30 de junio de 2020

2987- CORONAVIRUS, COVID-19.

El primer impacto fue el que suele suceder cuando a alguien le dicen que tiene un cáncer más o menos agresivo... Primero la incredulidad, después la desesperación y finalmente la conformidad, ante lo inevitable. Esa fue la primera reacción cuando nos enteramos de que se acercaba una pandemia de procedencia china, llamada coronavirus y más específicamente Covid-19. Para entonces, naturalmente, ya la teníamos aquí y cada día se infectaban miles de personas y morían cientos de ellas en nuestro país y en los de nuestro entorno. Un virus difícil de evitar por la gran facilidad de transmisión y para el que no había vacunas y ni siquiera medicinas para hacerle frente. Sonaba a película de ciencia-ficción o quizás más bien de terror, pero era una realidad que finalmente tuvimos que aceptar, ante la fatal noticia del número de infectados y muertos que cada día informaban.

Italia y España fuimos los primeros en caer, debido al importante números de turistas que nos visitan durante todo el año. El resultado es bien sabido, por todos los españoles y por todos los habitantes del mundo... Tres meses que se hicieron largos, muy largos. Dos de confinamiento absoluto y otro más bajo estrictas medidas de seguridad. Después de toda esa problemática llegaron otros tiempos de relax, que no de tolerancia absoluta. Ante tal flexibilidad, en España y en todo el mundo, vino la relajación. Eran demasiadas las ganas que todos teníamos de olvidar tanta imposición y confinamiento y nos echamos a la calle. De todos es conocido lo que a los españoles nos gusta el ambiente de bares y cafeterías y especialmente las terrazas que éstos tienen en cada uno de los pueblos y ciudades de esta España nuestra.

Por mucho que nos pese, el resultado ha sido el esperado... Son ya más de 25 rebrotes del virus en el territorio español y, aunque de momento están controlados, esto no ha hecho más que empezar. Dos son los "culpables" del deterioro de la recién estrenada libertad... En primer lugar la necesaria llegada de mano de obra subsahariana para la recogida de fruta y hortalizas de la que en España somos importantes productores, no solo para el consumo interno, sino también como principales proveedores de todos los países de Europa. El segundo factor es el primeramente señalado: nuestro gusto por la fiesta y por todo lo que sea actividad social. Aquí cualquier excusa es buena para quedar con amigos o familiares y para montar una fiesta por todo lo alto... Onomásticas, cumpleaños, bautizos, comuniones y mucho nos tememos que finalmente quedaremos otra vez recluidos ante la nueva expansión de Covid-19. ¡Ay Señor!. ¿Acabará esto algún día...?

RAFAEL FABREGAT

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