19 de agosto de 2010

0137- MÁRTIRES POR GENES, NO POR VOCACION.

Dicen que a quien no tiene quebraderos de cabeza, Dios se los da. Yo lo diría de otra forma: la humanidad, ante la maldición que el Demonio ejerce sobre nosotros, se cansa hasta de estar bien. Cuando nada tenemos, todo lo ansiamos y cuando lo tenemos, todo nos cansa.
Ya dentro de la segunda quincena de Julio, como cada año, convencí a mi mujer para que nos fuéramos a una casita que tenemos en la Ribera de Cabanes. La casita no es grande, pero está a cinco minutos de la playa, es nueva y tiene todos los servicios, incluida una pequeña piscina climatizada. Los primeros días es un gran cambio con respecto a la vivienda habitual y aunque archi-conocido todo son novedades y deleite; pero pronto te cansas. Afortunadamente la primera semana de Agosto llega pronto y con ella las Fiestas patronales de la localidad...

Almuerzos, meriendas, toros por las calles de la villa, toros embolados, construcción de la plaza de toros y, a partir de ese momento más almuerzos, entradas de toros a mediodía, los aperitivos en el Bar Tony... y por la tarde más vaquillas y más toros embolados y más meriendas con los amigos. Ya hace dos o tres años que no vamos a los bailes y fiestas nocturnas pero es que, salvo el viernes que se hacen los toros embolados, de la mesa en la que hacemos la merienda no nos levantamos hasta las doce o la una de la madrugada.
Finalizadas las Fiestas, retirada del "cadafal" o barrera comunitaria de la pandilla y "última toma" en l'Aveall, tras la que nos despedimos de los amigos y recogiendo los perritos, marchamos nuevamente a la casita de La Ribera.

Alguien dirá (y con razón) que somos unos afortunados. Ciertamente lo somos pero tras una nueva semana de relax, volvemos a aburrirnos y algo hay que hacer para remediarlo. Una breve salida de dos o tres días es suficiente para acometer con agrado la recta final del mes de Agosto y con ella entramos de lleno en nuestra única y verdadera afición que es la de "boletaires de pro".
Al parecer somos gente rara, ¡pero raros somos muchos...!
Nos gusta todo y no somos aficionados a nada. Miramos con agrado un buen partido de fútbol, una carrera de coches o motos y hasta, si me apuran, una corrida de toros pero, con una mirada, solo identificamos a tres toreros, cuatro corredores de coches o motos y a media docena de futbolistas. Si eso es ser raros, ¡pues lo somos!.

Ahora, volviendo al hilo de la cuestión, acabamos de regresar de ese mini-viaje de tres días que nos hace falta cada año para "superar" (?) las vacaciones. Nosotros solemos hacer cada año un viaje de 8/10 días en la primavera y este de tres días en Agosto para superar felizmente el verano. ¡Manías!
El mini-viaje de este año, ha sido cultural; el pirineo de la provincia de Gerona, único que nos falta (con todo el románico que contiene), tendrá que esperar al próximo año. Después de más de ocho siglos con nosotros, no saliendo de España el tema monumental va muy ligado a la cultura morisca y, para no alejarnos demasiado, este viaje lo hemos hecho a los dominios de Aben Galvon, en Molina de Aragón (Guadalajara) y de Aben Racin, en Albarracín (Teruel). Dos destinos que alguien puede pensar, viendo las fotos de las murallas del altozano, que son iguales pero puedo asegurarles que nada tiene que ver una población con la otra.

MOLINA DE ARAGON (Guadalajara)
Bajo dominio árabe perteneció al Califato de Córdoba hasta su reconquista por parte del rey aragonés Alfonso I el Batallador en 1.129. Sin embargo al estar situada al oeste del Sistema Ibérico, la repoblación la realizó la Corona de Castilla. Hasta 1.369 fue conocida por Molina de los Caballeros y tras la guerra de Castilla y Aragón (1356-1369) pasó a la Corona de Aragón cambiando su nombre por el que conocemos actualmente.

Sin embargo dicho dominio solo duró siete años puesto que en 1.375 fue reconquistada nuevamente por las huestes de Pedro I de Castilla que la convirtió en su residencia habitual.
Sus monumentos de interés son: el Alcázar, Puente viejo (románico), Iglesia de Santa María la Mayor de San Gil y Convento de San Francisco con su Giraldillo; amén del Barrio judío y de la Morería.

Lamento decir que la totalidad de la población está muy descuidada, rotas sus aceras, cerradas dos de cada tres de las antiguas tiendas que dieron "vidilla" a la población y sucias sus calles y plazas. Es de interés y agradable impresión para el viajero visitar el Barranco de la Hoz, de gran profundidad e impresionantes muros de piedra, así como la ermita con la Virgen de la Hoz, enclavada bajo tan impresionantes rocas y a cuyos pies discurre el río Gallo, aquel que unos kilómetros atrás pasaba alegre por Molina y que otros tantos después de dejar la ermita atrás se unirá al Tajo, ampliando notablemente el caudal del que es el río más largo de España.
Una verdadera lástima que una población con tanta historia y posibilidades turísticas dé en este momento tan pobre impresión. Espero y deseo que sus autoridades pongan todo su empeño en explotar todo el potencial turístico que sin duda merece el pueblo y sus gentes.
Un 9 para la Casa Rural LA CAVA en la que nos hospedamos, nueva, limpia y de agradable trato.

ALBARRACIN (Teruel)
Nos encaminamos hacia el segundo destino del viaje (Albarracín) y, para darle un poco más de emoción, lo hacemos por la CM-210 que nos llevará a conocer los Montes Universales; una ruta un poco más larga y pesada pero que creo merecerá la pena.
Con la pretensión de comer un bocadillo, nuestra primera parada es en Megina (34 habitantes) pero solo hay un Bar y está cerrado.
No perdimos el tiempo puesto que, al otro lado del cruce que entra al minúsculo pueblo, un camino de apenas 500 metros nos lleva a su ermita, dedicada a Santa Quiteria. El porche medio derruido y pequeña espadaña sin campana. Abandonada hace décadas y en estado
ruinoso, apenas está cerrada con un viejo cerrojo que abrimos sin más problema.
Curiosamente allí sigue el escaso mobiliario de banquería; a ambos lados del altar dos enterramientos de 1894 y 1897 y al fondo el coro en alto. Todo ello rodeado de la natural suciedad de décadas sin visita de sus vecinos.

Paramos unos kilómetros después en Checa y almorzamos allí, prosiguiendo después hasta Orihuela del Tremedal, ya junto a la Sierra de Albarracín. En Orihuela visitamos la Iglesia de San Millán de la Cogolla y el Santuario de la Virgen del Tremedal a 4 Km. de la población, con una panorámica increíble que hace llegar nuestra vista a decenas de kilómetros, hasta el valle del Jiloca en Calamocha.

Continuamos viaje por la A-1512 abandonándola unos kilómetros después a su cruce con la VF-TE-06 que nos lleva a Bronchales. Está última carretera es la mejor opción para cruzar por su mismo centro los mejores parajes de acampada y búsqueda micológica de los Montes Universales. Zona donde el boleto Edulis se entremezcla con el Pinícola y con el sabroso Rovellón, amén de otras muchas más especies.
En Bronchales ya nos dirigimos hacia Noguera donde recuperamos la A-1512 que nos lleva a Albarracín, pueblo que complementa nuestro viaje.

En época musulmana los bereberes de Al-Banu-Razín (s.XI) establecieron una Taifa o pequeño reino que sobrevivió hasta 1.170, a partir de cuyo momento pasaría a manos de diferentes familias cristianas de forma independiente. Fracasando la conquista de Jaime I en 1.220, es Pedro III de Aragón quien la sitia y conquista en 1.285 siendo en el 1.300 cuando pasa definitivamente a la Corona de Aragón.
Rodeada por el río Guadalaviar, sus principales monumentos son la Catedral del Salvador, el Castillo de Banu-Racin y la Muralla y sus Torres. Sin embargo el encanto no está en sus monumentos, sino en el entusiasmo de sus gentes que han sabido conservar la imagen medieval de la villa y sus pintorescos rincones.

Sus estrechas y empinadas calles y sus antiguas casas, enlucidas con mortero rojizo de rodeno, forja de la zona y balconadas de madera, todo ello de un estilo extremadamente rústico, es lo que da personalidad a este pequeño pueblo cuya actual fuente de ingresos es el turismo que tan bien saben explotar.
A pocos minutos de las nueve de la mañana y tras media hora de espera, marchamos del Hotel Casa de Santiago (sin pagar) porque tras dar la cena a quien la requiere, todo el personal (incluida recepción) marcha hacia sus casas dejando el Hotel totalmente abandonado a expensas de que pudiera ocurrir cualquier desgracia en el propio edificio o urgencia entre los clientes.

La recepción queda abandonada completamente y un teléfono que figura como de Recepción nocturna no lo coge nadie. Independientemente de que sea legal o no, que no lo sé, un servidor, con casi 62 años de vida, jamás ha visto nada igual.
Aburridos e impotentes, dejamos una nota pidiendo su factura por correo y brindándonos al inmediato envío del Talón correspondiente. ¿Alguien ha visto alguna vez cosa semejante?

El regreso podría no tener misterio alguno pero, tras pasar Teruel, nuestro afán aventurero nos llevó a desviarnos en La Puebla de Valverde. Pasada Mora de Rubielos, ya en dirección a la Estación de esquí de Valdelinares, nos paramos a estudiar el terreno puesto que parecía de gran potencial para la búsqueda de setas. No nos equivocamos y llenamos una bolsa de Cabeza de fraile, siguiendo viaje hasta la Estación y posteriormente al pueblo de Valdelinares, el más alto de España con 1.697 m.

Nos dirigimos después a Linares de Mora para visitar el Pino Escobón, uno de los más grandes de la península, restos del Castillo del s.XIII, Torre-campanario y Ermita de Santa Ana.
Quedaba una última parada que era Mosqueruela. Como es costumbre en nuestra familia, desde muchísimos años atrás, en esta localidad turolense encargamos las patatas para todo el invierno y allí era obligada la comida en el Hotel Montenieve. También la compra de pan, chuletillas de cordero y otras viandas cárnicas, aunque el motivo fundamental de la parada era otro. Siendo Mosqueruela nuestro "Cuartel General Micológico", era obligado saber el estado actual del terreno y las lluvias caídas en estos últimos quince días.

Primeramente hicimos una valoración del terreno, con la sorpresa de poder llenar una bolsa de los primeros ejemplares de Agáricus en un paraje cercano. Visitado después el proveedor de los preciados tubérculos y convenido el pedido para el año actual nos encaminamos al Hotel-Rte. Montenieve.
Ahora sí, llenos nuestros estómagos de las delicias de la zona, satisfechos los interrogantes necesarios que dan fecha de inicio para la temporada micológica e incluso con una bolsa llena de setas, solo resta el regreso a Cabanes.

La última etapa vacacional nos espera; allí nos daremos los últimos chapuzones en playa o piscina y(en el Rte. Mervi) la última mariscada de la temporada estival. Después hay que llenar el leñero y hacer los preparativos para la inminente temporada de Las setas que tenemos a la vuelta de la esquina, después será "el Parany" y la llegada de los primeros fríos.
Así pasa la vida y así, con esta placidez que esperamos se mantenga durante muchos años, nos será obligado esperar su final...

EL ÚLTIMO CONDILL

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