3079- CAMPAÑA DE SETAS 2021 (4). La odisea del Condill.

Como he ido contando en entradas anteriores, en mi casa las semanas micológicas se han reducido a poco más de una hora de cada viernes. Demasiadas setas que han vuelto a llamar la atención de collas de marroquíes llegados desde Valencia. Así me lo han contado ellos mismos cuando, a la salida del monte, tenían una furgoneta cargada de cajas (la mayoría llenas) y eso que eran solo tres personas. De todas formas me da la impresión de que por la zona del Maestrazgo la temporada ya durará poco. No es muy habitual que dentro del mes de Octubre salgan muchas setas nuevas, aunque el clima es el que marca el inicio y fin de la temporada. Anteayer día 1 de Octubre era viernes y por lo tanto, siguiendo la costumbre de este año 2021, nuestra "colla" salió en busca de unas "pocas" setas para el consumo familiar.  Mi mujer y yo recogimos unos 12 kilos que, después de limpios, habrán quedado en ocho pues algunos eran viejos y estaban agusanados. 

De todas formas es cantidad más que suficiente para abastecer a familiares, amigos y vecinos. Como ya saben todos, este año la cosecha ha sido espectacular y en nuestra casa nos gustan pero ya estamos cansados de comerlos.

Como es habitual, desde que nos hemos hecho viejos, salimos de Cabanes hacia las ocho de la mañana y cuando llegamos a Mosqueruela, 125 Km. después, nos vamos a almorzar al Hotel Montenieve, lo cual hace que lleguemos al monte de diez y media a once de la mañana. A esa hora ya todos tienen la cesta llena pero, aún así, llenar la nuestra no llega a una hora, motivo por el cual nuestros compañeros regresan al pinar para coger otra cesta más. Tanto mi mujer como yo siempre hemos cogido una sola cesta y después quedamos en el coche descansando y esperando el regreso de los demás, pero ayer no me había cansado demasiado y vaciando la cesta de mi mujer en una caja que siempre solemos llevar, eché otro vistazo por las proximidades llenándola de nuevo en poco más de media hora. 

A la una y media estábamos otra vez en el Rte. del Hotel Montenieve esperando mesa para comer. Demasiado pronto, pues hacía poco más de dos horas que habíamos almorzado. Con mucha sed, eso sí, nos tomamos unas cervezas fresquísimas y pasamos a la mesa, bien puesta y mejor regada con fresquísimo vino rosado de Cariñena. Todavía con el almuerzo en el estómago yo, que lo tengo delicado, tuve un corte de digestión y consiguiente síncope. Avisaron al médico y, aunque le dijimos que no era nada y que ya me había pasado muchas veces éste, eludiendo responsabilidades, llamó a la ambulancia y me bajaron al hospital de Castellón. Innecesario explicar lo que son 150 Km. de curvas a una velocidad elevada y haciendo sonar la sirena en cada población o zona de tráfico intenso. Todo fue para bien, pues me mareé y vomité lo poco que me quedaba en el estómago. 

Fue providencial ya que, con el estómago vacío, cuando llegué a Castellón, hora y media después, me dieron el alta puesto que yo estaba ya perfectamente. Para quien no sepa de que va esto, le diré que es una especie de colapso provocado por una situación estomacal anómala que en personas de una cierta debilidad de este órgano provoca una momentánea pérdida de conciencia y después el vómito de la comida. Con el vaciado del estómago queda todo restablecido. Tanto es así que aquella misma noche ya cené de nuevo y así hasta hoy, que como con total normalidad como si nada hubiera pasado. Todo un verdadero ajetreo que supuso que uno de los compañeros bajase con mi coche a Castellón y molestar a nuestras las hijas para que recogieran en el Hospital el coche y a nosotros mismos. Una verdadera odisea (afortunadamente) sin consecuencia alguna.

RAFAEL FABREGAT

-

NOTA.- Mi agradecimiento a los compañeros por su interés y preocupación. Especialmente porque debido al trajín causado no llegaron a tomar los postres ni cafés correspondientes. Espero compensarles...