23 de junio de 2014

1419- EL EJÉRCITO DE CAMBISES.

Hijo de Ciro II el Grande, Cambises II heredó el trono de Persia a la muerte de su padre en el año 530 a.C. y que regentaría, según Herodoto, durante seis años y cinco meses, hasta el verano del 522 a.C. Conquistados los países asiáticos por su padre, el joven Cambises quiso hacer lo mismo con Egipto, único estado independiente de Oriente Medio. En la Batalla de Pelusio los egipcios del faraón Psamético III fueron derrotados y Cambises entró victorioso en Menfis donde adoptó costumbres y títulos proclamándose faraón. Sin embargo no gozaba del apoyo de los sacerdotes de Amón y se aprestó a someter al oráculo del Templo de Amón, en el oasis de Siwa. Bien protegidos por las mejores tropas del reino, el oráculo y sus seguidores predicaban la desobediencia al invasor desde la distancia, por lo que Cambises II mandó un ejército de 50.000 hombres a destruir el Templo de Amón. 


Tras una semana de intenso calor y penurias, aquellos soldados llegaron al oasis de El-Kharga. El sol era indolente en aquel gigantesco desierto sin fin, con temperaturas que sin duda rozarían los 50ºC. Bajo la sombra de las verdes palmeras descansaron un día entero y después, bien aprovisionados de dátiles y agua iniciaron nuevamente el camino hacia Siwa. Nunca más se supo de aquel grandioso ejército. La creencia popular es que una inusual tormenta de arena les cubrió a todos haciéndolos desaparecer de la faz de la tierra. 


Ya cruzado más de la mitad del desierto del Sáhara y a pocas jornadas del valle del Nilo, la tormenta de arena sorprendió al ejército enterrándolo para siempre. Entendidos egiptólogos no creen tal posibilidad pero lo cierto es que nada más se supo de aquel gran número de soldados. Lo único claro es que diferentes expediciones de investigadores han encontrado restos de huesos humanos en gran cantidad y lugares diferentes. Se cree por tanto que a la vista de la tormenta el ejército se dispersaría pero no pudo escapar.


Junto a ellos armas, artefactos de todo tipo y antiguas vasijas portadoras de alimentos de la época de Cambises. Dos mil quinientos años después, una última expedición de alumnos y profesores de la Universidad de Lecce dice haber descubierto cantidad injente de huesos, armas y joyas semi-enterradas en el desierto del Sáhara que bien podrían corresponder a aquel ejército desaparecido. 
A poco que se escarbe, cientos de huesos, armas de bronce, amuletos y brazaletes aparecen bajo la arena que un día ya muy lejano se supone les enterró a todos. 
Naturalmente esta es la hipótesis, una más, pero no hay prueba alguna de que se trate del citado ejército de Cambises, ni de que la arena fuese el desencadenante de la tragedia.

Son muchas las leyendas sobre su desaparición y muchos también los libros y novelas que mencionan este hecho nunca contrastado. Las dudas son muchas, pero ninguna prueba que certifique que los restos encontrados sean los de aquel histórico ejército. De hecho ya se encontraron en otros lugares huesos a los que también se atribuyó ser el ejército desaparecido. 


A toda esta incógnita se suma también el interés de las agencias de viajes en atraer visitantes a la zona. Todo gira alrededor del dinero y es este mismo el que repele cualquier vestigio de verosimilitud.
¡Solo los necios creen saber la verdad de las cosas!.

RAFAEL FABREGAT

No hay comentarios:

Publicar un comentario