9 de marzo de 2020

2950- MÁS ALLÁ DE LA ENFERMEDAD Y LA MUERTE.

No sé decir si los españoles somos más listos o más tontos pero, tal como dice nuestro eslogan, parece ser que diferentes sí lo somos. Ante nuestros ojos crece el número de muertos y contagiados por el "coronavirus" y nadie parece sufrir por eso. Cada cual a su bola pues, de momento, ningún familiar o conocido está afectado y siendo así parece que solo lo vemos como una noticia más. Veremos cuando eso cambie y tengamos a dicho enfermo entre nuestros familiares o entre nuestros vecinos, si no somos nosotros mismos. Lo que si empiezan a preocuparnos son las noticias económicas. Estando (casi) todo fabricado en China, empiezan a faltar materiales y piezas a determinados sectores, especialmente en la industria del metal. También pueden faltar en breve alimentos, cuya producción se consigue a base de fertilizantes y productos fitosanitarios de la misma procedencia. Está claro que, mientras no se consiga una vacuna eficaz, la situación irá empeorando pues el 90% de los negocios están cerrados por orden gubernamental y los autónomos, si no hay ingresos... 

Las noticias financieras sí que parecen situar a la gente en la realidad del problema, pues el dinero es quien primero detecta la luz o las tinieblas. El 90% de la población gastaba lo que ganaba y poco o nada parece que pudiera afectarle pero, el hecho de que el índice bursátil baje día sí y otro también, nos da a sabios y a tontos la medida y alcance del problema. Para los que tengan un plan de pensiones o de jubilación, el IBEX está bajo mínimos y que el Banco Central Europeo esté inyectando dinero para que los Bancos puedan mantener el tipo, es muy mala señal y eso si que despierta las alarmas. No se trata de que no nos preocupe nuestra salud y más aún nuestra propia vida pero claro, mientras no nos sintamos afectados, prestamos más atención a las noticias económicas que a las sanitarias...

Naturalmente lo que primero debería preocuparnos es que nos afecte una enfermedad de la que todo se desconoce, pero no parece ser así. Inevitablemente comparamos el coronavirus con la "gripe española de 1918" y lo hacemos no con la gravedad de aquel episodio, sino con la lentitud con la que se desarrolló. Sin duda porque en aquellos tiempos la gente viajaba en barco o en tren, ambos de vapor. Ahora la gente viaja en avión, lejos y con gran rapidez. En 1918 la gente y por lo tanto la enfermedad, viajó muy lentamente pero también dio la vuelta al mundo. Naturalmente el "coronavirus" también dará la vuelta al mundo, pero lo hará mucho más rápidamente. Antes de acabarse 2020 no habrá país alguno del planeta que no tenga afectados dentro de sus fronteras.

Esta nueva enfermedad nos da miedo porque no se conoce vacuna ni medicación para erradicarla, pero lo cierto es que es mucho menos mortal. Además solo suele afectar de forma grave a los viejos y a los que tienen dolencias graves anteriores. De forma irreverente, podría decirse que solo servirá para hacer una "limpieza"de la población, cada día más saturada. La "gripe española" era mucho peor porque mataba rápidamente y generalmente a hombres de entre 20 y 40 años. Aquello si que era lamentable aunque los viejos también nos ganamos, antes y ahora, el derecho a vivir. En lo que guarda una gran semejanza esta enfermedad es en la peligrosidad de reunirse números importantes de gente en locales cerrados. Nada aconsejable pues la asistencia a iglesias o mezquitas. Cada uno en su casa que, si hay Dios, también allí podrás encontrarlo.

Tampoco las canchas cerradas de baloncesto, balonmano, etc. son recomendables. Menos grave es lo que se hace en abierto, como el fútbol, el tenis, los toros, o los actos de calle, como desfiles, procesiones, etc. aunque hoy todo está cerrado. Dada la facilidad de contagió es hoy más eficaz que nunca la terapia del aislamiento. Solo esperamos, como agua de Mayo, que este tipo de virus rebaje su potencia con la llegada de las buenas temperaturas. Si fuera así, aunque el próximo invierno volviera a las andadas, es de suponer que para entonces ya tengamos vacunas y armas para luchar contra él. También es probable que, visto lo visto, la industria farmacéutica repatrie las actividades a sus lugares de origen como Europa o Estados Unidos, facilitando las cosas.

El "coronavirus" servirá sin saberlo para que las autoridades mundiales se den cuenta de que la globalización no es ninguna panacea. Tardará unos años pero poco a poco las aguas volverán a su cauce, un cauce del que nunca debieron salir. Sin duda ese regreso producirá otra fuerte sacudida a la economía mundial, como también lo puede producir el hecho de que nos demos cuenta de que, para disfrutar unas buenas vacaciones, no es necesario viajar a la otra punta del planeta. Los viajes de negocios también pueden ser igualmente efectivos por videoconferencia. Hoy esto se hace por miedo, pero en breve será por comodidad y eficacia. Nadie tiene la culpa de la enfermedad pero sí de su propagación. No estaría de mas que tomásemos conciencia de ello...

RAFAEL FABREGAT

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