20 de junio de 2013

1050- EL TESORO MAYA DE CHACTÚN

REEDICIÓN.
Desde Ciudad de México nos informaban anteayer, 18 de Junio de 2013, del descubrimiento de una nueva ciudad Maya desconocida hasta ahora. 
Bautizada con el nombre de Chactún (Piedra grande) fue localizada al sureste de Campeche, perfectamente camuflada en la frondosa selva de la Reserva de la Biosfera de Calakmut. 
El arqueólogo Iván Sprajc y un completo equipo de expertos en esta disciplina han dado a conocer el hallazgo que se había producido dos semanas antes. 

Las 22 hectáreas de superficie y la cantidad de monumentos que alberga, parecen indicar que se trata del centro rector de una importante región que pudo estar activa hasta finales del siglo XIV. 
Por las inscripciones encontradas se cree que la ciudad pudo ser fundada entre los años 600 y 900 de nuestra Era. 
Los citados expertos han determinado que esta ciudad era cabecera de una región de alrededor de 3.000 Km2. ubicada entre las regiones de Chenes y Río Bec, una zona totalmente "en blanco" en lo que respecta al mapa de zonas arqueológicas mayas. 

La nueva ciudad y zona maya descubierta es uno de los enclaves más grandes de las Tierras Bajas Centrales comparable, por extensión e importancia de los edificios que contiene, a zonas tan interesantes como Becán, El Palmar o Nadzcaan. 
Así lo ha calificado el Centro de Investigaciones Científicas de la Academia Eslovena de Ciencias y Artes. 
Son ya casi 80 las localizaciones realizadas por  Proyecto de Reconocimiento Arqueológico, iniciado en 1.996, siendo ésta una de las más importantes. 

Estos hallazgos han sido posibles gracias al minucioso estudio de fotografías aéreas a gran escala y al posterior desplazamiento a las zonas en las que se detectaron imágenes con un grado de rareza o sospecha de posibles restos arqueológicos. 
La riqueza arqueológica de este país es de tal magnitud, que no se descartan posibles nuevos hallazgos en un futuro más o menos próximo. Ahora queda por delante el inmenso trabajo de limpiar la zona y restaurar la gran cantidad de monumentos que contiene, así como las inscripciones de muchos de ellos. 

De momento, ya se sabe, son tan solo inmensos montones de piedras esparcidas por una selva impenetrable. Un colosal esfuerzo físico y económico que muchas veces, especialmente en épocas de crisis, los gobiernos apenas pueden acometer, pero la riqueza histórica y el desarrollo turístico posterior bien merecen el esfuerzo. 
No todos tienen la suerte de tener dentro de sus fronteras una muestra tan extraordinaria de las gentes que las habitaron en tiempos pasados. 
Como tantas otras ciudades mayas, Chactún ha estado oculta a la mirada de los mortales durante siglos pero, una vez descubierta, debe restaurarse para que el mundo admire su indudable riqueza histórica y monumental.

RAFAEL FABREGAT

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