1501- SANTA MARÍA DE FERREIRA.

El post número 1500 de este Blog (que se dice pronto) no podía ser una entrada cualquiera. Con el fin de darle la relevancia que merece visitamos uno de los monasterios cistercienses de la Ribera Sacra que nos hablan de un pasado glorioso y de un presente acorde a las realidades de hoy. 

Es el de Santa María de Ferreira, también llamado de San Salvador, ubicado en la localidad de Pantón, provincia de Lugo, España. Es el único monasterio de la Ribera Sacra que no ha sido abandonado jamás. Su iglesia es de mediados del siglo XII, cuando el Císter estaba en un momento de gran esplendor. Como es natural el monasterio se construyó en varias fases, dándose como resultado un compendio de estilos diferentes. En el interior de la iglesia se conservan dos sarcófagos de estilo gótico, pertenecientes a Don Diego de Lemos (hijo) y a Lope Alfonso de Lemos, condes de Amarante. Varios miembros de la Casa de Amarante habían luchado con las huestes castellanas en tiempos de la Reconquista y obtuvieron gran prestigio, además de numerosas rentas y privilegios. 

Según se desprende del foro del abad de Montederramo, Don Diego de Lemos (padre) falleció a finales del año 1399, siendo el primero de su linaje en ser enterrado en el Monasterio de Ferreira de Pallares. Tal privilegio le sería concedido a cambio de la donación al monasterio del Coto de Paredes, que éste había heredado de su madre. 
Al año siguiente (1400) moría su hijo Lope Alfonso cuyo sarcófago se conserva en Santa María de Ferreira. 
El segundo sarcófago ubicado junto al altar mayor de la iglesia del monasterio de San Salvador es el del hijo primogénito de Don Diego de Lemos (padre), también llamado Diego y que falleció el año 1409. (AQI:IAS:DIEGODE:LEMO SFILL {........} DEMILCCCCIX). 

El monasterio de San Salvador o de Santa María de Ferreira es el único cistercienses de Galicia de uso femenico. De origen familiar, fue donada la cuarta parte del mismo, con sus casas, tierras e iglesias a Cluny en el año 1117. Se sabe que el año 1175 solo vivían monjas del Císter, bajo la dirección del abad cisterciense de Maeirás (Lugo). Su iglesia románica es de una sola nave, con cabecera formada por el presbiterio y ábside semicircular. De acuerdo con el románico rural gallego, la puerta se ubica en el muro norte, excepcionalmente enriquecido en su ornamentación.

El ábside presenta cuatro columnas hasta la base de los canecillos, que lo dividen en cinco secciones. En las tres centrales hay pequeñas ventanas de medio punto en sus dos extremos, detalle muy inusual.
Dos de los capiteles tienen decoración vegetal y el tercero una rama con pajaritos. En el interior arco triunfal con arquivoltas y columnas acodilladas a modo de gran portada. A ambos lados del presbiterio, arcos apuntados indican su construcción posterior. Bajo la ventana de la derecha una Virgen sedente con el Niño, talla del siglo XII. La decoración es tosca y de labrado profundo, obra sin duda de un solo taller, que no encaja con la mentalidad cisterciense lo que indica que su construcción es anterior a 1175, cuando pasó a ser tutelado por el abad de Meirás. El monasterio está normalmente abierto a la visita pero, si en determinado momento el visitante la encuentra cerrada, hay un timbre al que de inmediato acude una de las monjas y facilita la entrada. En el interior tienen una pequeña tienda de dulces y pastas que merece la pena probar.

Primeramente benedictino y después cisterciense, ha sido siempre reservado a mujeres, sin que le afectara la Desamortización de Mendizábal de mediados del XIX. Como se ha dicho anteriormente la iglesia es del siglo XII pero el claustro es del XV. El resto de edificaciones son del siglo XVIII. Está rodeado de una sólida muralla. Sobre la puerta de acceso al recinto amurallado está el escudo del Císter de Castilla. El monasterio consta de dos pisos, al igual que el claustro que también es de doble cuerpo. Alberga el sepulcro de Doña Fronilde, abadesa del siglo XII. Actualmente es un monasterio de clausura de las Madres Bernardas.

RAFAE FABREGAT