El Conde Arnau es un mito catalán y personaje clave para conocer los orígenes de Cataluña. Se trataba de un rico noble, no precisamente popular por su buen hacer, sino por todo lo contrario. Debido a sus muchos pecados, como tener relaciones carnales con una abadesa, maltratar a sus vasallos, no pagar sus múltiples deudas y seducir a cuantas damas se le ponían a tiro, fue condenado a vagar eternamente por la Tierra aún después de la muerte. Algunos cantares de origen catalán le ubican en la comarca gironesa del Ripollés y parajes de Gombren, Capdevánol y Sant Joan de les Abadeses. El personaje, también literario, hace su aparición en el siglo XVI al que se le añaden elementos del año 1.017, cuando se le relacionan sus amoríos con la abadesa del Monasterio de Sant Joan de les Abadesses, lugar en el que durante algunos años este enclave de supuesta oración se convirtió en prostíbulo y lugar de enterramiento de los muchos hijos del pecado que llegaron al mundo sin que nadie se apiadase de ellos.
Quienes tengan interés en recorrer personalmente los escenarios donde se ubica la historia de este personaje legendario deben ir primeramente al pueblo de Gombrén, donde existe un museo con objetos encontrados en las excavaciones del Castillo de Mataplana, hogar del Conde Arnau aunque primeramente lo fue de los señores de Mataplana, que serían quizás sus constructores.
Actualmente poco queda en pie de dicho castillo pero hay elementos sobrados para recorrer todas sus estancias e imaginar así lo que sería la vida del Conde Arnau o de Mataplana entre aquellas paredes y disfrutar del bonito paisaje que lo rodea. Condenado, según la leyenda, a cabalgar por toda la eternidad sobre un caballo negro del que salían llamas por su boca, es para cualquier catalán el más famoso de los espíritus que recorren Cataluña.
En 1835 el célebre escritor catalán Mariano Aguiló reunió toda la documentación sobre la figura del Conde Arnau y en 1845 se publicaba con el convencimiento de que se trataba de una figura histórica.
Muchas décadas después los literatos catalanes de La Renaixença convirtieron a este personaje en el mito más célebre y romántico del medievo catalán, sin que nadie haya podido asegurar que se trate de un personaje histórico o legendario.
Desde luego, los Mataplana tienen perfectamente documentado su dominio sobre la baronía del Ripollés y otros muchos castillos de la comarca y también la figura de un tal Arnau descendiente de aquellos. Sin embargo no hay documentación sobre las idas y venidas del personaje y por lo tanto, solo entre mitos y verdades anda la leyenda del Conde Arnau. Para que cada cual crea del mismo lo que estime conveniente...
RAFAEL FABREGAT
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