Pues bien amigos, ¡ya está!. Ha costado 366 días, puesto que el 2020 era bisiesto, pero ¡por fin! este año de calamidades sin fin ha terminado.
El problema ¡ay amigos! es que el Covid-19 continúa y, para más inri, una nueva cepa ha nacido más belicosa si cabe. Claro que ahora ya tenemos vacunas. Sí amigos, lo digo en plural puesto que en este momento de la historia del mundo, el dinero pesa más que nunca y la carrera por conseguirla hizo que decenas de laboratorios, de todas las partes del mundo, se pusieron manos a la obra para encontrarla. Unas pocas farmacéuticas ya lo lograron y están comercializándola ya, pero otros todavía la tienen en periodo de prueba. De toda formas somos 7.000.000.000 (siete mil millones) de habitantes en el planeta y a pesar de los adelantos industriales del momento, ninguna farmaceútica es capaz de producir tal cantidad de vacunas necesarias para todos, en un tiempo razonable.
Los países europeos, una de las zonas más adelantadas del planeta y con más potencial económico, está repartiendo de forma equitativa, entre todos los socios, el porcentaje de vacunas que va consiguiendo pero a este ritmo apenas si podrá vacunarse en 2021 a poco más de la mitad de la población europea. Por consiguiente el presente año 2021 será todavía sin duda un tiempo peligroso para los habitantes de la Tierra, máxime teniendo en cuenta que el virus estará en constante mutación. Si de algo podemos alegrarnos es que, según nos cuentan, al menos por ahora la vacuna es capaz de derrotar al Covid-19 y a las nuevas cepas surgidas. Esperemos que ese potencial de lucha contra el maldito virus lo mantenga a raya y podamos erradicarlo definitivamente de este mundo. Por consiguiente la gente tiene miedo y con razón. Hasta ahora son más de dos millones de muertos y decenas de millones de infectados pero, como se ha dicho antes, esto no acaba aquí. El 2021 todavía estará repleto de malas noticias al respecto pero, como es natural, todos esperamos que esta negatividad vaya reduciéndose.
Como es tradicional, España entera recibió el nuevo año con las campanadas del reloj de la Puerta del Sol de Madrid pero, nunca mejor dicho, desde los televisores de cada una de nuestras casas. Ni un solo madrileño o visitante estuvo presente en la normalmente abarrotada plaza. Daba pena verlo, pero así fueron las cosas en ese maldito año 2020. Esperamos que esta lamentable imagen no se repita en el futuro y que este mismo año 2021 tenga la despedida habitual con muchos miles de españoles presentes. Ahora a cuidarse y vacúnense para poder acabar con la Pandemia.
Feliz Año Nuevo para todos. Un abrazo muy fuerte y hasta siempre.
RAFAEL FABREGAT
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