Se llaman de "arquitectura negra", a los pueblos y casas antiguas, levantadas con piedra de pizarra.
En España existen varias zonas con este tipo de piedra y todavía se pueden contemplar muchos pueblecitos de montaña con este tipo de mampostería, amén de tejados confeccionados con este material.
También son muchos los propietarios de nuevos edificios que, buscando ese tipismo, han construido nuevas casas, normalmente segundas residencias, con este tipo de piedra. Esto es como el comer bacalao o sardinas de bota, antes comida de pobres y hoy comida de lujo.
No vamos pues a complicar una entrada al blog con detalles tan "normales" como el señalado y cuyo tipismo se basa únicamente en hacer, como cosa extraordinaria, aquello que antiguamente se llevaba a cabo por la facilidad de encontrar dicho material y levantar una casa con el menor coste posible. Pueblos milenarios, construidos con mamposteria y tejados de pizarra los hay a cientos en España. La curiosidad actual es que en este momento la mayoría de ellos han sido abandonados y muchos, los pocos que quedan, han sido catalogados como "los más bonitos de España", creándose casas rurales y mesones que acogen a centenares de viajeros de fin de semana que llegan posteriormente a su ciudad habitual contando las excelencias de lo visto y vivido.
Como todos sabemos "Vicente suele ir donde va la gente" y si encontrar un pueblo con estas particularidades es difícil, más mérito tiene. Si además de lo raro de estas construcciones, encuentras un mesón que te sirve un cordero lechal al horno, o un chuletón de buey a precios moderados... los madrileños retornan a su ciudad que cuentan y no acaban. El buen yantar y la compañía de una excelente jarra de vino hacen que, quien más quien menos, se olvide de si la pizarra es negra o de cualquier otro color. En lo más profundo de nuestro recuerdo queda el recuerdo de que fuimos en busca de "la arquitectura negra" aunque bien pensado lo que persiste es la buena carne y los efluvios del vino.
RAFAEL FABREGAT
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