15 de marzo de 2012

0632- ¡AY CATALUÑA / CATALUNYA...!

¡Con la cantidad de problemas que hay y los políticos perdiendo el tiempo y el dinero de nuestros impuestos en tonterías...!
- Primero la autonomía,
- Después las transferencias,
- Más tarde los dineros,
- Ahora la lengua y por supuesto el referéndum y la autodeterminación pero...
¿Por qué no se dedican a luchar por el bienestar de los ciudadanos, creando puestos de trabajo y mejores condiciones de vida para todos...?. ¿Por que no se dedican a dar mejor atención sanitaria, educación y seguridad ciudadana?. ¿Acaso han olvidado que más de la mitad de los habitantes de Cataluña no tienen su ascendencia en esa región española?. ¿O es que también han olvidado que, además de país catalán, son una región del estado español?. Pues no, ellos, ellos y ellos.

El nacimiento de tales despropósitos llegó en 1.714 cuando las tropas borbónicas ocuparon el principado y Felipe V, en base a su derecho de conquista, abolió las instituciones catalanas de 1.535 con el Decreto de Nueva Planta como finalidad y efecto de castigar a quienes habían luchado en su contra. El decreto hizo perder las prebendas que tenían los gerifaltes de siempre y emerger la concienciación de la élite cultural, apoyada por la gente acomodada que hasta entonces había estado instalada en el poder. De esta manera nació el catalanismo político. Una excusa perfecta para salir a la calle a reivindicar derechos perdidos; petición que se repite desde hace tres siglos. Sin embargo en tiempos actuales de democracia y libertad, tales elementos no tienen opresión alguna que defender y como entonces su único propósito es seguir "viviendo del cuento" duplicando cargos y presupuestos. Lo que vulgarmente se dice mandar por mandar y para beneficio propio. Esa es su verdad, aunque nos cuenten otra. ¿Por qué si no el obligar a un andaluz o a un extremeño, residente en Cataluña, a que sus hijos tengan su educación en catalán cuando la Ley otorga derechos bilingües?. Simplemente para justificar su sueldo...

Quienes dirigen el cotarro saben perfectamente que nadie de fuera de Cataluña tiene el menor interés en restarle valores propios, ni personalidad a esta región, país, o como quieran llamar al territorio. Sus tradiciones, su cultura y su lengua estarían igualmente bien preservadas sin tantos politiqueos de por medio. Eso lo saben ellos y lo sabemos todos. No es eso lo que temen los defensores del independentismo catalán. Lo que ellos temen es que, si las leyes españolas son iguales para todos, en las comunidades autónomas sobra mucha gente. Así pues, su miedo es perder la alfalfa que, con esta excusa y sin trabajar, rebosa en su repletos pesebres...

RAFAEL FABREGAT

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