En este mundo pasa de todo, hasta incluso que a un grupo de sacerdotes los echen de un bar sin querer servirles la cerveza que pedían. Sin embargo no se trataba de una discriminación, sino de un malentendido, motivo por el cual todo acabó entre risas y tomando las sabrosas cervezas.
Un grupo de siete sacerdotes fue expulsado de un pub de Gales en el que, como se ha dicho antes, pretendían tomar una pinta de cerveza. Justamente por eso, no por la cerveza sino por la "pinta", fueron invitados a abandonar el bar sin más contemplaciones. Los religiosos, todos ellos jóvenes, venían de celebrar la ordenación de dos de ellos en la Catedral de San David de Cardiff. Los otros cinco todavía eran estudiantes y, amigos desde muchos años atrás, decidieron invitar a los ordenados a una pinta de cerveza.
Eligieron el pub "The City Arms", pero no llegaron ni a poder pedir la cerveza que pretendían tomar pues, solo al verlos, el encargado de la barra les dijo que abandonasen inmediatamente el local "pues era norma de la casa no permitir el acceso a personas disfrazadas o de grupos celebrando despedidas de soltero..." No hubo tiempo para aclaraciones pues los curas, sorprendidos en un primer momento, quedaron sin saber qué decir. Unos instantes después intentaron aclarar la confusión, pero ya era tarde pues el barman y otros dos camareros les empujaban hacia la calle. Afortunadamente alguien se dio cuenta de lo que estaba sucediendo en realidad y avisó al dueño del pub que salió corriendo tras los religiosos, pidiéndoles perdón y rogándoles que entraran de nuevo. El barman incluso les invitó a una primera ronda de cervezas. ¡Cosas que pasan...!
RAFAEL FABREGAT
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