7 de enero de 2019

2705- EMPERADOR Y TRAVESTI.

Poco podemos fiarnos de la historia de los emperadores romanos, cuando ésta era siempre escrita por senadores enemigos de la causa. A Tiberio Claudio Nerón, toda su vida respetado por todos, se le describe en la Historia como un pervertido que gustaba de recrearse con jóvenes muchachos en su villa de Capri mientras que a Nerón, que con tanto pesar le despidieron los romanos a su muerte, se le tachó y así ha quedado para la Historia, de pirómano y asesino de madres. Entonces... ¿De quien fiarnos, si la Historia no revela más que mentiras?. El que hoy nos ocupa fue Heliogábalo, marioneta de sus parientes y de todos cuantos vivieron a su costa. Ya pasados los años dorados de la Roma Imperial, Vario Avito Basiano tomó el nombre de Marco Aurelio Antonino al acceder al trono en el año 218. 

Era una forma de resaltar su parentesco con el emperador Caracalla, pero no tuvo el éxito deseado y más bien fue conocido como Heliogábalo nombre latinizado de la deidad siria a la que sirvió de sacerdote en su ciudad natal de Homs. La definición que actualmente hace la Real Academia Española sobre Heliogábalo es el de "persona dominada por la gula", debido a la voracidad que tenía dicho emperador. Entre las fuerzas militares su popularidad fue tan escasa que en los libros de Historia su reinado se consideró "interregno". Indudablemente su ascenso no se hubiera producido de no haber estallado una guerra tan turbulenta tras el apuñalamiento de Caracalla, mientras orinaba junto a las murallas de Carrás. Su verdugo ascendió inmediatamente al trono pero rápidamente fue sustituido por el citado Heliogábalo, sumo sacerdote del Dios local, mediante la mentira de que era hijo ilegítimo de CaracallaNadie se preguntó si era apto para el alto cargo al que se le destinaba, ni siquiera si era conocedor de las tradiciones latinas. Como era de esperar esto se tradujo en el periodo más estrámbotico de la historia de los emperadores romanos. 

En los cuatro años que ostentó el cargo sus esfuerzos solo se centraron en darle a la deidad solar el máximo protagonismo del panteón romano. Durante su reinado las ceremonias al Dios "Sol Invictus" fueron el epicentro de la vida religiosa. El joven, de tan solo 14 años, no sabía de otra cosa. El emperador, con atuendo afeminado y las tetillas al aire, encabezaba las danzas rituales alrededor del altar provocando más de una sonrisa y vergüenza ajenas. La mitología romana hubo de girar rápidamente alrededor de este Dios sirio. Prontamente los miembros del Senado coincidieron en que el nuevo emperador era un payaso llegado de la periferia, del que habían de prescindir lo más rápidamente posible. El colmo del despropósito llegó cuando Heliogábalo, vestido de mujer, se casó con la virgen vestal Aquilia Severa, sabiendo que durante treinta años la virginidad de ésta era de tradicional y obligatoria observancia para la religión romana. 

Aunque el emperador quiso tranquilizar los ánimos del Senado explicando que de esta unión nacerían niños parecidos a los dioses, este acto transgredía todas las normas de la fe y el escándalo acercó su reinado al final de la empinada cuesta que ya soportaba desde tiempo atrás. Para colmo de males se dijo que se rodeaba de amantes de ambos sexos, donde primaba la belleza por encima de todo. Incluso para las provincias nombraba siempre a los amantes que tuvieran el pene más grande. El problema no era la homosexualidad, que ya reinaba en Roma, sino las difamaciones de tanto abuso que fueron aprovechadas para ligarlas al plano político. Eran muchos los senadores que tenían amantes masculinos, pero todos lo hacían con discreción y nunca haciendo alarde de ello. Sin embargo Heliogábalo se apoyaba en su posición de emperador para dar rienda suelta a sus instintos más bajos sin guardarse ni percatarse de que cada día aumentaban sus enemigos. Para colmo de males el emperador adoptó el papel pasivo con sus amantes, que incluso lo azotaban en público. 

Las visitas a los prostíbulos eran frecuentes, un vicio adicional que en nada ayudaba a mantener las lenguas calladas. En cuanto al vicio del sexo afeminado, a tal punto llegó que incluso consultó con los médicos la posibilidad de someterse a una intervención que permitiera introducir en su cuerpo una vagina.
El año 221 y a fin de salvarle la vida, la matriarca de la familia le aconsejó que nombrara heredero del trono a su primo Alejandro Severo pero en lugar de eso ordenó a la guardia pretoriana que ejecutaran al posible heredero. La guardia no solo se negó a cumplir sus órdenes, sino que ahogaron al emperador en las letrinas y asesinaron a su madre, arrojando ambos cadáveres al río Tíber. Alejandro Severo fue proclamado nuevo emperador y la normalidad religiosa y política regresó por fin a la Roma Imperial.

RAFAEL FABREGAT

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