10 de febrero de 2012

0604- LA RESURRECCION DE NEFERTITI.

Raro sí, pero -a la vista está- en estos momentos de modernidad todo es posible.
La historia nos habla de la enigmática belleza de la faraona Nefertiti (1370-1330a.C.) bellísima y escultural esposa de Akenatón (Amenofis IV) y reina de la XVIII Dinastía de Egipto. 
Históricamente los egiptólogos no se ponen de acuerdo en cuanto a su biografía se refiere y no podemos saber por tanto si reinó con su marido, al éste elevarla a la categoría de reina-faraona, o si su reinado fue en solitario a la muerte de Akenatón. 
Lo que si sabemos es que el pueblo la adoraba y que, literalmente, la veneraba como auténtica diosa y faraona de Egipto. 
Finalmente murió, al parecer por complicaciones de un tracoma, porque más pronto o más tarde la extraordinaria belleza también se marchita y muere. 
De todas formas, las imágenes de rostro tan angelical han quedado para la posteridad y seguirán fascinando a los mortales eternamente.
En el siglo XXI de nuestra era las cosas ya son más fáciles que entonces y, por lo que se ve, para ser guapo no es necesario nacer con esos genes. 

Inyección de Bótox por aquí, estiramiento por allá, aquí corto y allá pego y uno puede pasar de viejo a joven y de feo a guapo con el único trabajo de firmar un cheque, siempre que haya fondos en la cuenta corriente claro. 
Se acabó el pensar en la mala suerte de nacer feo, o de llegar a cierta edad, por lo horroroso que es verte viejo y arrugado como una pasa. 
A la espalda con los prejuicios y ¡viva la Pepa!. 
Con los milagros de la Rapamicina y de la Viagra el elixir de la eterna juventud está ahí mismo, a nuestra disposición y a la carta. 
Y cuando se acabe la cuerda, que te quiten lo bailado...
Así parece ser que habrá pensado nuestra heroína, exvicepresidenta del gobierno español. 
La más dulce pasa de Corintio, ha pasado a ser una sabrosa fresa de la Huelva profunda de invernadero atendido por senegaleses licenciados en Derecho. 
¡A tutiplén que la vida son tres días, uno de ellos durmiendo...!
El vejestorio, convertido en bombonera de bufete de abogados de lujo. Claro que, además de la firma del cheque correspondiente, hay algunas molestias a las que no todo el mundo se presta. Nuestra protagonista habrá tenido que pasar por el quirófano en dos o tres ocasiones y posteriormente habrá tenido que sufrir un montón de sesiones médico-estéticas. Porque la medicina está muy adelantada, pero milagros no hace nadie. Bastante milagro es ya que la pasa se convierta en uva. Porque convertir la uva en pasa es fácil, ¡pero al revés no lo es tanto...!

Sea como fuere, ¡ahí está el resultado!. ¡El código de barras que tenía pegado entre boca y nariz ha desaparecido!. Creo que más no se puede pedir a Santa Rita, patrona de los imposibles. María Teresa ha pasado, de no mirarla los jubilados, a que la silben los albañiles desde los andamios. ¡No está nada mal!. Yo creo que la inversión y las molestias se pueden dar por bien empleadas. El tratamiento se llama Bioplastia y además de las diferentes intervenciones y tal y tal... (SOLO) cuesta 1.000 euros por sesión, una minucia para ella. De todas formas, visto lo visto, pagando UN MILLON DE EUROS aún sería barato. Enhorabuena amiga. Yo que tú abandonaba la política, hacía un curso de esteticién y cogía la exclusiva para España de la Rapamicina, del Bótox y del Acido Hiaulórico.
Seguro, seguro, que te ibas a forrar. ¡Juventud, divino tesoro...!

RAFAEL FABREGAT

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