2 de junio de 2015

1777- MONASTERIO DE LA RÁBIDA.

Pocos lugares con mayor carga emblemática y no por su antigüedad. Este monasterio franciscano se erigió entre los siglos XIV y XV, es de estilo gótico-mudéjar y está ubicado en el término municipal de Palos de la Frontera, provincia de Huelva. Es de advocación Mariana, encontrándose en el convento una imagen de Ntra. Sra. de los Milagros del siglo XIII, realizada en alabastro. Su mayor fama le viene dada al dar apoyo a Cristóbal Colón cuando buscó cobijo entre sus paredes en 1485. De los frailes obtuvo cobijo apoyo en sus contactos con la Corona y con el armador Martín Alonso Pinzón que facilitaría los hombres necesarios para convertir el sueño de viajar a las Indias, navegando hacia el oeste, en una realidad que supuso el descubrimiento de América.


En este monasterio se encuentra el cuerpo de Martín Alonso, que murió al regreso de ese primer viaje a América. Hasta el 12 de Octubre de 1492, Cristonal Colón y Martín Alonso habían mantenido una excelente relación pero ese día, desesperados por no encontrar tierra, Martín había sugerido un cambio de rumbo y éste llevó a la expedición a encontrar una de las Islas Bahamas a la que ellos denominaron San Salvador. El marinero Rodrigo de Triana fue el primero en divisar tierra. A partir de ese momento Colón se muestra extremadamente receloso con Martín, jefe de los expedicionarios (que no de la expedición) por la gloria y privilegios que pudiera disputarle por el descubrimiento del nuevo camino a las Indias, en las que él cree encontrarse.


Al adelantarse Pinzón con La Pinta, separándose de las otras dos naves, Colón hace contra él graves acusaciones en el Diario de a Bordo, al parecer infundadas. El caso es que la enemistad se mantuvo hasta su regreso, cuando Martín se volvió a separar a causa de una tormenta, llegando Pinzón a Bayona (España) antes de que Colón lo hiciera a Lisboa en Portugal. Colón siguió viaje a Palos de la Frontera por tierra mientras Martín Alonso Pinzón llegaba por mar a Palos el día 15 de Marzo de 1493, coincidiendo con la llegada de la carabela La Niña. Martín llegó a Palos muy enfermo y sin entrar en la ciudad se dirigió a una finca de su propiedad en Moguer. Viéndose morir pidió su traslado al Monasterio de La Rábida donde fue enterrado junto al mismo altar, en la iglesia de dicho monasterio franciscano.

El Monasterio de La Rábida se eleva sobre una colina denominada "la Peña de Saturno", entre los ríos Tinto y Odiel. Según leyendas recogidas en un códice de fray Felipe de Santiago en ese lugar se alzaba en tiempos de los Fenicios un templo dedicado al dios Baal (Hércules) que a la llegada de los romanos fue relegado para adorar, a partir de entonces, a la diosa Proserpina. También los árabes levantaron en ese mismo lugar un pequeño monasterio de monjes-caballeros similares a los cristianos y fueron ellos los que le dieron la denominación de Rábida o Rápita por estar en costa fronteriza. Aquí llegó también Francisco de Asís con un puñado de discípulos a finales del siglo XII, fundando un humilde monasterio franciscano.


Claro que las leyendas, leyendas son y las fechas no concuerdan. Fray Francisco de Gonzaga da como fecha fundacional el año 1261 y sin embargo existe una bula del papa Benedicto XIII (nuestro querido Papa Luna) que, en forma de carta fundacional del año 1412, concede a Fray Juan Rodríguez y a sus compañeros religiosos, moradores del eremitorio de La Rábida desde 1403, el permiso pontificio para establecerse en comunidad. Dado su especial enclave, el monasterio era utilizado también como baluarte defensivo en aquellos tiempos de frecuentes incursiones de piratas berberiscos. También el papa Eugenio IV otorgó indulgencias a vecinos y nobles de la comarca que ayudaran a construir los edificios conventuales, la mayoría de los cuales son de aquella época.


También Hernán Cortés llegaría a Palos en 1528 tras la conquista de las tierras mexicanas de Nueva España y lo mismo haría un tiempo después Francisco Pizarro. Los dos pernoctarían en aquel monasterio donde sus monjes eran ávidos seguidores de la aventura americana. En la primera mitad del siglo XIX, con la aplicación de la Desamortización de Mendizábal, el Monasterio quedaría en estado ruinoso hasta que la Diputación Provincial y los duques de Montpensier lo restauraran en 1855. Los monjes franciscanos tomaron nuevamente posesión del lugar en 1920. Repitiendo la hazaña de Colón, en 1922 el Monasterio fue testigo y amparo, una vez más, del primer viaje a América, esta vez en avión y con destino a Buenos Aires. Los pilotos del "Plus-Ultra" también pernoctaron en el Monasterio de La Rábida.

RAFAEL FABREGAT

No hay comentarios:

Publicar un comentario