9 de marzo de 2012

0625- HACIENDA, NO SOMOS TODOS.

Esto no es nuevo. Aunque parezca mentira los lameculos socialistas, lejos de perseguir el fraude de las grandes fortunas dando más oxígeno a los que menos tienen, lo ha hecho siempre justo al revés. 
Asfixiar al pobre para dárselo al rico. ¿Son eso políticas sociales?. Pues esa ha sido siempre su forma de actuar. 
Ellos piensan, con razón, que no tiene sentido hacer colegios a su edad puesto que ya no los van a utilizar. Mejor hacer cárceles, por si acaso tienen que dejarse caer por allí...
El 80% de la plantilla de inspectores de Hacienda está dedicada a la extorsión del pobre trabajador, principalmente los autónomos, al tiempo que las grandes fortunas, los deportistas famosos y los vividores de la farándula, declaran lo que les da la gana sin que nadie se meta con ellos. Es más. Permanentemente están recibiendo subvenciones y prebendas a cargo del sudor de los desgraciados trabajadores que se las ven y se las desean para llegar a fin de mes. 

¿Es esa la justicia que proponen los políticos socialistas?. ¡Pues entonces no quiero ser socialista!.
La gente está asustada ¡y con razón! puesto que si esta es la forma de gobernar de aquellos que se suponen de izquierdas y al servicio del proletariado... ¡Que no harán los que se declaran de derechas!. Vamos, que esto no hay quien lo resista. Todos a asfixiar al trabajador, a matar a la gallina de los huevos de oro, mientras los que amasan grandes fortunas se van de rositas... Los portavoces de las asociaciones fiscales ponen el grito en el cielo ¡como no! ante la injusticia que los gobernantes españoles imponen inspeccionando continuamente a los trabajadores y autónomos, mientras cierran los ojos ante los ricos. Creo que sería más justo darle oxígeno al desgraciado trabajador que es el auténtico pilar de la economía española y mayor lupa para las grandes fortunas y para el dinero no declarado.

A esos, a esos que son muchos menos y tienen más que esconder y que pagar. Malditos chacales. Ya está bien de tanta injusticia. ¡Cabrones!.
Me sorprende, nos sorprende a todos que, con los datos en la mano pues se conoce incluso que el fraude significa en España nada menos que el 25% del PIB, la plantilla de inspectores de Hacienda se dedique única y exclusivamente a investigar a quienes de forma voluntaria declaran todos los años (por ver si arañan unos miserables euros) al tiempo que las grandes fortunas están prácticamente exentas de inspección. Si esto sucede en democracia, que no ocurriría en dictadura. La Agencia Tributaria está (debería estar) para investigar el fraude allá donde se produzca, y muy especialmente donde están los grandes focos de corrupción. 

Claro que eso es mucho trabajo y los pobres son más fáciles de pillar... Unos céntimos de error en un cruce de cifras declaradas y al día siguiente tienes la carta certificada en casa y el consiguiente susto en el cuerpo.
También la Asociación de Asesores Fiscales ve preocupada la actuación estatal al respecto. Se persigue demasiado a los que ya declaran, al tiempo que apenas se destinan recursos a descubrir el dinero escondido. Buscar en los ordenadores de Hacienda es mucho más sencillo y aunque sea menos rentable, entretiene al personal y justifica su sueldo. Paradojas de la vida, tendrá que ser un gobierno de "derechas" quien se encargue de sacar a flote el dinero de los deportistas, de las grandes fortunas, de los artistas y de los grandes importadores extracomunitarios, en especial los que importan diariamente miles de contenedores de Asia, asfixiando la producción nacional.

 Ahí, ahí queremos ver a los inspectores. Donde está el dinero es donde ellos deben de estar, en lugar de quitar cucharadas de alubias al plato de los desheredados...
El nuevo gobierno, veremos si lo aplica de verdad, ha puesto en marcha el Plan de Control Tributario, con el que se pretende resolver estas carencias. A lo anteriormente señalado, se quiere también investigar a quienes tienen pisos en alquiler sin declarar estos ingresos. ¡Justo es, si señor!. Justo es que paguemos todos por igual, según los beneficios alcanzados y que no sean siempre los mismos quienes carguemos con el peso principal. Ya está bien de tanto cachondeo y de tantas deducciones para las grandes empresas, en especial aquellas que nada tienen que ver con la actividad de que se trate. Sabemos que en Hacienda son listos y lo saben todo, tan solo falta que se aplique la razón y muy especialmente la Justicia Social. Déjense pues de asfixiar al miserable y busquen las grandes bolsas de fraude, las que realmente asfixian al Estado y a los pequeños contribuyentes. 

Conciencien al ciudadano a que declare y después dediquen cuantos recursos humanos hagan falta para que resplandezca la verdad. 
No me negarán que es una auténtica vergüenza asfixiar a los menesterosos, mientras los ricos están dando vueltas por el mar con sus yates. 
¿Si quien tiene que vigilar la corrupción es el corrupto... ¿Quién tiene que imponer la Justicia?.

RAFAEL FABREGAT

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