10 de septiembre de 2015

1881- MEMORIAS DE LOURDES.

Dos veces he visitado el Santuario de Lourdes (Francia) y nunca como peregrino. Fueron las circunstancias. Una vez acompañé con mi mujer a dos primas francesas, una de las cuales tenía problemas de salud y esperaba encontrar en su visita a la Virgen de Lourdes una solución que, naturalmente, no llegó. Todo lo visto en aquel primer viaje me impresionó de tal manera que quise que mis hijas también lo conocieran y en ocasión posterior, ya fallecida la prima enferma, visité de nuevo el Santuario con mi mujer y mis tres hijas. Todo allí es espectacular por el ambiente mediático que se respira. Está claro que, cuando nos ponemos enfermos de gravedad, uno es capaz de buscar la solución hasta debajo de las piedras. La fe no mueve montañas, pero si que es capaz de doblegar voluntades, cuando flaquea la salud y alguien te dice que aquí o allá puedes encontrar el bienestar perdido. Debilidades del ser humano...


Lourdes es ciudad y comuna francesa situada al sureste del departamento de los Altos Pirineos. En la Edad Media era tan solo una pequeña aldea, aunque fortificada por su situación estratégica. La incipiente fortaleza y su caserío se levantaron en el siglo VIII y ya entonces sufrió el asalto de Carlomagno, no convirtiéndose en residencia de los condes de Bigorre hasta bien entrado el siglo XI. En el siglo XIII Castillo y territorios pasaron a dominio de los condes de Champagne, dependientes del reino de Navarra y después a manos de la corona francesa (Felipe IV de Francia) por estar el rey casado con la reina Juana I de Navarra. Posteriormente fue cedido a Inglaterra por medio del Tratado de Brétigny en 1360. Es en el siglo XIV cuando se levanta el Castillo actual, si bien lo que vemos en este momento es la restauración llevada a cabo en el siglo XV y posteriores, tras sufrir varios asedios altamente destructivos. La plaza fue recuperada por los franceses en 1406 y reconstruido su CastilloEn el siglo XVII se convierte en Prisión Real, incorporada al Condado de Bigorre tras la Revolución Francesa de 1789. 

Su función de prisión se mantiene hasta el siglo XX cuando, a partir de 1921, se convierte en el Museé PyreneénEn 1933 es declarado Monumento Histórico dependiente del Ministerio de Cultura Francés. Siendo tantos los avatares sufridos, la estructura primitiva recibió reformas a lo largo de los siglos. 
En 1858 Lourdes era tan solo una pequeña aldea de casas humildes y la mayor parte de sus habitantes analfabetos. Por su apartada situación, al comienzo del sistema montañoso de Los Pirineos, Lourdes era prácticamente desconocida incluso para los propios franceses. 
A las afueras de la aldea corre el río Gave por el que discurren las aguas que bajan de las montañas y al lado de un promontorio rocoso y tierras áridas se abre una gruta de apenas 3 metros de anchura y escasa profundidad. En la boca de esa gruta, una niña de 14 años llamada Bernardette, dijo haber visto a la Inmaculada Concepción el día 11 de Febrero de 1858 y otras diecisiete veces más en los meses siguientes. Aunque en principio fueron muchas las críticas, hoy es lugar multitudinario de peregrinación. Esta es, muy resumida, la historia...


Bernardette, su hermana Toinette y una amiga, bajaron a las orillas del río para recoger leña para la casa. Un fuerte rumor de viento hizo que se volviera, pero todo estaba en calma y prosiguió el camino. Un segundo rumor hizo que se volviera de nuevo y vio en la boca de la cueva a una "jovencita" que, en su 16ª aparición, se identificó como la Inmaculada Concepción. Ni su hermana ni su amiga la vieron. Según contó Bernardette, la joven le sonrió y le hizo señas para que se acercara. Vestía túnica blanca con ceñidor azul y llevaba un rosario. Impresionada cogió el suyo que siempre llevaba consigo y viendo que la joven se santiguó hizo lo mismo y se puso a rezar el Rosario con ella. Aquella joven Señora no le habló hasta la tercera aparición cuando Bernardette le preguntó su nombre. La Señora le propuso que se vieran diariamente durante 15 días. Entre sus apariciones cuarta y octava las autoridades tomaron cartas en el asunto, acusándola de perturbar el orden público y amenazándola con ir a la cárcel, pero ella contó lo sucedido sin cambiar una sola coma y sin pretender tener explicación para el fenómeno presenciado. 
Bernardette nunca dijo que aquella joven Señora fuera la Virgen. La opinión de los vecinos estaba dividida y el 25 de Febrero tuvo lugar la aparición más problemática... Había reunidas unas 350 personas. Tras rezar el Rosario, la Señora le dijo a Bernardette que bebiera agua del manantial y comiera algunas plantas del lugar. Ella entendió que bebiera en el río, puesto que allí no había fuente alguna, y hacia allí se encaminaba cuando la Señora le dijo que escarbara en el suelo de la gruta. Bernardette hizo un pequeño hoyuelo en el barro con las manos desnudas e intentó tres veces beber en el pequeño hoyo fangoso sin conseguirlo. Al cuarto intento el reducido charquito se había aclarado y lo bebió, comiendo también alguna planta que por allí crecía. La muchedumbre, escéptica, gritó que todo aquello era un fraude pero casi de inmediato, de aquel pequeño hoyo brotó un importante manantial.
El martes 2 de Marzo la Señora le pidió a Bernardette que se hicieran procesiones hasta la cueva y que allí mismo, sobre ella, se construyese una capilla en su honor. Unos días después, acompañada por sus tías, la niña fue a ver al párroco Dominique Peyramale pero el cura era hombre inteligente y descreído.

- Edificar una capilla... ¿en honor a quien?.
No sería hasta el 25 de Marzo, en su 16ª aparición, cuando también tuvo lugar el milagro del cirio... Bernardette sostenía un cirio en su mano que, consumido, había llegado la llama a su piel durante unos quince minutos sin que le produjera daño o llaga alguna. Lo testificó el médico de la localidad que también estaba presente en esta aparición.
También se dice que el manantial señalado por la Virgen ha sido objeto de numerosos milagros, como la curación de enfermos crónicos e incluso terminales, aunque el agua ha sido analizada decenas de veces sin que se haya encontrado ningún elemento extraño. 
El 15 de Abril de 1860, Bernardette fue acogida en el hospicio de las Hermanas de la Caridad de Nevers. Tras muchas enfermedades y vicisitudes, murió en Abril de 1879, a los 35 años de edad. La madre Josefina Imben, superiora del convento en cuestión, nunca creyó en sus visiones ni en su enfermedad. Bernardette fue beatificada en 1925 por el papa Pío XI.


Personalmente lo visto en el citado Santuario de Lourdes no me gustó y no lo hizo porque vi más culto al dinero que a la Virgen. Todo allí cuesta dinero, beber y mear. Cada bloque de piedra del Santuario lleva la inscripción de la persona que sufragó decenas de veces el gasto de su factura y colocación. Las pilas donde se santiguan los peregrinos a la entrada y salida del templo no contienen agua bendita, sino cientos, miles de billetes de todos los valores y procedencias, tan colmadas que casi resulta imposible depositar uno más sin que se caiga. De vez en cuando se vacían pero, es tal la avalancha de enfermos que buscan su curación, que al poco tiempo vuelven a estar llenas. En una caseta frente a la gruta de la Virgen hay un puesto donde venden grandes cirios para ofrendarlos a la Virgen pero la realidad es que la cueva ya está llena de cirios encendidos por lo que, a la llegada a la gruta, unos empleados te cogen los cirios y los depositan en un carro que cuando se llena se lleva nuevamente al punto de venta. (?)
Lo siento en el alma, pero solo escribo lo que vi.

RAFAEL FABREGAT

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