19 de diciembre de 2014

1603- REAL MONASTERIO DE SANTA CLARA.

En la misma ciudad de Murcia (España) se encuentra el emblemático y Real Monasterio de Santa Clara. La fachada de su iglesia no nos habla de historia antigua, puesto que su construcción finalizaba en el siglo XVIII, pero la tiene y mucha puesto que fue construido sobre el Alcázar Menor de Yusuf ibn Hud al-Yudhamy, rey andalusí descendiente de la familia de los Hudíes de Zaragoza. Se trataba en realidad de un complejo palaciego oficial pero no Alcazaba propiamente dicha a la que denominaban Mayor. Aunque las tropas almohades perdieron la Batalla de las Navas de Tolosa en 1212, nuestro protagonista (ibn Hud) consiguió apoderarse del territorio murciano y de buena parte del Al-Ándalus conquistando plazas como Córdoba, Sevilla, Málaga y Almería, entre otras. A pesar de este éxito inicial, no pudo contener la Reconquista cristiana y los ejércitos de Fernando III fueron reconquistando estas plazas desde 1228 hasta 1243 cuando el rey de la Taifa de Murcia ibn Hud al-Dawla (tío de ibn Hud) firmó el Tratado de Alcaraz y el correspondiente vasallaje a la Corona de Castilla. Ibn Hud había muerto asesinado en el puerto de Almería cinco años antes (1238) a manos de uno de sus gobernadores.


Castillo de Peñíscola (Castellón)
El Alcázar inicial era en realidad un palacio de recreo llamado Al Dar al-Sugra y fue construido entre 1147-1172 por el rey muladí de la Taifa murciana ibn Mardanis, apodado el rey Lobo, un aristrócata y gran estratega musulmán nacido en Peñíscola (Castellón). Buena parte del edificio fue destruido en 1172 durante la toma de Murcia por los almohades. Con la creación de la Tercera Taifa murciana, el citado ibn Hud recuperaría las ruinas del citado palacio y construiría el suyo con el nombre de Alcázar Seguir. La mayor parte de los restos que actualmente se conservan son de este segundo palacio musulmán. 


Murallas de la Murcia medieval y ubicación de la Alcazaba Mayor.
Tras la firma del Tratado de Alcaraz, la Alcazaba Mayor fue ocupada por una guarnición cristiana, mientras que la Menor o Alcázar Seguir pasó a ser residencia permanente de la familia real murciana, entonces la de Hud al-Dawla tío y sucesor de ibn Hud. Nada queda a la vista de aquel emblemático castillo, pero diferentes trabajos arqueológicos permiten situarlo dentro del mapa medieval de la ciudad. En 1267, sofocada la sublevación mudéjar por las tropas del rey Jaime I de Aragón, el Alcázar Seguir pasó a ser Casa Real de la monarquía castellana. 


Convento de Santa Clara, dentro del Alcázar Seguir.
Allí pasaron largas temporadas el propio Jaime I de Aragón, así como el rey de Castilla Alfonso X el Sabio y su esposa la reina Violante de Aragón, hija de Jaime I y de su segunda esposa Doña Violante de Hungría. Aunque unas décadas más tarde los monarcas cristianos cedieron a monjes franciscanos una parte del palacio, no sería hasta 1365 cuando Pedro I de Castilla donaría todo el conjunto palaciego, ya en estado ruinoso, a la Orden de las Hermanas Pobres de Santa Clara, que ha mantenido su propiedad hasta nuestros días. Dos años después (1367) las monjas recibirían permiso episcopal para restaurar y acondicionar las diferentes estancias palaciegas para su uso conventual. 


El patio musulmán se mantuvo como centro de la vida espiritual de la comunidad y poco a poco fue añadiéndose la arquería y dependencias anexas al mismo. El monasterio vivió momentos de esplendor a finales del siglo XV, al recibir protección personal de los Reyes Católicos. Con su ayuda se acometió la construcción del claustro y de la iglesia que fue finalizada en estilo gótico. Siguieron buenos tiempos para el Monasterio de Santa Clara y en el siglo XVII se acometió la construcción de una nueva iglesia barroca. Solo el presbiterio o coro en alto quedaría del estilo gótico anterior. Finalmente la iglesia fue redecorada en el siglo XVIII con estilo rococó. La iglesia actual del Monasterio de Santa Clara, con la característica fachada de celosías que es imagen exterior del monumento, data del siglo XVII aunque toda estructura, arquitectura y decoración interior data del siglo XVIII. 

La iglesia barroca dispone de un buen número de retablos e imágenes de importantes artistas como Francisco Sacillo. A destacar la especial decoración de la cúpula del interior del crucero en barroco-rococó. Claro que eso no es todo lo interesante de ese monasterio.
En el ala norte del Monasterio un extraordinario Museo muestra al visitante numerosas piezas arqueológicas del pasado palaciego-islámico del lugar. Entre los cientos de piezas expuestas destaca la yesería y diferentes muestras de madera tallada y decorada, así como cerámicas de la época y tesorillos encontrados en las proximidades.

Aún sufriendo los avatares del siglo XIX, relativos a la Desamortización de Mendizábal, en poco tiempo el convento siguió adelante sin mayores percances.  Los tiempos más difíciles se dieron con la llegada de la Guerra Civil Española (1936-1939) en los que las monjas fueron exclaustrada y el convento convertido en cuartel militar de las tropas. Tras esa etapa y ya en la década de 1960 las monjas de Santa Clara vuelven al convento. Eran tiempos difíciles, de gran penuria económica e incluso de subsistencia. Tanta que se vieron obligadas a vender una parte del monasterio. Esa zona está actualmente recuperada como Centro socio-cultural de la entidad CajaMurcia. A partir de 1980 se inician obras de restauración y nueva residencia para las monjas y empiezan también trabajos de excavación en las ruinas adjuntas al monasterio. El resultado de todos estos trabajos se puede visitar en el Museo abierto en el mismo monasterio.

RAFAEL FABREGAT

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