La historia y leyenda de los Reyes Magos está plagada de contradicciones. El origen de esta realidad empieza con el apóstol y evangelista Mateo. En sus textos, que forman parte de La Biblia en su Nuevo Testamento, nos dice que poco después de que naciera Jesús de Nazaret llegaron a Jerusalén, procedentes de Oriente, unos Reyes Magos preguntando por el rey de los judíos que según sus noticias había nacido en Belén.
- Atendiendo la profecía, hemos visto su estrella y hemos venido para adorarle. No se hablaba allí de cuantos eran esos reyes ni cual era su raza. El caso es que la noticia dada por estos personajes llegó a oídos de Herodes que efectivamente comprobó que la profecía señalaba Belén como lugar de nacimiento para el esperado Mesías.
Los Reyes visitaron antes a Herodes que, tratando de engañarles les dijo que fuesen a Belén y que allí se verían puesto que también él quería ir a adorar a este hijo de Dios.
En realidad Herodes quería saber exactamente donde había nacido aquel posible adversario para acabar con él.
Sin embargo, tras su entrega de presentes, los Reyes Magos regresaron a sus países sin volver a entrevistarse con Herodes.
Una recopilación de las diferentes versiones existentes sobre la adoración de los Reyes Magos a Jesús, llamada la "Liber Pontificalis" y fechada en el siglo IX, cita que estos personajes debían ser tres, pues tres eran los regalos que recibió el recién nacido. Ya en el siglo III el teólogo Orígenes ya aseguraba que estos personajes eran tres, lo que fue confirmado en el siglo V mediante declaración del Papa León I. Sea como fuere esta versión fue la que acabó imponiéndose.
En el siglo IX también se popularizaron sus nombres: Melchior, Gathaspa y Bithisarca, ya nombrados en los Evangelios Armenios del siglo IV pero no reconocidos por la Iglesia Católica hasta su inclusión en el citado "Liber Pontificalis".
Sobre el hecho de llamarles Magos, parece referirse a sus conocimientos sobre astrología y no a que tuvieran poderes de ninguna índole. En cuanto a su origen, se ha dicho de todo, pero la versión mayormente aceptada es que eran de reinos del sur de Arabia, entonces territorio persa. En un evangelio armenio del siglo V se dice que Melchor reinaba sobre los persas, Gaspar sobre los árabes y Baltasar sobre los indios. Sobre su categoría real Quinto Séptimo Tertuliano escribió en el siglo III que en el Salmo 72 de los Libros Sagrados se decía que los reyes de Saba y Arabia le trajeron regalos a Jesús, motivo por el cual se los llamó Reyes a partir de ese momento.
Independientemente de todas la leyendas que giran alrededor de los Reyes Magos, nació también la tradición de su desgraciado final. Bautizados por Santo Tomás, empezaron a predicar el Evangelio dejando tras de sí numerosos seguidores de la fe de Jesucristo, motivo por el cual fueron finalmente apresados y martirizados. Los diferentes autores fechan su muerte alrededor del año 70 d.C. siendo enterrados en una misma fosa que tres siglos después Santa Elena mandaría desenterrar para llevarse sus restos a Constantinopla. Nada más se dice de estos restos hasta el año 1162 cuando el pirata Barbarroja atacó la ciudad y los huesos de los Reyes Magos fueron trasladados a Colonia, donde se construyó una iglesia en su honor y donde, todavía a día de hoy, se encuentra el relicario donde descansan sus restos.
RAFAEL FABREGAT
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