Esta mañana, como hago siempre desde que la peste del Covid-19 ha llegado a nuestras vidas, he cogido el coche y con guantes de latex y mascarilla quirúrgica he ido a buscar el pan y algo de fruta. Tal día como hoy, otro año hubiera sido impensable cruzar la plaza principal en coche. No por nada sino porque, para los que vivimos en la parte baja de Cabanes, cruzar la plaza en coche es de todo punto imposible debido a la fiesta que allí se vive.
¿Qué voy a decir que no lo sepa todos y cada uno de los cabanenses?. Normalmente hoy, "Día dels cadafals", ha sido siempre un día grande para todos la gente de Cabanes, aunque los tiempos han cambiado y mucho, desde unos años a esta parte. Quedaron atrás los viejos carros para la construcción del coso taurino, los troncos pillados entre rueda y varal como importantes pilares y contrafuertes que habían de sustentar la viga que soportara todo el entarimado de cabirones y las viejas puertas que debían de mantener el peso de las familias o pandillas de amigos...
Los mejores cabirones eran para la barrera, claro está, para subir los toreros con seguridad y para que los toros no los rompieran a la primera cornada... También era ese cadafal el que nos acogería a todos a la hora de la merienda-cena, en la que salían cacerolas y fiambreras con guisos caseros que nos sabían a gloria y la garrafa de vino de la Bodega-Cooperativa, con o sin gaseosa. Lo de merendar en los bares, como se hace actualmente de forma bastante generalizada, era solo para los forasteros que habían venido a ver nuestras fiestas con la excusa de un concurso de ganaderías o la prueba de un toro cerril, que por la noche se embolaría. Ahora el "Día dels cadafals" ya ha perdido buena parte de su gracia, por no decir toda. En primer lugar porque al cadafal ya no se hace y mayoritariamente ni siquiera se transporta ya a la plaza. La comodidad ha aniquilado la fiesta. Todo son ya barreras de hierro que incluso te llevan a la plaza por una módica cantidad de dinero y por la misma te la devuelven al lugar donde el Ayuntamiento tiene habilitado guardarlas entre unas fiestas y otras.
Con absoluto desprecio al cuidado que nuestros padres hubieran tenido, allí quedan los cadafales a la intemperie, oxidándose el hierro y pudriéndose las maderas. En cuanto a la construcción del coso taurino, todo se limita a arrimar dicha barrera al lugar que el sorteo ha designado.
Tampoco el almuerzo con amigos y familiares es lo que era. No es que no reine entre los miembros de cada colla el ambiente festivo. Claro que sí, pero ya no es lo mismo.
A excepción de los llamados "gosos de poble", nombre que se les daba de manera despectiva a la docena de personajes, con mucho oficio y poco beneficio, que se ganaban el sustento sin salir de las paredes del pueblo, entre la gente "normal" lo de almorzar en el bar era algo tan esporádico que se limitaba a esos dos días de fiestas de Mayo y Agosto y pare usted de contar. Todos sabemos que actualmente lo de almorzar en el bar es algo cotidiano y generalizado. Si son trabajos fijos en alguna industria, se hace en el bar del polígono industrial de que se trate, y si es un oficio liberal en el bar más próximo al lugar donde se desempeñe dicho trabajo. Lo que sí está claro es que el almuerzo del "Día dels cadafals" ha quedado desvirtuado por la sencilla razón de que dicho almuerzo es actualmente el pan nuestro de cada día. Aún así... ¡Visca el día dels cadafals y visca la nostra patrona la Mare de Deu de les Santes!.
RAFAEL FABREGAT
NOTA.- Aunque solo sea de forma testimonial, me permito recordar aquí y ahora que este año 2020 el coronavirus "COVID-19", una Pandemia que ha arrasado el planeta y está dejando más de 25.000 muertos solo en España, ha obligado a anular la Pascua y las Fiestas de Mayo de Cabanes y veremos qué pasa con las de Agosto. Este mes de Mayo será ya el tercer mes de confinamiento obligatorio de toda la gente en sus casas a fin de intentar parar en lo posible la expansión de la epidemia mundial que nos acosa. De momento Cabanes ha tenido suerte y tan solo ha sufrido 3 casos de infección que se han resuelto favorablemente. Aparte lo anterior el mundo entero está inmerso en una brutal crisis económica jamás conocida hasta ahora ya que todos los negocios fueron cerrados por orden gubernamental desde primeros de Marzo. Casi 2 millones de negocios han cerrado y no volverán a abrir. Lo lamento por los católicos practicantes, ya que incluso las iglesias están cerradas. Ya no digamos los bares...
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