En tierras mallorquinas no se puede hablar de historia de Mallorca sin nombrarle pues, a pesar de haber vivido en una época reciente, "el Archiduque" era ese personaje omnipresente e imprescindible en cualquier aventura que se emprendiera en la isla.
Nadie puede presumir de conocer Mallorca sin haber recorrido "la ruta del Archiduque", en mallorquín "el camí S'Arxiduc" pero antes de recorrerlo debemos recordar que Luis Salvador María José Juan Bautista Domingo Rainiero Fernando Carlos Zenobio Antonio de Habsburgo-Lorena era el undécimo hijo de Leopoldo II, Gran Duque de Toscana y noveno hijo de su esposa María Antonieta de las Dos Sicilias. Su nacimiento en el Palacio Pitti de Florencia, el 4 de Agosto de 1847 fue anunciado a la población con una salva de 101 cañonazos. En 1849 una revolución política exilió a su padre y a toda la familia a su fortaleza de Gaeta en Nápoles pero el ducado no desapareció hasta diez años más tarde, cuando el joven archiduque abandonó Florencia definitivamente.
Luis Salvador fue, desde que nació, una lumbrera en ciencias, geografía y muchas otras artes, dedicando su vida a los viajes y al estudio de las islas mediterráneas, especialmente Mallorca que hoy le debe toda la fama y protagonismo alcanzado en el sector turístico y bien que se lo reconocen sus habitantes. Todo en Mallorca huele al archiduque y no hay conversación histórica en la que no se nombre a este personaje que convirtió el paraíso perdido de la isla de Mallorca en el destino turístico nº1 del mar Mediterraneo. Con el nombre de Conde de Neudorf, el archiduque llegó por primera vez a Mallorca en 1867, adquiriendo la finca de Miramar y Sa Foradada como primer paisaje a divisar cada mañana al levantarse. Sin embargo, todo en la familia de los Austria fueron muerte y calamidades.
Isabel de Austria y Hungría, más conocida como 'Sisí emperatriz', esposa de Francisco José I y prima del archiduque, al que visitó en múltiples ocasiones en su refugio balear, fue asesinada por un anarquista. El 28 de Junio de 1914 también morían asesinados en Sarajevo el príncipe heredero de Austria-Hungría Francisco-Fernando de Austria y su esposa Sofía, duquesa de Hohenberg.
El archiduque no padeció ninguno de los percances que parecían rodear a toda su familia, pero la maldición le alcanzó por medio de la enfermedad de la elefantiasis, que le privó de su normal deambular por la isla mallorquina. Con residencia fija en su finca de Miramar y casona de La Estaca, pero con más de una docena de otras fincas similares en propiedad, el archiduque hizo gala de una bondad y cultura exquisitas. Se dice que hablaba catorce lenguas y platicaba con cualquier labriego que pasara por las proximidades, lo que le hizo muy popular y cercano entre la gente del pueblo llano.
Sus posesiones en Valldemosa y Deyá fueron dedicadas al cultivo de la viña, olivos y frutales, así como a legumbres y verduras. En las Exposiciones Universales de Madrid, París y Chicago, así como en la de Barcelona de 1888, fueron premiados sus vinos y aceite. Por su finca de Miramar pasaron los personajes más relevantes de su época y los de más alta alcurnia. En 1887 la Diputación Provincial de Baleares le nombró Hijo Adoptivo; Presidente Honorario en 1909; Hijo Ilustre de Mallorca en 1910; la ciudad de Sóller le nombró Hijo Adoptivo en 1913 al haber cedido al Ayuntamiento los terrenos sobre los que posteriormente se construiría el famoso 'tren de Sóller', entonces para cruzar la sierra de Tramontana y actualmente primera atracción turística de Mallorca, junto al tranvía que extiende la vía férrea hasta el puerto de esta localidad mallorquina, ambos de madera, que solo han renovado su tracción, antes a vapor y hoy eléctrica.
RAFAEL FABREGAT
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