5 de septiembre de 2020

3016- PECADOS DEL MUNDO DE HOY.

Cueva de San Millán.
Naturalmente no nos vale remontarnos a lo que los ascetas o eremitas pregonaban en los siglos IV y V de nuestra Era. La lujuria, la pereza, la gula, la ira, la envidia, la avaricia, la soberbia... Nada de eso ha cambiado quince siglos después. Desde el punto de vista masculino, pero también en el femenino, tras escasos años de convivencia nos gustan todas menos la nuestra; vamos en coche a todas partes aunque se trate de tan solo unos cientos de metros; la buena comida nos puede y si pagaran otros...; otra cosa que no podemos evitar, no sabemos si es por las prisas del mundo actual o por propia soberbia, pero siempre estamos irascibles y por el mismo motivo. Aún siendo pobres, nos creemos con derecho a tener lo que poseen los ricos pero, cuando los ricos somos nosotros, somos incapaces de compartir ni un solo céntimo con el más necesitado de los mortales. 

Puesto de casquería.
No nos lo parece, pero todo lo dicho son pecados contra la religión y especialmente contra el prójimo. ¿Hay pecados más grandes que los enumerados?. Pues sí amigos, los hay. Porque a la lujuria, la pereza, la gula, la ira, la envidia, la avaricia y la soberbia, hay que sumar el irrefrenable deseo de desear todo lo peor a quien tiene lo que nosotros no podemos alcanzar. Gente mala la ha habido siempre pero, en general y apenas unas décadas atrás, la gente no era tan mala como en la actualidad. Como siempre había sido, cada cual era lo que era y tenía lo que tenía y bajo esa premisa hacía su vida sin meterse en la de los demás. ¡Hombre, si tu plato estaba vacío...! Pero no siendo ese el caso, apenas nos fijábamos en lo que sucedía en casa ajena. El rico comería chuletas de cordero lechal al horno y tu hacías lo propio con los despojos (casquería) de un carnero viejo que ya no servía para la monta. Hacía falta un litro de coñac para cocerlo, pero cada uno en su casa disfrutaba llenando el estómago con lo que buenamente tenía.

Los hombres no podemos evitarlo. Las mujeres...¡tampoco!.
Eso en cuanto a la alimentación, porque mujeriegos los ha habido siempre, de la misma forma que la envidia da alas a la ira y a la avaricia de querer ser y tener lo que son y tienen los demás. Es muy fácil envidiar al prójimo, pero la mayoría tienen pereza en trabajar todo lo necesario para conseguir esas metas. Ante ese dilema (envidia, avaricia y pereza) es la soberbia la que, viéndose desfavorecida con respecto a quienes nos superan, es capaz de abonar el campo de la difamación solapado bajo el delito de la injuria, para destrozar el buen nombre de los demás. Cuando otra persona ocupa el lugar que nos es apetecible solo cabe una solución, que pueden ser varias, pero con el solo objetivo de apartarle de dicho lugar, a fin de ocuparlo el interesado. Antiguamente, por muy legítimo que fuera el cargo, se mataba al ocupante pero actualmente las cosas son menos drásticas y la difamación velada suele ser lo más fácil y rentable. 

Pagos en metálico, muchas veces sin Ftra.
¿No es acaso un delito faltar al trabajo alegando una dolencia que no existe?. Y no solo contra la Hacienda Pública porque, según dijo quien lo dijera, "Hacienda somos todos" y es verdad. Sí amigos, el Gobierno no tiene fábrica de hacer billetes. Tenerla la tiene, pero no puede fabricar más allá de lo que la gente de a pié aporta a la arcas del Estado. Quiere decirse que cuando tu cobras una pensión indebida, ese dinero se lo estás robando a tus hermanos, a tus vecinos, a tus amigos. Lo que tu haces al pretender que determinado profesional no te cobre los impuestos (IVA, etc) que corresponden a determinada factura, producen una merma de los ingresos estatales y el consiguiente retraso de los servicios que todos exigimos. Está bien eso de que pague más quien más tiene, pero es justamente al revés. Quien más tiene, también tiene más medios para escaquearse de sus obligaciones. Y así nos va...

EFASE construyendo su nave industrial.
Esos y otros muchos como esos son los pecado del mundo actual. Desde que el mundo es mundo, los que mandan son los ricos y ricos son los que mandan. En cuanto a las consecuencias de enfrentarte a ellos, dice el Refranero Español que: "Contra mayores, no vayas". Nueve veces de cada diez, saldrás escaldado. Lo que pasa es que... ¡manda huevos la cosa!. En fin, es lo que hay. ¿Pecados...? Desde luego, es pecado si lo haces tu, pero si lo hacen ellos es de justicia. 
Les contaba yo un día a unos amigos que, totalmente en contra de las ordenanzas municipales y las propias del polígono industrial de nuestro municipio, después de cerrada y cubierta, el propietario de una de las naves había construido un doble techo, duplicando ilegalmente la superficie de su almacén.
- ¿Cómo es posible? -respondieron. 
- ¿Quien es ese sinvergüenza? -preguntaron.
- Fulano de tal -les dije, sin problema alguno.
- ¡Ah! -dijeron a coro- Si es él... (Este es el mundo de hoy, el de ayer y el de siempre).

RAFAEL FABREGAT

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