23 de agosto de 2011

0466- EL ORIGEN INCIERTO DE LOS IBEROS.

Apenas salidos de párvulos y perfectamente separados de las niñas, ya nos explicaban en la escuela de Franco (1950/1960) mucho de historia y más todavía de religión. Mis hijas se sorprenden ante alguno de mis comentarios puesto que, con unos simples estudios primarios, conozco mucha más historia que ellas que tienen carreras universitarias. Ya no digamos si habláramos de "Historia Sagrada" que era el plato fuerte de entonces.
Exceptuando las variedades de uva que había plantadas en la viña de Noé, porque la historia nos lo muestra borracho pero no trabajando las vides, lo demás lo sé todo. Claro que entonces no nos explicaron que, antes del diluvio universal, este señor era ya un viticultor experimentado. Nos dijeron que recogió gran cantidad de uva de unas cepas silvestres y al no comerlas todas, el zumo que había en el recipiente se había convirtido en vino sin él saberlo. ¡Uy que mentirosos...!. Bueno, pues así eran las enseñanzas en tiempos de Franco. Pero hoy no voy a hablar de religión, sino de Historia.

Contraviniendo lo escrito por gente mucho más sabia que yo, que solo sé que no sé nada, voy a decir que "los Iberos" que la historia señala como primeros pobladores de nuestra península y llegados a nuestras tierras en el III milenio antes de Cristo, procedían del este de Europa. Así, de sopetón. ¡Plas!
Nada pues de buscar su procedencia en África, ni posteriormente en Europa occidental por la similitud con los pobladores celtas. Aquellos primeros Iberos habían evolucionado, habían establecido territorios y razas diferentes entre sí y por lo tanto cualquier similitud con los celtas era posible.

Incluso se mezclaron rápidamente entre ellos, formando lo que se dió en llamar el pueblo Celtíbero. No hay razón alguna para pensar que, aquellos primeros Iberos que llegaron a nuestra península dos mil años antes que los Celtas, tengan que ser completamente ajenos a los habitantes de la Iberia caucásica, como algún historiador propone. Por fin hoy, cinco mil años después, estudios apoyados en evidencias arqueológicas y antropológicas, empiezan a estimar que -efectivamente- aquellos primeros Iberos no podían provenir de otro lugar que de las tierras que griegos y romanos denominaban Iberia. Esta región caucásica vendría a ocupar gran parte de la actual Georgia, Ingusetia y ambas Osetias.

Desde tiempo inmemorial, había allí un antiguo pueblo que se llamaba Kartli. Para designar a este antiguo pueblo georgiano, los griegos y romanos le llamaron Iberia o Iveria. Se trataba de un territorio gobernado por un grupo de tribus o pueblos emparentados entre sí y al que los antiguos historiadores designaban como "los Iberos". Antiguas fuentes georgianas hablan de Kartli como un pueblo de la dinastía aquemérida, hasta entonces dominado por los persas, que conquistó un oficial de Alejandro Magno, llamado Azo, que finalmente fue expulsado por Pharnazaz I de Iberia. Algunos pueblos caucasianos, aún conservan con orgullo el nombre de Iberia en su denominación étnica, conocedores de ser la base del estado de Georgia y primeros ocupantes de Hispania.

Los que denominan a los primeros pobladores de nuestra península, con el nombre de Iberos, son los historiadores y geógrafos griegos. Sin embargo son ellos mismos quienes denominaban de la misma forma a los habitantes de la actual región de Georgia. ¿Por qué?.
No puede asegurarse con exactitud la procedencia de los Iberos establecidos en la península Ibérica, pero sí ha quedado claro que en su emigración ocuparon la zona mediterránea que va desde el Languedoc-Rosellón francés hasta la actual provincia española de Alicante. Ocuparon los valles del Júcar y del Segura y se fueron internando hacia el oeste hasta llegar a los altos valles del Guadiana y del Guadalquivir, al mismo tiempo otros grupos habían ocupado el valle del Ebro.

Aunque las fronteras actuales la sitúen en Asia, históricamente Georgia se considera europea por los milenios que la convierten en cuna de los Cólquidas y los Iberos, tantas veces en manos de griegos y romanos. El mundo griego de la antigüedad delimita el Ecúneme, o mundo conocido, entre las dos Iberias: la Iberia peninsular del oeste del mar Mediterráneo (Hispania) y la del este o Iberia Caucásica, que algunos cartógrafos señalan como Hispanetia. Ya el mismo Estrabón escribió sobre los Iberos, habitantes de una región al norte de Armenia en su Libro II "...pueblos que residen entre Hiscania y el Pontos, hasta el Caúcaso y los límites de los Iberes con los Albanoi.
En la cita 413 de García y Bellido sobre la "Geografía de Estrabón" textualmente se dice: "...en cuanto a los pueblos del Caúcaso, los Albanoi, que estaban en lo que actualmente es Aceibaryan y a los Iberes, homónimos de los españoles, que ocupaban lo que hoy es Georgia..." Con referencia a los asentamientos iberos en el sur del mediodía francés, ya en el siglo V a.C. el dramaturgo griego Esquilo escribió que "el Ródano corría por Iberia...". Lo cual indica que no todos los Iberos llegaron a nuestra península, sino que una parte de ellos se quedaron en el camino.

Para los más curiosos hay que señalar el triste fin de Iberia y de los Iberos. Fue hace relativamente poco. Muerto el rey Bakur III en el año 580, Iberia pasó a ser una provincia persa. Finalizada la tregua entre Persia y Bizancio, su hijo y príncipe de Iberia Stéphanos I decidió unir sus fuerzas con los persas en el año 607 para recobrar sus tierras, cosa que al parecer logró, aunque por poco tiempo. Veinte años después (628) el emperador bizantino Heraclio derrotó a persas y georgianos asegurándose el dominio de todos aquellos territorios hasta la llegada de los árabes en el 645.
Así era entonces la historia. Dura y muy cambiante...

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