentaron fuegos artificiales. Todos los más importantes eventos de Francia se celebraron entre aquellas paredes que poco a poco olvidaron el nombre de su antigua anfitriona Diana de Poitiers. Pero aquel rey moriría pronto...

El 5 de Diciembre de 1560 y con solo un año y medio de reinado, moría Francisco II a causa de la trepanación como cura de una otitis con abceso. Le sucedió su hermano Carlos IX, tercer hijo varón de Enrique II y Catalina de Médicis, pero también a éste le sobreviviría su madre. 

Carlos, casado con Isabel de Austria, también tenía una salud bastante delicada y murió en Mayo de 1574. Le sucedió su hermano Enrique III, cuarto hijo varón de Catalina, casado con Luisa de Lorena, que no tuvo descendencia. 
Catalina de Médicis murió el 5 de Enero de 1589, a los 69 años de edad. En principio fue enterrada en el Castillo de Blois, uno más de los castillos del Loira. Posteriormente sus restos fueron trasladados a la Basílica de Saint-Denis, cerca de París, pero en 1789 las turbas revolucionarias profanaron su tumba arrojando sus huesos a una fosa común junto a los de otros reyes y reinas. El 2 de Agosto de 1589 moría también su hijo Enrique III apuñalado por el fraile Jacques Clément de la Liga Católica. 

El Castillo de Chenoceau es ahora de su esposa Luisa de Lorena que, aún conociendo su preferencia sexual por los hombres lo amó siempre. A su muerte dispuso que sus habitaciones fueran tapizadas en color negro y clausuradas. La habitación de Enrique III sigue mostrando duelo por su asesinato en 1589. Otra habitación, llamada de las cinco reinas, está dedicada a las hijas y nueras de Catalina de Médicis: María Estuardo, Margarita de Valois, Luisa de Lorena, Isabel de Austria e Isabel de Valois. Finalmente el Castillo de Chenoceau pasó a manos privadas hasta la I Guerra Mundial que sirvió de hospital. En la II Guerra Mundial, es frontera entre la Francia ocupada por los alemanes y la Francia libre. Una bomba cayó cerca de la capilla y rompió los vitrales originales. Actualmente es el segundo edificio más visitado de Francia.

RAFAEL FABREGAT









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