Pues sí amigos. Para todos aquellos que me felicitan por el hecho de haber viajado bastante, les dedico esta "guinda" al calificativo que me dan de persona viajera y que no es ni la mitad de lo que yo quisiera. De hecho solo he pisado tres continentes y poco más de dos docenas de países. Una minucia puesto que empecé demasiado tarde con esta actividad. Problema de pobres... El Covid-19 tampoco ha ayudado. En este momento y esta es la noticia, me faltan muy pocos días para llegar a Marte. (?) Sin duda estaréis muy extrañados ante esta afirmación, pues no he faltado ningún día a la cita que cada mañana me lleva al Colegio Ntra. Sra. del Buensuceso, de Cabanes, para llevar a mis nietos a la escuela, pero todo tiene su explicación...
Cuando uno es un poco excéntrico, siempre tiene algún amigo de este tipo y eso es lo que me ocurre con Julián Segarra, heredero y perfecto hacedor de la última destilería, artesanal y castellonense, de toda clase de licores y muy especialmente del famoso "coñac Segarra", instalada históricamente en la próxima localidad de Xert. El amigo Julián, a pesar de su actividad como destilador, todavía tiene más tiempo que yo mismo estando jubilado y entre sus muchas aficiones está la astronomía. La primera vez que yo miré al cielo con un telescopio fue con el suyo. Un rudimentario aparato construido por él mismo, con un canalón de plástico, desagüe seguramente del tejado de su casa y al que le había incorporado la lente de una cámara fotográfica de usar y tirar y algún que otro artilugio más. Aquel día fue la primera vez que vi físicamente el planeta Saturno.
- Una oliva atravesada con un palillo- según él decía.
En contacto con el tema, el astrofísico de la Dirección de Misiones Científicas de la NASA, Dr. Thomas Hansueli Zurbuchen, invito a todos los interesados a incluir su nombre personal en el microchip del Mars Rover Perseverance 2020, un revolucionario robot todo terreno de 6 ruedas, del tamaño de un coche de 3 metros de largo y unos 1000 Kg. de peso que, a bordo del cohete Atlas V-541 fue lanzado al espacio el 30-7-2020 desde el Centro Espacial John F. Kennedy de Florida. La misión está dirigida desde Cabo Cañaveral y otros puntos del globo, viajará a Marte y traerá a la Tierra muestras del planeta rojo. 60 chips de silicio constituyen el núcleo del sensor que, entre otras cosas, medirá el viento de Marte. Aunque la nave se posará en el momento en que la distancia entre ambos planetas es la más corta posible, serán 57,56 millones de kilómetros.
Habida cuenta la gran distancia, el citado vehículo tendrá capacidad de decisión en caso de problema ya que, a la velocidad de la luz, las órdenes tardan más de 3 minutos en llegarle.
El viaje está previsto que dure algo más de siete meses por lo que, según las previsiones, se espera que llegue dentro de pocas semanas.
Es sin duda una solemne tontería que solamente nuestro nombre y apellidos viajen a Marte pero, dado que físicamente es imposible hacerlo, cabe al menos la ilusión de que quede constancia de que nominalmente hayamos estado en Marte, en este primer viaje de ida y vuelta. Dentro de otros siete meses más, que es la duración del viaje de regreso, la nave llegará a la Tierra con las fotos y muestras recogidas, dando por finalizada esta misión exploratoria.
Para que pueda acreditarse nuestra presencia, cuando y donde proceda, en dicho viaje al espacio y concretamente a Marte, la NASA expidió el justificante de la tarjeta de embarque, personalizada y con el número de serie asignado. Esta misión al "planeta rojo" es histórica por ser la primera que se realiza en la modalidad de ida y vuelta. De momento no se ha reportado problema alguno y la aproximación y llegada al lugar de destino (JEZERO CRATER) es inminente. Es de esperar que las televisiones del mundo se hagan eco en su momento de la noticia de llegada, puesto que el robot emitirá inmediatamente fotos del "amartizage". En fin, una simple curiosidad que me ha parecido interesante contarles...
RAFAEL FABREGAT
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