Aunque rodeados de políticos corruptos, auténtica mierda que todo lo corrompe y de la que se alimentan cientos de miles de cucarachas inmundas, los que tenemos la suerte de vivir en un país democrático nos olvidamos que en este mundo miserable nada ha cambiado. Mañana mismo las cosas pueden variar y quien esto escribe puede ser colgado de un árbol como si fuera una alimaña. Es lamentable pero real. Somos como éramos. La ciencia evoluciona pero la humanidad sigue siendo tan salvaje como lo era miles de años atrás. No hay conciencia, ni tolerancia, ni amor al prójimo. Siempre pensé (yo es que soy muy tonto) que los jóvenes que están subiendo ahora serían mejores que los de la generación anterior y así sucesivamente, pero nada de nada. No tenemos remedio, llevamos la maldad en nuestros genes.
Está claro que no es un tema agradable, pero en este blog se habla de todo y siempre con la verdad como bandera. Mañana u otro día cualquiera se podrá contar un chiste o hablar de sexo, que es un tema siempre agradable y recurrente pero, por desgracia, hoy toca lo que toca. La noticia de hoy es que Amnistía Internacional ha denunciado las barbaridades que se llevan a cabo en las cárceles sirias. Sí amigos. Bashar Háfez al-Asar no parece que sea una 'hermanita de la caridad' y sus oficiales menos todavía, aunque sin duda no hacen otra cosa que cumplir las órdenes que les llegan de 'arriba'. Yo, que quieren que les diga, solo sé lo que cuentan 'los papeles' y éstos nos dicen que, por si la guerra no es suficiente castigo, las cárceles sirias se han convertido en un matadero humano.
La ONG informa que solo entre 2011 y 2015, en la cárcel de Saidnaya (Siria) se cree que han sido ahorcadas más de 13.000 personas. La mayoría de las semanas (lunes y miércoles) 50 presos eran sacados a media noche de sus celdas con la excusa de traslado a otros centros penitenciarios, pero su destino era una celda aislada en la que se les apaleaba sin piedad para después colgarles en otro edificio contiguo. Cuatro años con esta práctica, que es muy probable que siga llevándose a cabo. Sin contar con las torturas permanentes, días sin comida y agua y sin medicamentos que atiendan sus dolencias. ¿En qué hemos evolucionado?. ¿Por qué no dejamos en paz al Universo y nos dedicamos a vivir mejor en la Tierra?.
Un antiguo juez de esta misma cárcel ha confesado de forma anónima que a los presos se les mantenía colgados al menos durante un cuarto de hora para asegurar la fiabilidad de su fallecimiento. Especialmente los más jóvenes y delgados no morían por su falta de peso, motivo por el cual los funcionarios tiraban de ellos hasta romperles el cuello. Llegados al siglo XXI, esa es la evolución alcanzada por la humanidad. Igual de salvajes, si no más, que éramos diez milenios atrás. No tenemos remedio. El cine nos muestra algunas veces auténticas barbaridades, que la realidad supera con creces. Amnistía Internacional informa que ninguno de estos presos tuvo acceso a un juicio justo y ni siquiera a un abogado más o menos imparcial. Una campaña secreta de horrores indescriptibles, impropios de una civilización avanzada.
Se han alcanzado grandes metas a nivel tecnológico, pero el ser humano sigue viviendo con un cerebro prehistórico, capaz de machacar al contendiente con la misma contundencia que lo hacía miles de años atrás. Somos capaces de ir a Marte, pero también de matar al adversario y comérnoslo con patatas o sin ellas. Nada ha cambiado en ese sentido. La evolución es lenta y la egolatría del ser humano impide que la justicia alcance los niveles de garantía que serían deseables para mejorar las condiciones de vida de todo el mundo. No hay solución. Para que el mundo camine con una cierta normalidad, tiene que haber pobres y ricos. La lucha de clases es algo que jamás podrá ser eliminado del mapa político y como siempre, los que mandan obrarán a su antojo. Nada ha cambiado... Con la salvedad de que en este momento, con solo apretar un botón, el hombre puede acabar con la vida del planeta. Cuando eso ocurra, el que apriete el botón irá a bordo de ese cohete...
RAFAEL FABREGAT
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