Al parecer, uno más de los timos que suceden en tiempos de bonanza económica. La sal rosa del Himalaya, vendida a precios desorbitados en la creencia de sus 84 cualidades para la salud, ni es rosa, ni es del Himalaya, ni tiene ninguna de las propiedades especiales que se le atribuyen. Mitos y falsas leyendas de las que se lucran los "listos" de siempre.
Un timo muy fashion. Esta sal, con las mismas propiedades de una sal común, viene de la mina Khewra situada en las montañas de Pakistán, en el distrito de Jhelum. El análisis efectuado a esta sal muestra un 96% de cloruro sódico y 10 minerales que suman el 4% restante, del cual 2/3 partes resultaron ser yeso. Nada pues de aliviar dolencias de ningún tipo. Más bien al contrario y como ya es del conocimiento general, la ingesta excesiva de sal puede provocar hipertensión y es muy perjudicial para la salud. Esa riqueza mineral que se le atribuye es totalmente incierta y sus diferencias con las sal común se deben fundamentalmente a su proceso de elaboración. La coloración rosa, que provoca el elemento principal de engaño, se consigue al pasar vapor de sodio sobre el cloruro para que los iones metálicos le den su coloración característica.
Es sin duda el timo de la estampita con más salero...
RAFAEL FABREGAT
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