Olvidan que estamos hablando de aquellos que dieron su vida por la evolución del país y por lo que éste representa en el mundo de hoy. Ese mismo país que hoy se permiten el lujo de dirigir a sus anchas, presumiendo de cargos públicos que deberían estar al servicio de los ciudadanos y no del suyo propio. Claro que los partidos de derechas van a lo suyo y a lo que necesitan sus amigos; al apoyo del gran capital. Con su actitud olvidan que esa macroeconomía con la que se sienten tan bien identificados, no es otra cosa que la suma de los tristes ahorros de todos los desgraciados que aportaron su granito de arena en la construcción y la evolución de esos grandes bancos. Que nadie se extrañe. Esos grandes Bancos que hoy brillan con luz propia apenas tenían sede en las grandes ciudades y algunos ni siquiera existían medio siglo atrás.
No debemos extrañarnos de su forma de actuar puesto que la mayor parte de ellos son, además de políticos, accionistas y directivos de esos mismos Bancos y/o de las Cajas de Ahorros, sin otro fin que el de enriquecerse más cada día. De lo que se trata hoy y ahora es de que, al menos, la gente que ve mermadas sus fuerzas por cuestión de la edad o la falta de salud, pueda seguir comiendo cada noche sus patatas hervidas con acelgas, con un huevo duro, o una pechuga de pollo para dos. Nada de chuletas de cordero con guarnición, ni de salmón del norte a la plancha. No. El personal se conforma con lo que buenamente le ha tocado y con beber agua de la fuente. Pero, por favor... Los que cobramos por debajo del sueldo mínimo interprofesional, que no nos falte al menos el rancho miserable hasta ahora ingerido. Téngase en cuenta que el IPC subió en 2017 alrededor del 2% y el Partido Popular solo ha subido el 0,25%.
Quiere decirse que "los de la cola", los que apenas cobramos alrededor de 600 € al mes de pensión, nos veremos obligados a prescindir de las acelgas y el hervido quedará muy pastoso y difícil de tragar. También la media pechuga de pollo que nos toca por cabeza, habrá de verse sustituída por una "alita", por cierto exquisita. Y es que los viejos nos conformamos con poco. Nuestro criterio es que, ese "invento" de que las pensiones tienen que salir (sí o sí) de los cotizantes, no tiene razón de ser. ¿De donde saldrá ese 8,8% con el que se aumenta el sueldo a Policía y Guardia Civil?. ¿Y lo que se gasta en barcos, submarinos y aviones para una Defensa que, en caso de guerra, no serviría para nada?. Las pensiones de los jubilados, presentes y futuros, ha de ser un gasto más a incluir en los gastos generales del país y a ese fondo es a donde tienen que ir a parar las cotizaciones de los trabajadores.
RAFAEL FABREGAT
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