19 de marzo de 2014

1301- SER ESPAÑOL Y VALENCIANO.

No es una cuestión económica, sino sentimental. Supongo que le pasará a mucha gente de todas las partes del planeta, pero yo me siento afortunado de ser español y valenciano. De haber nacido en "la tierra de las flores, de la luz y del amor". 
Región con buen clima y maravillosas playas, familiares y gratuitas; llena de vida y oportunidades para todas las personas de buena voluntad. Ya sabemos que no es justamente el mejor momento por el que ha atravesado nuestro país, pero los ha habido peores. Ya sé que son muchos los que se lamentan y con razón de la mala situación del momento. Es mala, nadie puede negarlo pero, sin remontarnos a tiempos lejanos, en una escala del 1 al 100 el momento actual estaría en el puesto 95. Solo hay que mirar lo que tenemos hoy y lo que había 50 años atrás...

Curiosa situación. Nadie diría que estemos "tan bien"Los que ya tenemos una edad y nos hemos criado en cuna humilde, excepto la guerra, lo hemos vivido todo. ¿Chorradas?. Pues vale, chorradas. Los viejos no pintamos nada y la juventud, verdadera protagonista, piensa que todo cuanto decimos son tonterías. Las batallitas del abuelo Cebolleta, uno de los miembros de "la familia Trapisonda" (un grupito que es la monda) de los antiguos tebeos que los niños actuales ya no leen. No son tiempos de tebeos. Perdieron protagonismo porque somos "demasiado ricos". Es la era de los tablets, del i-phone y del wasap. De la escritura a medias, repleta de faltas de ortografía y, lo que es más curioso: entre jóvenes con más de 20 años en diferentes colegios y universidades. Yo no tuve nada de todo eso. A los 14 años a trabajar.

Pero es lo que toca en este momento de la Historia del Mundo. Nadie puede hacer nada para evitarlo. Cada persona tiene su vida y su momento. Veremos que les toca a estos jóvenes de hoy, cuando sean viejos... No habrán de pasar muchos años para que esta juventud actual, que dice vivir reprimida y sin medios, cambie de parecer. 
¡Qué poco saben ellos de lo que es vivir con escasez!.
Pero no les culpo. Nacieron sobre la cresta de la ola y pensaron que surfear era estar siempre entre la espuma de esa inmensa ola que creían eterna. En el surf, como en la vida, hay subidas y bajadas, pero los únicos culpables de que no conozcan esta realidad la tienen sus mayores. Pero claro, es que algunos mayores (ilusos) creyeron que aquella situación, propia de cuento de hadas, sería eterna. 

Lamentable, pero cierto. 
Sé de un montón de gente que era millonaria hace diez años y hoy apenas tiene para comer. Porque el dinero cuelga de un hilo muy fino. ¿Lo sabían?. 
Ante estas "estrecheces" (en las que todo el mundo tiene coche, móvil, televisor de plasma, fines de semana, vacaciones y escapadas; cuando coger el AVE o el avión es el pan nuestro de cada día y cuando se desayuna en las cafeterías o se almuerza en el bar todos los días del año) ¡solo cabe la revolución!. No hay derecho, esto no es vida, así no podemos seguir... Hay que renegar de este país, debemos independizarnos y abandonarlo a su suerte. ¡Yo es que no me lo puedo creer...! Está claro que, para quien no conoce el infierno, la llama de un mechero es de todo punto insoportable. 

Ya he dicho antes que los jóvenes no tienen la culpa de nada. La culpa la tienen sus mayores, por no haberles inculcado los valores adecuados. Es la falta de memoria de los padres la que provoca el inconformismo de los hijos y la discordia entre los diferentes pueblos de España y del mundo. Claro que quien escribe solo es un miserable que no ha sabido hacer otra cosa más que trabajar de sol a sol para sacar una familia adelante y tampoco todos se lo han agradecido, pero no importa. Bueno, sí que importa pero cada cual elige su camino... Tenía yo muy claro, desde el principio, que nadie iba a regalarme nada. ¡Nada!. Ni el derecho al honor, a la justicia o a la simple duda. El año pasado en mi pueblo se murió un perro y gente que me quiere pensó que muerto el perro acababa la rabia. 

Yo lo agradezco en el alma, pero es una batalla perdida. Eran demasiados perros y todos lameculos del villorrio. No hay solución para mí, pues soy de los que no se muerden la lengua y orgulloso estoy de ello. Nada debo a nadie. Por mucho que me pese, estoy asqueado de demasiadas cosas y muy especial de los políticos que yo, en mi ignorancia, pensaba que buscaban el bien del pueblo y el de sus gentes. Lamentablemente no es así. 
Normalmente trepas corruptos que no miran otra cosa que lucrarse del trabajo ajeno. No hay ninguno bueno a no ser que sea tonto, que alguno habrá. 
Como dije al principio el Reino de Valencia (porque rey era Jaime I el Conquistador y fue él quien conquistó esta tierra a los moros) es tierra especial donde las haya. Buena tierra y, en general, buenas gentes, trabajadoras, con mucho amor y escasos afanes políticos. Más bien conformistas, porque saben lo que cuestan las cosas y que no es mirando al cielo como se consiguen. 

Aquí hay muy pocos de los que piensan que es la política la que tiene que arreglar tu casa. 
Ningún valenciano piensa que el bienestar se consigue saliendo a la calle, chillando y rompiendo los cristales de negocios ajenos. La gente de bien hace las cosas de otra manera, especialmente trabajando. Tenemos la suerte, eso sí, de tener un clima excepcional sin grandes fríos ni grandes calores, excelentes playas, industria, grandes campos de viñas, naranjos, almendros... todo conseguido con el duro trabajo de muchas generaciones. El día de San José, Valencia quemará sus "fallas"; la próxima semana Castellón sacará sus "gayatas" y más tarde será Alicante la que queme sus "hogueras". Entre las tres provincias quemaremos toneladas de pólvora porque, en el Reino de Valencia, la pólvora se gasta en fiestas y cohetes, no en guerras. 

RAFAEL FABREGAT

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