8 de septiembre de 2014

1503- INCONSCIENCIA Y FELICIDAD.

La memoria selectiva es la base de la felicidad. Todos nos lamentamos diciendo y con razón, que la felicidad no existe, pero puede darse el caso de que sí exista para algunas personas. Son las inconscientes, las que pasan de todo y de todos, excepto de ellos mismos. Pero queda una última pregunta: ¿se puede esto manejar a voluntad?. Tanto si la respuesta es afirmativa como negativa, por si misma anula la felicidad, lo que nos confirma que la felicidad no existe. Solo podría caber en dementes, en gente sin raciocinio, pero esos no saben lo que es la desgracia ni la felicidad, luego tampoco ellos son felices porque no sabrían apreciarla.


Ningún ser humano tiene en la mente la capacidad de un potente ordenador. Nuestra memoria es la que es y todos los días nos damos cuenta de que recordamos con pelos y señales determinadas cosas y sin embargo somos incapaces de recordar otras. A esto se suma el hecho de que, de forma inconsciente, algunos detalles negativos se borran. Es un detalle positivo que debemos agradecer al Hacedor o a la Evolución Natural. A quien sea el causante, debemos darle las gracias. Poca gente hay que no le hayan pasado cosas negativas y supongo que es de agradecer que algunos detalles se hayan borrado.


La memoria selectiva es algo inconsciente que no nos da la felicidad, porque no tiene la suficiente potencia como para hacernos olvidar el 100% de las cosas negativas, sucedidas a lo largo de toda una vida. Aún así, tenerla en mayor o menor grado debe ser una ayuda importante para nuestro cerebro ya que éste se protege a sí mismo aliviando la presión que significaría recordarlo todo. Naturalmente recordamos hechos globales, pero no ciertos detalles que a veces quisiéramos recordar. No se puede, seguramente para bien. Solo los tontos piensan que los tontos son los demás.

La Universidad de Lund, en Suecia, llevó a cabo profundos estudios al respecto... De los citados estudios se llegó a la conclusión que hay un determinado punto cerebral donde es posible borrar voluntariamente un determinado recuerdo. Desde luego, si fuera cierto, puede ser de gran ayuda para una persona con síntomas de depresión o de trastorno por estrés postraumático, pero no estoy de acuerdo con su eficacia. Creo más bien que cada persona es un mundo y que lo que es bueno para unos es malo para otros. Personalmente he sufrido un fuerte trauma y hablar de ello me ha aliviado. Creer que el silencio hace olvidar el problema me parece que solo es apto para imbéciles. Cuando un gran peso te oprime el corazón exteriorizarlo te ayuda.


Los hechos están ahí y cuando son graves no pueden olvidarse, muy especialmente cuando uno tiene algo detrás de la frente. ¿Olvidar?. ¿Se puede olvidar una afrenta, pasando de ella, cuando ha supuesto un cambio radical en tu vida y en la de tu familia?. Los sabios suecos podrán decir misa, pero olvidar solo olvidan los tontos y hasta incluso tengo dudas de que haya alguien tan tonto como para olvidar latigazos inmerecidos. Otra cosa es el teatro, porque está visto y demostrado que hay gente (eso sí) con mucho teatro. Claro que, ¿a quien engañan los artistas?. Cada uno lleva dentro su realidad...

¿Qué es ser feliz...? La felicidad podría darse en el caso de que hubiera indivíduos con memoria selectiva inconsciente y tan potente como para olvidar todo lo malo. Entonces sí. Capacidad normal para sufrir y disfrutar pero con un cerebro que, de forma natural y sin que el individuo intervenga, olvide todas las situaciones negativas y maximice las positivas. ¿Es eso posible?. Lógicamente pienso que no, pero si existe y alguien sabe donde venden esa fórmula, que me lo diga. Yo quiero cuarto y mitad. ¡Al precio que sea!. Se lo preguntaré a Roger Martin. Parece ser que él tiene la fórmula, el secreto, de cómo se hace eso...

RAFAEL FABREGAT

No hay comentarios:

Publicar un comentario