8 de septiembre de 2018

2653- UN DÍA COMPLETO.

Mañana me caducaba la ITV del coche pero, claro, mañana es domingo. A mi edad las obligaciones son pocas y fácilmente soslayables así que ayer viernes decidimos subir a Cantavieja a pasar la revisión y de paso ver, en vivo y en directo, como estaban los montes del Maestrazgo y la salida de setas. La verdad es que quedamos gratamente impresionados. Cuando uno se hace mayor se pierden las ansias de todo y, aunque ves acercarse las fechas, parece como si todo te resbalase. Habíamos entrado en el mes de Septiembre y no habían faltado las lluvias, así que estaba claro que algo estaría pasando por esos montes de Dios y de los hombres. 
Hijos y nietas ya habían ido a buscar el pasado fin de semana en esos mismos lugares y encontraron, pero nosotros... ¡Como el que oye llover!. Cosas de la edad, sin duda.
Resumiendo: ¡ayer subimos a Vistabella del Mestrazgo y a Mosqueruela!. Vistabella es todo un vergel, con salida de setas de todas las especies y en todos los lugares. 

El problema, claro está, es que en España la gente que no trabaja son millones y apenas si los dejan salir. El monte chorreando, lo que garantiza una temporada larga y fructífera. En Mosqueruela ya no está exactamente igual puesto que, aunque también ha llovido, no ha sido de forma tan general. Con diferencia, la pista que va desde Mosqueruela a Cantavieja es la zona que ha recogido mayor cantidad de lluvia y llenar una cesta de setas es relativamente fácil en ese punto. La llegada masiva de buscadores aclara bastante la eclosión pero, aún así, vuelvo a repetir que llenar la cesta está poco menos que garantizado. Naturalmente "los cobradores sin frac" están allí esperándonos y sacar el "pase" se hace ineludible.
Nosotros nos levantamos tarde y, queriendo pasar antes por Vistabella, no llegamos a Mosqueruela hasta la una del mediodía. 

Reservamos mesa para comer a las dos y fuimos a un pequeño rincón que raras veces nos falla. Solo teníamos una hora, que en realidad fue una y media, pero a las 14,30 estábamos en el restaurante y con la cesta llena, bien es verdad que en la ojeada a Vistabella habíamos llenado un tercio con Boletus, Macrolepiotas y algún robellón. En Mosqueruela fueron casi todo robellones. Ya teníamos bastante. Tras la comida fuimos a encargar las patatas que solemos comprar a un productor del pueblo y salimos pitando hacia Cantavieja. La carretera atiborrada de coches y de gente que salían y entraban al bosque, casi todos con las cestas llenas. Nosotros ni caso. Teníamos algo más importante que hacer. Faltando media hora para el cierre de la estación de ITV pasamos la revisión (sin defectos) y marchamos a casa. Nos quedaba un último capítulo en el orden del día: limpiar las setas. Sin duda, un día completo.

RAFAEL FABREGAT

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