10 de febrero de 2020

2942- Y DIOS SE LLAMABA SÁNCHEZ.

No tiene cara de muy listo, pero tiene que serlo sin duda, o estar muy bien asesorado. Con el dinero de los españoles y no poco de cara dura, juega sus cartas, obrando a su antojo, comprando fidelidades y esquivando a la Justicia. Los independentistas comienzan a comer en su mano y la Abogacía General del Estado es ya un servicio jurídico a su exclusivo servicio. Todo está a sus órdenes puesto que, desde su endiosada opinión, todo cuanto pertenece al Estado debe estar al servicio del jefe del Ejecutivo. Tal es así que, con el fin de ocultar los viajes realizados en campaña electoral y el uso de medios públicos como coches oficiales, e incluso el famoso Falcon, ha demandado ante la Audiencia Nacional, al Consejo de Transparencia y Buen Gobierno por medio de la Abogacía General del Estado. ¿Cómo se come eso?. En los comicios del 28 de Abril de 2019 Pedro Sánchez usó y abuso de todos esos medios de transporte públicos para su uso particular o de campaña electoral.


En el uso de sus facultades y competencias, la Abogacía del Estado mantiene vivo un recurso contra el Consejo de Transparencia exigiendo, desde Octubre pasado, que Moncloa justifique los motivos por los que Pedro Sánchez utilizó esos medios de transporte en periodo electoral y por tanto en desplazamientos ajenos a su condición de presidente. 
Con estas acciones, la Abogacía General del Estado, en lugar de defender los intereses generales del Estado ha pasado a convertirse en un cuerpo jurídico al servicio personal de Pedro Sánchez. Recordemos sus promesas de transparencia y regeneración política, el que nunca había de mentir a la opinión pública, el que aseguraba que eso eran "cosas" de la derecha corrupta y aburguesada. Pues bien, eso  mismo es lo que él está haciendo en este momento, invitando a sus ministros a barbacoas y retiros de fin de semana en fincas del Estado, con el dinero de todos los españoles. Y los "comunistas" contentos... ¡Porque ahora ya no lo son!.


Como si de un Secreto de Estado se tratara, Sánchez dinamita cualquier estrategia jurídica negando el uso y abuso de los vehículos del Estado para su uso personal o de campaña, que deberían haber sido pagados por el PSOE y no a cargo de todos los españoles, gocen o no de sus simpatías. 
Ya no es solamente una cuestión estética, que nos haga dudar de la  credibilidad de la Abogacía del Estado, sino también de la propia dignidad política del Presidente. 
Parece haber olvidado Pedro Sánchez que es él quien debe estar al servicio del pueblo y no es el pueblo y sus pertenencias las que están al servicio del Presidente, muy especialmente en las fechas en las que ni siquiera era tal. 
En cuanto a los "chorizos", que se los pague cada cual. Por lo visto Pedro Sánchez considera que el poder le pertenece, hasta el punto de ser inmune a cualquier fiscalización de sus actos y actividades y claro, en Democracia eso es inadmisible. Veremos hasta donde es capaz de llegar...

RAFAEL FABREGAT

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