Sí amigos. El Koronavirus, no solamente es una desgracia mundial. También es toda una Lotería, cuyo Premio Gordo le ha tocado a Pedro Sánchez y a su ¿amigo? Pablo Iglesias. ¿A quienes sino, si llevaban todos los números?. Que nadie me diga a mí que ese tipo (Sánchez) tiene suerte. ¡Que va, que va!. La suerte señores no existe. A nadie le toca la Lotería si no juega, de la misma manera que, si alguien se apodera de todos los números, no queda ninguna opción para los demás... Sánchez, ni tiene suerte ni ha nacido de pie, como algunos dicen. Lo que tiene, señores, se lo ha ganado a pulso, empleando todas y cada una de las malas artes de las que es capaz, que son muchas y en todos los frentes posibles. No, no... Que nadie me diga que Sánchez ha tenido suerte porque, gracias al Koronavirus nadie está fijándose en lo que hace que, nos está matando con sus malas prácticas y arruinando a España.
Sin embargo Pedro Sánchez no es ningún traidor de la patria y tampoco comulga con las ruedas de molino de los separatistas catalanes y vascos. Ni siquiera con Pablo Iglesias. Actúa así porque es la única forma de mantenerse en el poder, aprobando Leyes y Presupuestos sin los cuales estaría de manos atadas y más pronto que tarde no tendría más remedio que tirar la toalla. Este elemento la toalla no la tira jamás. Es un perseverante, que puso frente a sus ojos la meta de acceder a La Moncloa y lo ha conseguido, caiga quien caiga y le pese a quien le pese. Cuando a un sinvergüenza de esa catadura, se le pone una cosa entre ceja y ceja... Ya pueden ponerse a trabajar sus enemigos, que nada van a solucionar. Son de esa clase de personajes que no miran lo que cuestan las cosas. Fijan su mirada al objetivo y, sin mirar a quien pisan por el camino, no paran hasta llegar a la consecución de sus metas.
Todos sabíamos que no tenía bastantes votos a su favor para llegar a cumplir sus aspiraciones, que naturalmente eran tan lícitas como las de cualquiera. Lo ya no tan lícito es sacrificar a tu propio país para conseguirlas. No creo yo que hubiera ningún inocente capaz de pensar que no se atrevería a saltarse las normas, con lo cual su futuro era de todo punto incierto. Pedro Sánchez se salta eso y todo lo que le pongan delante. Todos sabíamos que, para conseguir los votos necesarios que le permitieran gobernar, había de transigir con todo cuanto se le exigiera por parte de los catalanes y vascos... Y eso es lo que está haciendo en estos momentos y lo que seguirá haciendo en adelante. Junqueras, condenado a 13 años, ya está en la calle y el resto de golpistas también. ¿Es que alguien esperaba otra cosa?. Si para gobernar hay que vender a España y a los españoles, se venden y aquí no ha pasado nada. Hace ya muchos años que los españoles se quedaron con el escroto vacío.
Aquí nadie dirá ni "mu", siempre y cuando la "huerta" mantenga un mínimo de humedad. Primero de nada se nombraron tantas vicepresidencias y ministerios como amiguetes había que colocar; naturalmente con todos los consejeros y demás caraduras a los que era obligado mantener. Hecho esto había que darles una pizquita a los pensionistas, otra para los agricultores y enmascarar, con un aumento de la Base Reguladora, la fuerte subida a la cotización de los autónomos, sempiternos burros que hacen rodar la noria desde que se inventó el Sistema. Ya con todos los ingredientes sobre la mesa, para preparar un cocido en condiciones hacía falta una buena pieza de panceta, para los militares. Una larga ristra de morcillas y chorizos para jueces y funcionarios, amén de unas piezas de lacón y aguja para los representantes de la Iglesia Católica.
Con los ingredientes dentro de la olla exprés, se prende la vitro, se pone la tapadera y a esperar. El tipo de fuego es fundamental, pero más aún lo es la tapadera. Ambas piezas son imprescindibles para que todos los ingredientes se cocinen perfectamente, poniéndose "blandos y en su punto" con la rapidez requerida. Sobre todo "La Tapadera" tiene que estar bien ajustada para que no haya problema alguno. Cuando uno prepara una tortilla francesa, poca importancia tienen la sartén, el fuego, o los huevos pero, para hacer un buen cocido... ¡Ay amigos!, un buen cocido requiere profesionalidad y una gran dedicación. La veteranía de algún fracaso anterior también ayuda al éxito, a llegar a la meta soñada. Y en esa cuestión Pedro Sánchez es todo un experto. Solo hay un peligro y es que a media cocción se le vaya la luz o se acabe el caldo, que todo puede pasar. Y lo que sería peor... ¡Que pase sin duda y seamos todos los que nos quedemos mirando la olla y sin probar el cocido!.
RAFAEL FABREGAT
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