23 de septiembre de 2015

1895- LOS AMORES DEL CARDENAL.

Cardenal Mazarino
Giulio Mazarini, mayor de seis hermanos, nació en la abadía de Pescina, región de los Abruzzos y provincia de L'Aquila (Italia) el 14 de Julio de 1602. Hijo de familia noble, a los 7 años fue enviado a Roma para recibir la educación correspondiente a su alto nivel social. Se formó con los jesuitas del Colegio Romano hasta los 16 años, siendo enviado después a España para estudiar Derecho Canónico en la Universidad de Alcalá de Henares. Enterados sus padres que se había enamorado de la bellísima hija de un prestamista español y que estaba a punto de casarse, fue requerido por su familia con engaños para evitar el matrimonio. Ya en Italia completaría sus estudios. 
Su primera ocupación fue la de militar al servicio del Papa, con el grado de capitán y destinado a la región de Valtelina. Retiradas las tropas pontificias de la región en 1626, Mazarino es destinado a Ferrara, desde donde viaja con frecuencia a Roma y donde conoce al cardenal Bentivoglio que representaba los intereses de Francia en la corte papal. 


Cardenal Richelieu.
Bentivoglio le recomendó para que lo enviasen como secretario de la delegación pontificia en Lombardía. Ante la rivalidad franco-española por el control de territorios italianos, en 1630 Mazarino recibió instrucciones del papa Urbano VIII para favorecer los intereses franceses, representados por el cardenal Richelieu.
En 1639 se naturalizó francés siendo colaborador del Primer Ministro, lo que en 1641 le valió el nombramiento del rey Luis XIII como cardenal y ministro de Estado gracias al aval de Richelieu, muerto justamente la noche anterior. A partir de 1643 y muerto Luis XIII, el cardenal Mazarino gobierna Francia en representación del rey Luis XIV, de cinco años de edad y estando el país bajo la regencia de su madre, la española Ana de Austria. El ascenso de Mazarino fue un gran alivio para la reina, siempre contraria a las continuas intrigas del cardenal Richelieu. A la llegada de Mazarino al poder el conflicto se diluye. El nuevo cardenal le da poder a la reina y ella se lo devuelve multiplicado.


Aunque Luis XIII dispuso que la regencia fuese asumida por un Consejo, Mazarino mueve los hilos para que el Parlamento rompa la voluntad del difunto rey y que la regencia quede en manos de su esposa Ana de Austria. El 18 de Mayo de 1643, día en que la reina fue nombrada regente, la primera medida es nombrarle Primer Ministro, que lo será hasta su muerte, veinte años después. Incluso estando en el exilio por las revoluciones de 1648-1653, Mazarino siguió gobernando Francia a través de Ana de Austria. Entre ambos mandatarios hay una abundante correspondencia que le permite a la reina afrontar los problemas que la acucian y a la vez, estimulan el amor que había entre ambos. No solo eran intereses políticos. Las cartas del cardenal Mazarino son también las de un amante que espera ansioso regresar a los brazos de su amada. A ellas responde la reina diciéndole que el tiempo que transcurra hasta poder reencontrarse, será proporcional con el odio que tiene a quienes lo han apartado de su lado. De hecho Mazarino se tiene por padre biológico de Luis XIV. 


Ya en el trono de Francia, el joven Luís XIV (11 años) trata al cardenal con el respeto que se le debe a un padre. Según la princesa Palatina, cuñada de Luis XIV, el cardenal Mazarino y Ana de Austria llegaron incluso a casarse en secreto, aprovechando que el primero había sido nombrado cardenal sin ser previamente sacerdote. 
Finalizada la guerra, Mazarino volvió a París siendo aclamado por un pueblo cansado de la guerra. Sin embargo no olvidaban el origen italiano del cardenal, ni el poder acumulado gracias a la benevolencia de la reina regente que le permitía aumentar impuestos sin negociación alguna. 
En su lecho de muerte, en Marzo de 1661, el cardenal Mazarino le dio al rey Luis XIV un paternal consejo: "No nombres a ningún primer ministro". Él sabía perfectamente cómo un primer ministro podía roer el poder de un monarca. Legó al rey todos sus bienes: 35 millones de libras, 8 de ellos en efectivo. 
Cinco años después moría Ana de Austria, poniendo punto y final a esta historia de amor entre mandatarios de Francia. Su hijo Luis XIV de Francia, llamado el Rey Sol, sería abuelo de Felipe V de España, primero de los Borbones que reinaron y reinan actualmente en nuestro país.

RAFAEL FABREGAT

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