31 de agosto de 2018

2650- COSTA AZUL Y GOLFO DE LEÓN. (4)

Casino de Mónaco.
Abandonamos Italia y los mares Tirreno y Liguria para adentrarnos en el Golfo de León. Nos quedan dos días de viaje, uno de los cuales tiene para mi escaso o nulo interés. Está zona ya la conocíamos mi esposa y yo desde muchos años atrás y además no tiene ningún atractivo monumental. En nuestra primera parada visitamos Niza, si es que se puede llamar visita al hecho de que te "suelten" durante una hora en un mercadillo, bonito por cierto, pero en el que poco o nada teníamos que comprar al ser mayormente de frutas y verduras. Del avituallamiento se encargan las gentes del barco. Volvemos a subir al autobús para dirigirnos al Principado de Mónaco y, como no, a Montecarlo. Habíamos fondeado en la bahía puesto que no hay calado para los cruceros.

Museo Oceanográfico de Montecarlo.
Aunque, como he dicho antes, ya conocíamos la zona, la visita tuvo un cierto atractivo, más para las damas, al mostrarnos el palacio de los príncipes y las casas de las princesas Carolina y Estefanía. El Museo Oceanográfico de Montecarlo también tiene un relevante interés por su notable diseño y por haber estado dirigido durante muchos años por el famoso explorador Jacques Cousteau. Punto destacable del recorrido fue la Catedral de San Nicolás en la que están enterrados Rainiero III y su esposa Grace Kelly. La Catedral es de nueva construcción ya que, aunque fue levantada sobre un viejo templo de 1252, no empezaría su construcción hasta 1875, finalizada en 1903 y consagrada en 1911. 


Bonita iglesia, de estilo romano-bizantino, pero "demasiado nueva". Su pieza más relevante es un retablo lateral del año 1500 dedicado a San Nicolás, la Piedad y la Anunciación, obra de Ludovico Brea. 
Para las aficionadas al papel couché, decir que detrás el Altar Mayor hay un amplio corredor salpicado por las tumbas de muchos personajes de la familia Grimaldi y como se ha dicho, una de ellas de la de Rainiero III y su esposa la actriz Gracia Patricia Kelly. 
Catedral de San Nicolás y tumbas reales.
Me encantó la modestia de dicha tumba, consistente en una simple losa de mármol rojo, idéntica al resto de personajes de la Familia Grimaldi.
No por falta de respeto (!) sino porque eran casi las dos de la tarde, nos fuimos a comer. Detrás de la Catedral hay una serie de callejuelas estrechas repletas de tiendas y restaurantes. Hacía calor y a una última pizza, que nos hizo rememorar días pasados en Italia, pedimos sendas jarras de cerveza fría que nos supo a gloria bendita. Ya de vuelta a Barcelona, así tenemos hoy de irritadas las gargantas, pero lo que toca, toca cuando toca...

Faltaba una última parada, la del puerto de Seté, región francesa de La Provenza que nos llevaría a conocer la ciudad medieval por excelencia: Carcassone. 
Del puerto de Seté a Narbona y de allí a Carcasona por carretera. Visita guiada, muy destacable por las maravillas vistas y por la calidad personal y profesional de la guía. 
Sin entrar por la entrada principal, o puerta de Narbona, recorrimos la parte exterior de la muralla empapándonos de la historia y de las leyendas de "la Cité". Muy sorprendidos de ver fotografías del siglo XIX con casas adosadas al exterior de la muralla, como forma de dar cobijo a gentes que teniendo gran interés en vivir en Carcasona no cabían en su interior. Son las curiosidades de la Historia. Parece ser también que esta ciudad medieval estuvo sitiada durante meses por las tropas de Carlomagno... 

Desfallecidos por la hambruna y cuando apenas les quedaba a los sitiados nada que echarse a la boca, mataron al último de los cerdos y lo rellenaron con el poco grano y viandas que les quedaban. Subiendo a la torre más alta de la ciudad echaron por la muralla al cerdo que, al estrellarse contra el suelo, reventó desparramándose por el suelo toda la comida que llevaba en su interior. Al verlo las tropas de Carlomagno avisaron a sus generales y se decidió levantar el sitio puesto que, por lo visto, seguían teniendo provisiones para muchos meses y continuar con el sitio era una pérdida de tiempo. La primera ocupación conocida es del siglo VI a.C. convirtiéndose en centro administrativo romano hacia el año 100 a.C. En el siglo V fue ocupada por los visigodos. 

La diócesis fue establecida el año 550 siendo la ciudad conquistada por los musulmanes en el 725, aunque el rey Pipino el Breve los expulsó en el 759. De gran interés toda la ciudad, sus torres y murallas, pero muy especialmente el castillo condal y la basílica de San Nazario, santo y mártir decapitado en la plaza de Milán en año 68. Sus seguidores recogieron los restos y los enterraron extramuros, pero en el siglo IV fueron trasladados a la basílica de los Santos Apóstoles de Milán aunque, al parecer, una reliquia fue llevada a Carcasona. Degradada a basílica, esta iglesia todavía conserva las vidrieras originales del siglo XI, cuando fue construida. En fin, los viajes no son para relajarse como algunos piensan, así que volvemos hacia Barcelona cansados y con la garganta hecha un estropajo, culpa de la cerveza y los muchos y fríos cócteles que hemos ingerido durante el viaje, en el que no hemos aumentado un solo kilo.

RAFAEL FABREGAT

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