27 de septiembre de 2011

0501- MONASTERIO DE SAN JORGE. (JERUSALEN)


En tierras de Palestina, a 20 Km. de Jerusalén y colgando de un acantilado en el cañón de Wadi el-Qelt, los cristianos del siglo IV
-para mayor gloria de Dios- desafiaron a la propia naturaleza para crear un lugar de culto dedicado a la Virgen María por ser lugar donde probablemente nació. Hasta entonces el lugar era una simple cueva en la que, según las Sagradas Escrituras (1 Reyes, 17:5-6), se decía que el profeta Elías había sido alimentado por los cuervos. Una vez más aquellas gentes elegían como punto de oración un lugar recóndito, apartado del mundanal ruido. En el siglo VI, en vida de San Jorge de Coziba, el lugar fue mejorado y ampliado, alcanzando su máximo esplendor. En lo más bajo, en el torrente del Jordán, aún se conserva parte del acueducto construido por orden de Herodes para hacer llegar el agua al sur del Wadi. No muy lejos hay actualmente una buena autopista, pero todos no son viajeros de mullido asiento y alta velocidad.

Algunos, no tantos como sería deseable, buscan la historia y los lugares menos transitados, donde el tiempo parece haberse detenido en el entramado de los tiempos. El nuestro era un viejo camino de tierra, abierto miles de años atrás y solo transitado por rebaños de cabras y camellos desde tiempos remotos que no había conocido los cambios del mundo, ni mejora alguna en su trazado. El que une Jerusalén al Mar Muerto y pasa por el Parque Natural de Fara; por el valle del Jordán, camino de Jericó, que con una historia de 10.000 años dice ser la ciudad habitada más antigua del mundo.

Serpenteando, el camino cientos de veces pisado por Jesús de Nazaret, se interna en el Cañón de Wadi el-Qelt, bordeando en algunas ocasiones el río y con algunos puntos de cierta dificultad. El trayecto está fuera de toda ruta turística y difícilmente pueden encontrarse más allá de cuatro personas en todo el recorrido, a pesar de la joya que contiene entre las paredes de sus montañas, cuya cima suele estar entre los 100 y los 200 metros por debajo del nivel del mar. (?) Nada extraño si tenemos en cuenta que el Mar Muerto, que capta las aguas del Jordán, está a menos 400 metros. Pero en fin, aquí de lo que se trata es que en una de las paredes del citado Cañón de el-Qelt, se encuentra nuestro tesoro: el Monasterio de San Jorge de Coziba, actualmente habitado por monjes ortodoxos griegos. Pero para decir una cosa, hay que contar mil...

Simple oratorio de los primeros cristianos, fue convertido en monasterio en el año 480 por Juan de Tebas. El monasterio fue destruido completamente durante la invasión persa protagonizada por Cosroes II en el año 614. Pero en este punto hemos de remontarnos casi tres siglos más atrás...
En el año 326 la emperatriz Elena de Constantinopla, madre de Constantino I, hizo demoler el Templo de Venus, erigido por Adriano en el Monte Calvario, a fin de encontrar el madero en que fue crucificado Jesús de Nazaret.

El Gólgota, fuera de Jerusalén pero anexo a la muralla, era en realidad una cantera abandonada utilizada por los romanos como patíbulo. Excavado el lugar por orden de la que después sería Santa Elena, la leyenda dice que encontraron tres cruces determinándose la que muriera Jesús por haber resucitado a un muerto. Allí mandó la emperatriz Elena construir el templo llamado del Santo Sepulcro y allí quedó depositada la Cruz hasta el año 614 cuando, invadida Palestina por los persas, Cosroes II la puso debajo de su trono como desprecio a la religión de los cristianos. Tras 15 años de luchas con el bizantino Heraclio, Cosroes II fue derrotado (628) y la Santa Cruz devuelta a Jerusalén. Ante las falsas reliquias que recorrieron Europa en la Edad Media, la Iglesia solo reconoce como auténticas partes de la cruz de Jesucristo, las depositadas en el Vaticano y las del Monasterio de Santo Toribio de Liébana, en Cantabria (España).

Volviendo al Monasterio de San Jorge, en el purificador Desierto de Judea, cabe decir que además de refugio del profeta Elías, fue también lugar donde un ángel anunció a Joaquín que su esposa Ana daría a luz a María, la futura madre de Dios. Desde la terraza más elevada del Monasterio se accede a la gruta del profeta. A uno y otro lado del valle, decenas de grutas nos muestran las moradas de los antiguos eremitas que siglos atrás habitaban la zona.

Tras la devastación de los persas, el monasterio quedó semi abandonado durante siglos, hasta la llegada de los cruzados en el siglo XII que restauraron todo el complejo y dieron nuevo auge a las tradiciones relacionadas con el monasterio. A finales del siglo XV el monasterio estaba nuevamente en ruinas. El complejo, tal como se ve en este momento, es obra de la última restauración llevada a cabo a finales del siglo XIX. Para los amantes de la historia cabe decir que allí se ubica la tumba de San Jorge y se guardan algunas reliquias tenebrosas. En la capilla, cajas plateadas guardan los restos de los monjes asesinados por los hombres de Cosroes II.

Hasta hace muy poco, este era el único monasterio que podían visitar las mujeres. El motivo es que, según la leyenda, una mujer se extravió en este desierto y se le hizo de noche. Asustada rezó a la Virgen que se le apareció y le dijo que llamara a la puerta del monasterio.
- ¿Para qué, si no admiten a las mujeres? -respondió la mujer.
- No podrán negártelo, siendo mi casa -dijo la Virgen María.
Fue la mujer y explicó a los monjes lo sucedido, dejándole quedarse tanto tiempo como necesitara...

EL ÚLTIMO CONDILL

NOTA.- En esta entrada número 500, coincidente justamente con el segundo aniversario de la apertura del Blog, agradezco el apoyo de mis seguidores y muy especialmente el de mi esposa Montse e hijas Montse y Ana; sobre todo la paciencia de esta última a la que con tanta frecuencia pido ayuda para aclarar algún concepto o corrección. Gracias a todos y un cordial saludo.

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