6 de marzo de 2020

2949- ESPECTÁCULO DE VARIETÉS.

¿Quien había de imaginar que (también) esto tendría un inevitable final?. Siempre en clave de humor, el espectáculo de variedades era el preferido de las parejas de todas las edades y muy especialmente del soltero maduro o el casado impenitente. Allí todo tenía cabida. El teatro de vodevil, la magia, el humor, la canción, la danza... Unas cosas podían gustar más que otras, pero a nadie dejaba indiferente y todos salían con una sonrisa de oreja a oreja comentando lo allí visto. El espectáculo de variedades nació a mediados del siglo XIX. Su origen (varieté) es francés puesto que allí surgió, como culminación de las fiestas y reuniones varoniles de la Jetset francesa de la época. No estando la mujer emancipada, se trataba de reuniones de solteros, pero también algunos casados que dejaban a las mujeres en casa, alegando reuniones de negocios o de viejos conocidos de la infancia, etc.

Al final de la velada, ya todos medio borrachos, siempre había alguno con más desparpajo que impedía el regreso a casa haciendo valer sus dotes de cantante, cuentacuentos, o conocedor de algún truco de magia. Algunos incluso se disfrazaban de mujeres y se desternillaban imitándolas. Todo era válido para prolongar un rato más la velada. 
En toda reunión de amigos siempre hay alguien destacado en cualquier actividad y, con dos copas de más, dispuesto a demostrar su valía. Por extraño que parezca ese fue el inicio del "varieté" y el nombre de tal actividad. Con el lenguaje que emplean nuestros jóvenes de hoy, diríamos que con el tiempo el varieté "se hizo viral" y esa divertida actividad de última hora, con la que finalizaba una estupenda velada entre amigos, se profesionalizó. Ya no era menester que se emborrachase el gracioso de turno, pues solo había que sacar entradas para el espectáculo y reír todos juntos a mandíbula batiente.

Pero a principios del siglo XX surgió el Francia "el cuplé", coincidiendo con los inicios de la emancipación de la mujer y los españoles, que siempre vamos a la zaga, nos convertimos en herederos del arte indiscutible del "varieté", ya totalmente profesionalizado y plagado de artistas del teatro más desenfadado. Allí no se busca calidad, aunque la hay porque la revista es esencia y gérmen del espectáculo en mayúsculas. En un mundo sin televisión y de aparatos de radio solo al alcance de unos pocos, en el "varieté" se forjan los buenos bailarines y cantantes, los cómicos excelentes y los mejores magos del momento. Es después cuando el avispado empresario echa un poco de carne al asador, nunca mejor dicho, presentando algunas vedettes que alegren la "moral" de la soltería. Con ellas sobre el escenario y algún solterón pretendiendo subirse en él, la fiesta queda ya completa y feliz.

En los teatros el "varieté" triunfa cada día más a medida que todo el elenco de artistas está cada día más profesionalizado. En todos los campos del espectáculo campa a sus anchas la frase provocativa, frivolizando con lo sexual o censurando veladamente a los políticos de turno. Tanto en una variante como en la otra, la carcajada está asegurada y con ella el éxito del espectáculo y el de taquilla, que es lo que al fin y al cabo interesa. 
Mientras tanto en Francia están ya con el can-can y con el cuplé, el segundo ya con presencia femenina totalmente emancipada. La sensación de optimismo se hace patente en unos espectáculos donde no hay un punto intermedio. En los primeros las féminas presentes son muchas de ellas "mujeres de compañía", mientras que en los segundos son mayormente parejas en las que la mujer es una simple ama de casa de mayor o menor categoría social que ha salido a divertirse con su novio o esposo.

El "varieté" solía compartir espacio con los cines de la época. En algunos locales se pasaban películas por la tarde y por la noche se hacían sesiones de varietés, algunas veces anunciadas como "solo para hombres". Con el "Crac del 29" y la precaria situación económica, decayó la fiesta y el glamour. El bienestar se esfumó y con él cayó el "varieté" y sus éxitos de taquilla. En España, pasada la primera década de posguerra surgió "La Revista", en la que se integró el "varieté" pero ya de distinta manera, puesto que en "La Revista" existían jerarquías, especialistas que hacían que el varieté quedase desdibujado. Allí ya se va a escuchar a grandes cantantes de éxito, humoristas consagrados, supervedettes de primera fila, etc. Pero hay un enemigo peor, que acabaría con todo... A mediados de los 50 llegó a España la Televisión, el invento que nos metería a todos en casa, haciendo fracasar todos estos espectáculos. Malamente, en las multisalas de las grandes ciudades, el cine resistió pero el "Variete" quedó tocado de muerte...

RAFAEL FABREGAT

No hay comentarios:

Publicar un comentario