15 de octubre de 2014

1545- EL FUERTE DE SANTA CRUZ.

La Ciudadela de Santa Cruz está ubicada en Orán (Argelia). Su construcción empezó en 1577 bajo la dirección y auspicios del militar español conde Álvarez de Silva de Santa Cruz en el hoy llamado Pic d'Aidour, un balcón de 400 metros de altura sobre el Golfo de Orán.  En realidad ya había una fortaleza anterior, construida por los otomanos, pero su derrota a cargo de los españoles y la completa destrucción del baluarte llevaron a éstos a su reconstrucción y cambio de denominación que, ahora sí, se ha mantenido en el tiempo. En la fotografía adjunta vemos la capilla también llamada de la Santa Cruz, pero con advocación a la Virgen de la Salud, que se alza a escasa distancia. Con la financiación del cardenal Cisneros y el apoyo del rey Fernando II el Católico, los españoles conquistaron Orán y lo gobernaron desde 1509 a 1792. 


Como condición el cardenal pidió que, tras la conquista, la plaza quedara bajo la jurisdicción de la Archidiócesis de Toledo. Además del lucro económico, se pretendía frenar las continuos ataques de piratas berberiscos que, procedentes de dicho puerto, atacaban las costas españolas. Los preparativos de la expedición se iniciaron en Septiembre de 1508 y el 16 de Mayo de 1509 más de cien naves partían con dirección a Mers-el-Kevir, una ciudad apenas separada de la de Orán por una sierra, donde las tropas llegaron tres días después. Tras una solemne misa las tropas formaron para quedar a disposición de Pedro Navarro, conde de Alvito. Al día siguiente y tras un fuerte bombardeo de la armada, la ciudad fue tomada por Navarro en nombre del rey con apenas tres horas de combate y privando a Cisneros de su autoridad. Aprovechando las debilidades españolas motivadas por la Guerra de Sucesión, los otomanos reconquistaron la plaza de Orán en 1708. 


Finalizada la guerra y estabilizado el poder de la Corona en la figura de Felipe V, éste organizó una expedición para recuperar las ciudades perdidas de Orán y Mers-el-Kebir. El 16 de Junio de 1732, en un espectáculo sin precedentes, salían del puerto de Alicante más de 500 naves de diferentes clases con dirección a Orán. En ellas más de 30.000 hombres de todos los cuerpos del ejército dirigidos por 23 generales, 19 brigadas y 129 oficiales. Toda Europa quedó perpleja ante semejante despliegue de fuerzas. Vientos contrarios obligaron a la expedición a ponerse a cubierto cerca del Cabo de Palos pero, superadas las dificultades, el 24 de Junio se reanudó la marcha de la flota hacia su destino. A última hora del 27 de Junio llegaban a la playa de Aguadas, cerca de Mers-el-Kebir, aunque el desembarco estaba previsto para la mañana del día siguiente. 


Finalmente las tropas desembarcaron esa misma madrugada sin apenas resistencia pues los otomanos, en clara minoría, solo realizaron algunos disparos defensivos. Pronto les llegaron refuerzos y aquellos esporádicos disparos se tornaron en claro ataque contra los españoles pero la armada llevó a cabo un duro ataque de artillería que diezmó rápidamente a los musulmanes obligándoles a huir. Antes del mediodía el desembarco había finalizado con éxito. En principio, con un ejército de 20.000 soldados turcos y árabes, la conquista de Mers-el-Kebir parecía que sería larga, pero la disciplina y poder de fuego de los españoles hizo que en pocas horas la balanza se decantara a favor de éstos y que los enemigos se retiraran con numerosas bajas hacia Orán. Las noticias llevadas a Orán, desde Mers-el-Kebir, aconsejaron a lo otomanos retirarse sin plantear la defensa de esta segunda ciudad y los españoles entraron victoriosos sin lucha. El 1 de Agosto, tras asegurar la ciudad con la construcción de diferentes fuertes, las tropas españolas regresaron a España dejando una guarnición de 6000 hombres. 


Con Carlos IV en el trono, el 9 de Octubre de 1790 un fuerte terremoto sacudió la región y las ciudades españolas de Orán y Mers-el-Kebir resultaron muy afectadas. Dos tercios de las viviendas quedaron derruidas por completo y los fuertes españoles sufrieron daños de gran consideración. Cerca de 3000 personas perdieron la vida, con un número incalculable de heridos. España no pasaba entonces por un buen momento, debido a la debilidad del monarca y al estallido de la revolución francesa que también afectó a la economía española. Sin medios para reconstruir tanta ruina, las dos ciudades fueron prácticamente abandonadas por los españoles, iniciándose en breve negociaciones para su cesión al Bey de Argel. El 19 Septiembre de 1791 y en nombre del rey Carlos IV, el conde de Floridablanca, Don José Moñino, firmaba el Tratado de Paz con el bey Hamut Bajá.


En 1792 vivían en Orán y sus alrededores unas 18000 personas. Todo quedaba en poder del sultán Selim Kan a cambio del libre tránsito por sus aguas para barcos y tripulantes españoles. Las numerosas condiciones de defensa y apoyo señaladas en el Tratado eran de recíproca condición para los navegantes tunecinos que viajasen por aguas españolas. En 1830 se inició la colonización francesa y ambas ciudades quedaron integradas en la colonia de Argelia. Esta colonización francesa acabó en 1962, tras ocho años de guerra y con el nacimiento de Argelia como país. 
Actualmente Orán alberga una población que ronda el millón de personas, siendo la alcazaba de Santa Cruz uno de los monumentos más ameblemáticos.

RAFAEL FABREGAT

  

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