29 de marzo de 2019

2744- LAZOS DE SANGRE.

Hernán Cortes y la Malinche.
A algunos no les gustará esta Historia pero los hechos no se pueden soslayar. Las cosas son como son y no como algunos quieren que sean. Lo quieran o no los mexicanos llevan en sus venas una gran parte de sangre española, del mismo modo que los españoles llevan un porcentaje de sangre mexicana o azteca. Es de todos sabido el uso y abuso que los aztecas hacían del pueblo Mexica y los enfrentamientos que estos tenían con Moctezuma, en defensa de sus bienes y de su propia vida. También es del conocimiento general que, gracias a su apoyo en la lucha contra Moctezuma, los españoles gozaban de una posición preferente en el orden social con este pueblo indígena, hasta el punto de que, el propio Cortés y muchos de los españoles que le acompañaban, aún estando casados, contrajeron segundas nupcias con mujeres mexicas. 


Isabel Moctezuma, ahijada de Cortés y casada con Pedro Gallego de Andrade.
Esto dio lugar a una sociedad mestiza, altamente apreciada por las dos partes y que en el pueblo español todavía hoy se aprecia en lo que vale. Los españoles defendían a una parte de los mexicas, luchando contra otras tribus vecinas y contra el propio Moctezuma. Como si de un encantador de serpientes se tratara, Hernán Cortés trató de suavizar esta relación con el monarca de tal manera que, con el tiempo, el astuto, sabio y prudente emperador, comió de la mano del conquistador español declarándose vasallo del rey Carlos V.
Los aztecas conquistaron las tierras mexicanas 250 años antes de la llegada de los españoles. Para algunos, los 250 años de matanzas y sacrificios mexicas a sus dioses, no cuentan y solo tienen ojos para la llegada de los españoles. Pues bien, la llegada de los españoles a Yucatán fue en el año 1.517 aunque regresaron a Cuba tras perder varias batallas y la conquista de Tenochtitlán no se produciría hasta 1.521, tras dos años de guerra con Moctezuma. 

Provisionalmente, el territorio mexica estuvo gobernado desde España hasta el año 1535, momento en que fue establecido el Virreinato de Nueva España. Teniendo en cuenta que la independencia de México se produjo en 1.821 queda claro que los españoles gobernaron este territorio durante tres siglos. El resultado no debió ser tan desastroso como algunos pregonan ya que de los 33 lugares que México tiene calificados como Patrimonio de la Humanidad, más de la mitad fueron construidos durante el virreinato español. No se puede negar que los españoles llevaron a ese y otros territorios americanos muchas enfermedades que, por ser allí desconocidas, diezmaron la población indígena pero no fue ese un daño premeditado, pero también es verdad que encajaron perfectamente con la población autóctona, hermanándose con ella.


España tomó cariño por aquellas tierras y sus habitantes, de la misma manera que gran parte de aquellas gentes apreciaban a los españoles por su histórico apoyo y defensa contra las matanzas aztecas y por el desarrollo adquirido bajo su gobierno. En cuanto al tema de la sangre, miles de mexicanos del siglo XXI llevan todavía apellidos españoles. Por mucho que reniegue de ello, el propio presidente actual de México, es uno de aquellos descendientes de sangre española. Está claro que los españoles no lo harían todo bien y para todos, pero trescientos años son muchos años y, aunque en 1.821 los mexicanos se independizaran, la sangre que corre por las venas de unos y otros ya estaba unida para toda la eternidad. Millones de mexicanos actuales son descendientes de aquellos españoles capitaneados por Hernán Cortés. Sean ellos pues quienes se disculpen por alguna mala acción, si la hubo, cometida por sus antepasados. 

De paso, puestos a pedir, que le pidan al presidente Donald Trump el 52% del territorio que EEUU le robó a México en 1.848 por medio del Tratado de Guadalupe Hidalgo. Mucho nos tememos que el presidente mexicano actual busca enemigos fantasmas, donde no los hay, para evitar enfrentarse a los que tiene frente a su propia cara. Ya no hablemos de los asesinatos que suceden día sí y otro también en el México actual. ¿Qué está esperando para imponer justicia?. ¿Por qué no lucha por el bienestar de su pueblo, cada día más hundido en el barro?. Le pese a quien le pese Nueva España, es decir México, jamás había tenido el esplendor que le dieron los españoles y no lo ha vuelto a tener desde que éstos se fueron.

RAFAEL FABREGAT

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