9 de mayo de 2016

2087- HUYENDO DE SATANÁS.

Son muchos los que dudan de la existencia de Diós, pero todos tienen claro que el Diablo existe. Es más, no solo existe, sino que abunda. Abunda porque Satanás no es único, como se dice de Dios, sino que son muchos los que se ven reflejados en el espejo de Lucifer. Como veis, son muchos los nombres con los que se conoce a Satán, ser maligno del que la mayoría procura escapar, mientras otros le adoran. Porque Satanás es figura controvertida a la que no le faltan adeptos. Mirad y escuchad a los políticos y veréis reflejado en su cara al Maligno, ser egoísta que solo busca su propio interés y satisfacción, a costa de engañar a los demás.

Porque la naturaleza es amable y capaz de producir alimentos suficientes para todos. No tiene sentido que mucha gente muera de hambre y de sed cuando de todo abunda en este planeta ideal para la vida. Son la gente egoísta, ambiciosa y malsana la que ensucia todo a su paso, negociando con el bienestar y la vida de los demás. En dinero, uno de los mejores inventos de la humanidad a la hora de fomentar el comercio entre los seres humanos, ha corrompido a políticos, banqueros y maleantes de todo tipo, haciendo que la usura vuelva de nuevo a escena de la mano de la corrupción, los desahucios, la prostitución, la droga... Es el moderno Satanás, portador de hambre y miserias de todo tipo.

El motivo está claro. En este mundo injusto en el que nos ha tocado vivir, el 1% de la población tiene tanto patrimonio como el 99% restante. Los gráficos que tenemos arriba nos ayudarán a comprender mejor cómo se reparte la riqueza mundial de nuestro planeta. 34 millones de mega-ricos (0,7%) controlan el 45,2% de la riqueza mundial a todos los niveles y 349 millones de ricos (7,4%) el 39,4% restante. Les siguen 1.003 millones de gente de clase media (21%) que tiene el 12,5% de la riqueza y el 3% de la riqueza restante se reparte entre los 3.386 millones de clase baja y pobres de solemnidad, cuyo patrimonio es menor a los 9.000 dólares de media. Subir un peldaño (no más) es muy difícil, pero se puede.

El lugar en el que uno ha nacido es muy importante ya que, aunque en este momento haya una fuerte emigración, en la mayor parte de las ocasiones los emigrantes difícilmente pueden ascender de nivel en la pirámide. La mayoría se quedan en el primer peldaño de la misma aunque, sin ninguna duda, será una forma de vida muy superior a la que disfrutaban en su país. Sin embargo muchos de ellos son gente inteligente que huyendo de Satanás buscan una vida mejor para los suyos y para sí mismos, pero tropiezan con el idioma y una preparación, muchas veces escasa o nula, que les imposibilita optar a puestos de trabajo bien remunerados. La mayoría trabajarán en la agricultura y no siempre de forma legal. Es lo que hay, no pueden hacer mucho más...

RAFAEL FABREGAT

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