20 de septiembre de 2015

1892- SETAS MAESTRAZGO 2015. (6ª)

Amanita Muscaria. Tóxica. Especialmente alucinógena.
Como cada sábado (y van 4 de 6) esta entrada al blog va dirigida especialmente a los aficionados a las setas. Ayer, como todos los sábados desde el comienzo de la temporada de setas, fui a buscar este rico manjar con mi señora, su hermana y mi cuñado a los montes del Maestrazgo turol/castellonense. Éxito rotundo en cuando a la cantidad de setas recogida. Dos cestas y una bolsa (pecado gravísimo) para mis cuñados y mi señora y yo dos cestas y una cajita frutera. Sin embargo disgusto morrocotudo por el panorama desalentador que presentaba un bosque seco y sin alegría. Nada extraño teniendo en cuenta que, tras los 5L./m2. que cayeron el sábado anterior, toda la semana ha sido de sol y vientos cálidos del suroeste, cuando no del propio oeste, con temperaturas rozando los 30ºC.


Lactarius Deliciosus. Nícalo. Robellón de "pi negre".
Mucho me temo que esta coyuntura inesperada acabe con la temporada de setas en esta comarca. Una verdadera lástima puesto que, estando el terreno sazonado, aún en el caso de que no hubiera llovido mucho más, los fuertes rocíos que caen cada mañana hubieran sido suficientes para mantener la sazón y la salida de setas hasta mediados de Octubre que es lo habitual. Tan feo era el panorama, que igual hubiera podido ser fin de temporada para nosotros si no fuera porque tenemos encargados unos sacos de patatas a uno de los productores locales y no los hemos recogido todavía. Obligatoriamente tendremos que subir el sábado próximo y ese día sÍ que puede que sea el de la despedida. Esto de las setas, como la caza, no siempre sale "redondo". Los motivos son muchos y variopintos.


Robellón de "pi negre" y de "pi blanc".
De todas formas este año en el Maestrazgo, o al menos en los sitios que nosotros conocemos y que son muchos y muy buenos, ha fallado el níscalo o lactarius deliciosus, una variedad de robellón de color anaranjado que en valenciano llamamos "robelló de pi negre" que suele salir en terrenos ácidos. Salió y en cantidad el robellón blancuzco y amarronado al corte (lactarius sanguifluus) al que nosotros denominamos "robelló de pi blanc", propicio de tierras calcáreas. Lo de cual es mejor va en cuestión de gustos. Los cocineros modernos dicen que el "pi blanc" o sanguifluus es mejor, pero yo prefiero el anaranjado. Por algo será que los sabios lo bautizaron con el nombre de "deliciosus". A principios de temporada sale un 90% de la variedad sanguifluus y poco a poco el deliciosus gana terreno, cambiándose las tornas. Como cada año, los últimos días de Agosto y primeros de Septiembre, casi todo el robellón encontrado era de "pi blanc" (sanguifluus) y apenas llevabas en el cesto media docena de robellones de "pi negre" (deliciosus). 

Es más, en las zonas que son exclusivas de la variedad "deliciosus" apenas encontrabas una docena mal contada. Todo normal, pero llegamos a mediados de Septiembre y el deliciosus (anaranjado) seguía sin salir. Ningún buscador llevaba, en una cesta repleta, una docena de níscalos. Estaba claro que algo pasaba con ellos. Yo no soy ningún experto en la materia, pero está claro que la larga temporada de fuertes calores, que hemos tenido este pasado verano, no han permitido el desarrollo del micelio de esta variedad de robellón, seguramente más delicada que su pariente. ¿Qué le vamos a hacer?. No se puede luchar contra los elementos. En otras partes del país quizás las cosas hayan sido diferentes y el "lactarius deliciosus", para nosotros más bonito y sabroso, haya proliferado de manera normal. 


La verdad es que últimamente en las zonas próximas al Mediterráneo el tiempo ha cambiado bastante y, además de llover menos, nos llega mucho viento y fuertes calores. Los grandes enemigos de las setas. Nosotros (no nos podemos quejar) hemos encontrado muchos robellones y pudimos recoger muchos más, pero la temporada ha quedado corta y al no encontrar a nuestro "pi negre" favorito, hemos quedado un poco desilusionados. No pasa nada. Hemos comido quizás demasiados, hemos repartido entre familia y amigos y todavía nos queda la temporada de "seta de cardo" próxima a comenzar. ¿Qué queremos más?. Allí, en la oscuridad del arcón-congelador, tenemos robellones para todo el año.


Nos falta recoger la "seta de cardo". Con un poco de suerte completaremos el espacio que nos queda. ¿Donde está el problema?. Pues nada, el problema está en que nos hemos quedado sin el níscalo, para nosotros la variedad más apreciada. Nuestras zonas de búsqueda más queridas por nosotros, nos han fallado. Claro que ellas no tienen la culpa pues, durante largos años de impresionante recuerdo, jamás nos fallaron. Nuestras nietas, primero Inés y tres años después Daniela, cortaron allí los primeros níscalos de su vida de la mano de su abuelo Rafael. Ambas con tres añitos de edad y a solo diez metros del coche. Porque esa es otra. Además de ser el mejor enclave del Maestrazgo, en calidad y cantidad, se trata de terreno llano y al que se llega en coche hasta su posición.


Las dos nietas cogieron su primer robellón del mismo modo: dándole golpes con el cuchillo y lógicamente destrozándolo por completo hasta el punto de (casi) no poder aprovecharlo. Las veo perfectamente, todavía hoy, con su cestita con tapas en la que no cabían ni siquiera diez ejemplares y que llenaron en cuestión de minutos. Después ellas quedaban jugando o buscando setas por las inmediaciones del coche con su abuela, mientras los demás nos alejábamos un poco más allá. No mucho más, puesto que los níscalos salen allí a borbotones. Espero que el próximo año ya venga también nuestro nieto Nicolás con dos años y medio. Ya lo he contado en otras ocasiones... Sé lo que es llenar dos cestas cada uno en menos de una hora y quedar sin saber qué hacer hasta mediodía, pues teníamos mesa reservada para comer... No podíamos hacer nada, excepto irnos al pueblo, lavarnos en la fuente, comprar patatas, carne, pan, ver la iglesia... ¡hasta que abrieran el restaurante!.

RAFAEL FABREGAT

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