3 de mayo de 2020

2969- HISTORIA DE LA VIRGEN DEL BUENSUCESO.

Virgen del Buen Suceso de Cabanes.
Está claro, faltaría más, que como nuestra Virgen del Buen Suceso no hay ninguna y eso no solo lo digo yo, sino que en menos de cinco minutos se sumarían a esta afirmación 2.999 de los 3000 que viven en Cabanes y su término municipal. 
Los siento mucho, los 3.000 no pueden ser porque en toda familia siempre hay un garbanzo negro, que no se cuece por muchas horas que tengamos la olla en el fuego.
Dicho lo anterior, parece ser que (oficialmente) alguien no quiere que la patrona de Cabanes sea justamente la principal de todas las Vírgenes con esta denominación. Sin embargo no "nació" muy lejos de Cabanes la ganadora. 
Aunque en el mundo y especialmente en España y Sudamérica son muchas las Vírgenes del Buen Suceso, la oficialidad eclesiástica le ha sido otorgada a la encontrada en Traiguera (Castellón - España) por ser la que bendijo el Papa Pablo V.
De todas formas la antigüedad es casi la misma. No sabría decir con exactitud cual de las dos es más antigua que la otra. Tanto en la de Cabanes como en la de Traiguera, las huellas de esta advocación se sitúan en el año 1606, época de las guerras de liberación de los musulmanes. Mucho antes en Almenara (Castellón) se levantó un magnífico altar dedicado a una Virgen que había permitido la victoria del Cid Campeador sobre los moros y su entrada triunfal en la ciudad. Desde entonces también se la conoció como Virgen del Buen Suceso.

Virgen del Rosario.
El término "Buen Suceso" es un milagro o intervención sobrenatural de la Virgen en un hecho a favor de sus hijos, un acontecimiento extraordinario que convierte una imagen de mármol o madera en la "Puerta de acceso a Dios o al propio Cielo". 
También esta Virgen era patrona de Sagunto (Valencia). Lo que allí hay es una estatua de mármol de unos 40 cm. de altura que se venera en el convento de la religiosas Siervas de María de la ciudad. La leyenda dice que esta estatua apareció flotando en las aguas del Mediterráneo, rodeada de 5 estrellas. En nuestro pueblo de Cabanes (CS) es bien conocido el milagro...
En la calle San Antonio de esta localidad, nació el año 1589 el niño Francisco Gavaldá Guasch, hijo del notario Juan Gavaldá e Isabel Guasch, familia adinerada y fervientes devotos de la Virgen del Rosario, cuya imagen guardaban en su casa.
En cierto momento de la vida del muchacho, éste amaneció gravemente enfermo sin que los médicos de la población encontraran causa y remedio. La madre, angustiada, estaba rezando a la Virgen del Rosario buscando su intercesión cuando se dio cuenta de que la estatua de la Virgen comenzaba a sudar copiosamente. La madre secó la transpiración de la imagen con un paño y seguidamente lo puso debajo de la almohada de su hijo, aturdido por la elevada fiebre que sufría. Otras versiones cuentan que pusieron la imagen junto al niño enfermo. Sea como fuere, a la mañana siguiente el niño despertó completamente curado.

Basílica-catedral de Segorbe.
Este "buen suceso" dio lugar a que los padres del muchacho cedieran a la iglesia parroquial la imagen de esta Virgen del Rosario, con el único ruego de que se le diese la advocación de Virgen del Buen Suceso. Posteriormente, el Papa Pablo V apoyó esta nueva advocación por la imagen de Traiguera y gracias a ello las autoridades locales la nombrarían patrona de Cabanes. Con solo 18 años aquel niño recibiría los hábitos en el Monasterio de San Miguel de los Reyes (1607) y profesaría al año siguiente. En una carrera eclesiástica imparable, fue prior de ese mismo monasterio, visitador general de Castilla y Aragón y nuevamente prior de Valencia, Córdoba y Sigüenza. En 1651 alcanzó el generalato de la Orden  de los Jerónimos y en 1652 Felipe IV le propuso ocupar el solio de la diócesis de Segorbe (Castellón) donde permaneció hasta su muerte en 1660. Fue sepultado en la sacristía de San Miguel de los Reyes, en la ciudad de Valencia.

Virgen Buen Suceso de Traiguera, que no es la original.
La de Traiguera es la historia del adinerado Bernardino de Obregón (1540-1599) que en 1567 dio un cambio radical a su vida y renunciando a sus riquezas, se dedicó a servir a pobres y enfermos. Con la aprobación del Nuncio y del rey Felipe II fundó la "Congregación de los Mínimos" para la asistencia a enfermos. En 1606 le sucedieron en la jefatura los hermanos Gabriel de Fontanet y Guillermo de Rigosa que marcharon para pedirle al Papa el poder extender su jurisdicción a toda España ya que, hasta entonces, solo tenían la de Madrid. Viajaban a pie, de Madrid a Valencia y de ésta hacia Roma cuando en la provincia de Castellón, cerca de la frontera con Cataluña, se desató una terrible tormenta que les hizo temer incluso por su vida. Rayos y centellas caían cerca de ellos cuando ya cerca de Traiguera vieron una luz brillante sobre un altozano y decidieron ir hacia allí. Al llegar vieron que la luz salía de una cueva y en ella había un modesto santuario de la Virgen María con el Niño.
La estatua era pequeña y de madera de ciprés. Poco más de 50 cm. la Virgen y de 10 cm. el Niño. Ambos de pelo castaño, ojos negros y piel encarnada. Para los dos hermanos lo más milagroso de aquella figura era la perfección con la que estaba realizada. Llegado el amanecer con el cielo brillante y sin rastro de la tormenta, colocaron los hermanos la imagen en una canasta y la llevaron con ellos a Roma, donde explicaron al Papa la luz sobrenatural que les había salvado la vida y le mostraron la imagen que en aquella cueva encontraron. 

Iglesia del Buen Suceso frente a la Puerta del Sol.  MADRID 1848.
Entendiendo la naturaleza sobrenatural del acontecimiento, el Papa Pablo V se arrodilló y puso su cruz pectoral alrededor del cuello de la estatua y exclamó: 
- ¡Mirad, sonríe...! Está claro -añadió el Papa- no hay duda de que Nuestra Señora decidió protegerles a ustedes y apoyarles en su trabajo, así que no voy a ser yo quien vaya en contra de su voluntad. ¡Que sus deseos tengan un Buen Suceso.
Pablo V bendijo la estatua de Traiguera, le concedió indulgencias y le dio el nombre de Virgen del Buen Suceso. Al mismo tiempo, autorizó que todos los hermanos de la Orden se pusieran en su túnica una cruz negra de tela en recuerdo de aquel hecho. Finalmente el Papa decretó que dicha Congregación de Mínimos fuera establecida y considerada una Orden Religiosa. En su viaje de regreso los dos hermanos llegaron a Valencia siendo informados que nueve de los doce hermanos que les esperaban en Madrid, habían muerto por contagio de la Peste. 

Iglesia del Buen Suceso tras la Guerra Civil.
Llegados a su destino pusieron la imagen de la Virgen del Buen Suceso en el altar de la iglesia del Hospital General. 
Aquella modesta iglesia medieval fue convertida más tarde en Real Hospital de la Corte, en ceremonia solemne llevada a cabo el 19 de Septiembre de 1641 cuando Felipe III colocó la Sagrada Estátua sobre el altar principal. 
Esta Virgen, favorita de la Casa de Austria, quedó allí durante más de 200 años. 
En 1808 el templo fue saqueado por los franceses pero la imagen fue escondida y salvaguardada. 
En 1854 comenzó la demolición de la iglesia pero la reina Isabel II insistió en la construcción de una nueva iglesia para aquella Virgen tan especial. 
Se construyó en la calle Princesa, en el barrio Argüelles, pero quedó muy dañada durante la Guerra Civil de 1936-39. Ante las dificultades de su restauración, fue demolida en 1975.
En 2006, durante las reformas de la Estación del Metro de Sol, se hallaron numerosos restos de la antigua iglesia del Buen Suceso, pero no de la Virgen "de Traiguera", de la que nada se sabe... Claro que, aunque la Virgen original marchó a Madrid, los vecinos de Traiguera quisieron tener una copia de una Virgen tan milagrosa y le levantaron una capilla guardada por un santero que recorría los pueblos de la comarca con una pequeña hornacina y su Virgen, a fin de recoger limosnas para mantener el culto de su Reina y Señora, hoy también desaparecida. Claro que tampoco nuestra actual Virgen del Buensuceso es aquella que curó al obispo Gavaldá. Nada, nada es para siempre...

RAFAEL FABREGAT

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